Usa estos comandos y soluciona los errores de Windows

Usa estos comandos y soluciona los errores de Windows

Rubén Velasco

La informática es algo muy complejo, y por ello, cuando algo funciona mal y debemos averiguar qué es, hay veces que la cosa se complica enormemente. Sin embargo, muchos de los errores y problemas a los que podemos enfrentarnos en Windows suelen tener relación, y es que se deben a la falta de algunos archivos vitales del sistema, o a alguna librería o algún archivo del sistema dañado. Y muchas veces, después de pasar horas intentando dar con la causa, estos problemas se podrían haber solucionado simplemente con una serie de comandos, como DISM, SFC y CHKDSK.

Si se dañan los archivos de un programa (por ejemplo, de Photoshop), esto solo afecta a dicho programa. O como mucho, afectaría a todos los programas de Adobe, pero nada más. Lo mismo ocurre si se daña alguna librería de algún juego o de cualquier otro programa. Sin embargo, cuando lo que se daña es un archivo o una librería propia de Windows la cosa, cambia.

Un archivo del sistema corrupto puede hacer que cualquier programa falle al ejecutarse, que nuestro ordenador no funcione como debería, e incluso que todo el sistema deje de funcionar, se bloquee o reinicie. Y a menudo intentaremos buscar el porqué de estos problemas, cuando la solución es más que fácil, rápida y evidente: comprobar la integridad del sistema.

Si notamos fallos en Windows por la presencia de archivos corruptos, podemos luchar contra ellos a través de la aplicación DSIM que puede hacer el trabajo sucio por nosotros. Igualmente podemos reparar Windows usando DISM o la utilidad de SFC.

Comandos para reparar Windows 11 o 10

Windows cuenta con una serie de herramientas diseñadas para permitirnos comprobar la integridad de nuestro sistema operativo (es decir, que todo funciona como es debido) y, de no ser así, aplicar las soluciones necesarias.

Y es que debemos tener muy presente que el propio sistema operativo de Microsoft cuenta con una serie de ficheros internos que encontramos en los discos duros pero que no deberíamos tocar. Estos archivos a los que nos referimos son muy importantes para el correcto funcionamiento del software que nos encontramos en el equipo y que el propio Windows intenta proteger de nuestras manos. Pero de un modo u otro en ocasiones se llevan a cabo cambios en estos ficheros del sistema que perjudican el funcionamiento de Windows en general.

De ahí precisamente que, con el paso de los años y las versiones del sistema operativo, la propia Microsoft haya tomado la determinación de incluir una serie de herramientas preinstaladas para solucionar los problemas derivados de estos archivos. Precisamente de todo ello de lo que os queremos hablar a continuación para así solucionar problemas con el software de Microsoft de manera rápida y sencilla. Pero claro, tal y como sucede en la mayoría de las ocasiones, esto no quiere decir que los fallos que se hayan sucedido en el software se vayan a solucionar siempre con estas funciones.

Estos comandos forman parte del sistema operativo, no necesitamos instalar nada. Para hacer uso de ellos basta con tener permisos de administrador en el equipo que queremos reparar, nada más. Para ejecutarlos haremos unos de una herramienta imprescindible que permite ejecutar ordenes en línea de comandos como es llamado Símbolo del sistema.

DISM

DISM es la abreviatura en inglés de Deployment Image & Servicing Management, una herramienta del sistema que ejecuta en línea de comandos que utilizaremos para reparar archivos corruptos que impiden un buen funcionamiento del sistema. Hablamos de un comprobador de archivos del sistema que usaremos para escanear y reemplazar aquellos archivos que faltan o se encuentren dañados, usando para ello una imagen de recuperación. Su uso será por lo general cuando necesitamos solucionar cualquier error específico, determinar porque el PC no arranca correctamente o resolver problemas de rendimiento.

El comprobador de archivos DISM en Windows cuenta con tres opciones para poder reparar una imagen entre las que se incluyen «CheckHealth», «ScanHealth» y «RestoreHealth», ejecutándose en este mismo orden. Estos comandos permiten capturar y aplicar imágenes de Windows. Pasemos a continuación a ver cómo podemos utilizarlos.

