Puede que hayas sufrido esta situación, o cualquier amigo, familiar o compañero lo haya sufrido. Pero hemos de decirte que en la legislación española hay mucho que decir al respecto. Si los hechos que motivaron tu despido son antiguos, concretamente de hace más de dos meses, el despido se considera improcedente.
Todo ello se basa en la sentencia del Tribunal Supremo y en la legalidad vigente. La empresa tiene la obligación de actuar con diligencia. Es decir, que si tarda excesivamente en despedirte, automáticamente pierde la capacidad de demostrar que dicha decisión es urgente y justificada.
Esto quiere decir que el despido deja de ser procedente y pasa a ser calificado como improcedente. Lo que te da derecho a indemnización y posibilidad de paro. Así que, si la empresa deja pasar el tiempo, relegando esta opción a un segundo plano, todo juega a tu favor. Por ejemplo, puede ocurrir que por accidente elimines una base de datos de tu empresa y la compañía tenga que restaurarla. Pues desde el momento en que este accidente ocurrió y motivó tu despido, tiene menos de dos meses para llevar el despido a cabo. En cualquier otro caso, la ley te protege al respecto.
2 meses de espera: se considerará despido improcedente
En el panorama legal de nuestro país, el término de despido disciplinario debe considerarse como despido inmediato tras el descubrimiento de los hechos graves. La ley exige rapidez y diligencia. Si la empresa comienza a retrasarse y lo posterga hasta los 2 o 3 meses, pierde toda legitimidad para justificar la medida disciplinaria.
Y esto lo puedes ver en el Artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, donde se establece que el despido disciplinario ha de basarse en faltas graves. El Tribunal Supremo a señalado ya en varias sentencias que los hechos han de imputarse de manera inmediata. No vale dilatarse en el tiempo de manera injustificada. Por lo que si el despido se notifica a partir de los dos meses del incumplimiento de las normas, se considerará que la empresa no lo consideró lo suficientemente grave, y el despido carece de toda transparencia.

Pero no solo hablamos del TS. Varios juzgados y sentencias así lo amparan. Cuando pasan dos meses entre el hecho punible y la carta de despido, se pone en duda la intención disciplinaria del despido. Y es precisamente ese retraso lo que hace que el despido se considere improcedente a todos los efectos legales. Todo esto nos lleva a afirmar que el trabajador puede reclamar una indemnización de 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. O eso, o ser readmitido con el abono correspondiente a los salarios dejados de percibir.
Aparte de ello, la empresa debe haber dado al trabajador la oportunidad de defenderse antes del despido. Si no se cumple esta norma, también se considera despido improcedente.
Por su parte, el trabajador tiene 20 días hábiles desde la notificación del despido para presentar la papeleta de conciliación o la correspondiente demanda. En caso de que gane ante los tribunales, el propio juez puede elegir la opción de readmisión en el puesto de trabajo o la correspondiente indemnización.
Así que ya lo sabes: si han pasado más de dos meses desde que ocurrieron los hechos que han motivado el despido, estarás ante un despido improcedente.