Microsoft Windows

El disco duro, o SSD, es el componente del ordenador que se encarga del almacenamiento. En él instalamos el sistema operativo, todos los programas, los juegos y guardamos nuestros datos importantes. Al menos, hasta llenar su capacidad. Cuando el disco es nuevo, este suele funcionar a pleno rendimiento. Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo, este rendimiento suele bajar considerablemente, dando la sensación de que el PC va lento, y se va haciendo viejo. Por suerte, con unos consejos esenciales es posible mejorar su rendimiento y hacer que vuelva a funcionar como el primer día.

Los videojuegos han evolucionado mucho en muy pocos años. Hoy en día se ha dejado de lado la jugabilidad simple, tanto en PC como en consolas, a favor una serie de características sociales que nos ayudan a superarnos y, además, poder presumir de nuestras habilidades. Una de las características más conocidas son lo que conocemos como «Trofeos«, en el caso de PlayStation, o «Logros» dentro de los sistemas Xbox y PC. Estos logros se desbloquean al cumplir ciertas tareas dentro de los juegos, más o menos sencillas, y demuestran que somos jugadores exigentes. Pero no a todos les gustan los logros. Y ver sus avisos una y otra vez puede resultar molesto.

Para que nuestro ordenador con Windows funcione correctamente es necesario que se ejecuten una serie de procesos y servicios en segundo plano que no deben afectar a nuestra experiencia con el sistema operativo de Microsoft. Todos estos procesos han sido configurados para que se ejecuten de forma automática y sin ellos Windows no sería capaz de funcionar. De esta forma todos los procesos y servicios deben estar siempre en ejecución, por lo que han sido diseñados para ser eficientes y no abarcar todos los recursos de nuestro sistema.

Dentro de las piezas de hardware que forman parte de nuestro ordenador, hay dos elementos imprescindibles para obtener un correcto funcionamiento de este, como son la RAM y el procesador. Por ello, es importante contar con buen equilibrio entre ambos componentes para conseguir un rendimiento óptimo del sistema en todas las facetas. Sin embargo, no siempre se consigue que ambos elementos sean usados en su totalidad.

A pesar de los muchos fallos que nos podemos encontrar en el día a día con el sistema operativo Windows, uno de los que quizás son más temidos es que directamente no arranque. Es posible que en más de una ocasión nos hayamos encontrado con que al pulsar el botón de encendido, el software de Microsoft se niegue a responder.

A la hora de trabajar con nuestro ordenador con Windows es posible que debamos usar varios programas de forma simultánea, hasta el punto de que notemos que nuestro ordenador puede llegar a bloquearse o ralentizarse, reduciendo el rendimiento de este. Si ese es nuestro caso, debemos saber que tenemos la posibilidad de poder limitar el uso de la CPU que realiza cada programa, de forma que sean solo aquellas que consideramos más importantes en cada momento, puedan aprovechar el máximo partido del procesador.

Cuando nos referimos a los componentes básicos que forman parte de nuestro ordenador, entre estos solemos mencionar la memoria RAM, el procesador o la GPU. Sin embargo, en multitud de ocasiones no prestamos la debida atención a algo tan importante como son los discos duros que forman parte del equipo.

Windows 11 ya está entre nosotros desde hace varias semanas. Poco a poco, cada vez son más los usuarios que pueden bajar e instalar la actualización a través de Windows Update, o quienes se arriesgan instalando a la fuerza este sistema operativo. Pero, como es habitual, Windows no está acabado, sino que está mejorando constantemente, semana tras semana, corrigiendo fallos y mejorando muchos aspectos (necesarios) del sistema operativo. Y, de esta forma, llega la nueva build 22483.

Una de las ventajas de contar con un ordenador es que podemos realizar casi cualquier tipo de tarea que deseemos. En más de una ocasión es posible que hayamos tenido que recurrir a renombrar o cambiar de nombre a un montón de archivos a la vez. Por ejemplo, para ordenar las fotos de nuestro último viaje de forma que sean fácilmente localizables, ya que las fotos realizadas con cámaras o móviles suelen tener un nombre que poco tiene que ver con su contenido. Para poder realizar esta labor, disponemos de varias formas de llevarla a cabo.

Cuando usamos nuestro ordenador con Windows este se mantiene permanentemente encendido mientras lo estamos usando. En cambio, cuando el sistema detecta que no se toca después de un minuto, la pantalla de bloqueo se apaga para ahorrar batería en nuestro portátil. Esto es algo que puede resultar molesto para algunos usuarios que prefieran mirar la pantalla de bloqueo por más tiempo. Por ello, hoy vamos a ver y explicar cómo cambiar fácilmente el tiempo de la pantalla de bloqueo en Windows.