Abrimos el Símbolo del sistema para cual escribimos cmd en el cuadro de búsqueda del menú Inicio y lo seleccionamos ejecutándolo con derechos de administrador. Una vez abierto, escribiremos el siguiente comando y pulsamos Enter:

DISM /Online /Cleanup-Image /CheckHealth DISM /Online /Cleanup-Image /ScanHealth DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth

Es importante saber que estos comandos de los que os acabamos de hablar se deben ejecutar en ese mismo orden y esperar a que finalice el anterior antes de ejecutar el siguiente. De lo contrario la funcionalidad no solucionará nada e incluso podríamos tener problemas de funcionamiento en Windows.

A continuación, os vamos a hablar más en detalle de cuáles son las tareas de las que se encarga cada uno de los tres comandos descritos.

SFC Scannow

La primera opción que vamos a usar con DISM es CheckHealth, una herramienta de comandos que se encarga de la administración y el mantenimiento de imágenes de implementación encargándose de determinar de forma rápida si existen archivos corruptos dentro de una imagen local de Windows. Eso sí, esta opción solo se encarga de escanear y detectar fallo, pero no se encarga de repararlos.

Con la herramienta ScanHealth, pasaremos a realizar un análisis más avanzado y profundo del sistema para poder determinar si la imagen del sistema cuenta con algún problema. Para poder verificar cualquier error con esta opción debemos de ejecutar el Símbolo del sistema. Esto lo haremos escribiendo cmd en el cuadro de búsqueda del menú Inicio y ejecutándolo con derechos de administrador. Una vez en ejecución, este comando puede tardar unos minutos en completar todo el proceso de escaneo en función de la cantidad de archivos que se encuentren dañados. Esto es algo normal, pues se va a encargar de comparar los archivos dañados con los sanos para crear un registro en nuestro ordenador. Al igual que sucede con la herramienta CheckHealth, tampoco realiza ningún tipo de reparación en el sistema.

En el caso de que se hayan encontrado problemas con la imagen del sistema pasaremos a usar DSIM con la opción RestoreHealth. Esta se encargará de escanear nuestro sistema en busca de daños y reparar los sectores dañados automáticamente. Para ello debemos ejecutar este comando desde el Símbolo del sistema, escribiendo cmd en el cuadro de búsqueda del menú Inicio y ejecutándolo con derechos de administrador. Una vez lo hemos ejecutado, este proceso se puede demorar bastante en terminar, incluso varias horas. Es por ello que no debemos de preocuparnos y, sobre todo, llevarlo a cabo cuando no vayamos a necesitar usar nuestro PC. El tiempo de espera puede variar según nuestro sistema y la cantidad de archivos dañados. Una vez terminado, esta herramienta de administración y mantenimiento de imágenes se conecta con Windows Update para proceder a descargar y reemplazar los archivos dañados.

En el caso de que Windows Update ya no funcione, debemos de utilizar una instalación de Windows en ejecución donde DISM pueda buscar los archivos de origen para su reparación o una carpeta en paralelo de un recurso compartido en red o u medio extraíble, como el DVD de Windows. En este caso debemos de ejecutar en su lugar el siguiente comando tal y como se aprecia en la imagen adjunta:

DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth /Source:C:/RepairSource/Windows /LimiAccess

Es posible sustituir el marcador de posición C:/RepairSource/Windows con la ubicación del origen de la reparación.

CHKDSK

Además de los comandos anteriores, otro que no debe faltar en nuestro repertorio es CHKDSK. Este es un comando que lleva formando parte del sistema operativo desde la era de DOS, y con Windows 10 y Windows 11 sigue siendo un comando fundamental a la hora de analizar y reparar Windows. Este comando se ejecuta también desde una ventana de CMD en Windows siempre con permisos de Administrador, y nos permite analizar toda la estructura de datos y reparar cualquier daño que se puedan detectar.

Y es que a pesar de las décadas que este comando lleva formando parte del sistema operativo de Microsoft, su utilidad sigue siendo extremadamente alta. Buena prueba de todo ello es que podemos seguir beneficiándonos de sus funciones tanto en Windows 10 como en Windows 11. Si lo ejecutamos sin añadir ningún parámetro adicional, como los que os mostramos más abajo, la aplicación se encargará de realizar un examen del disco duro en 3 etapas:

En la primera etapa, analizar la estructura básica del sistema de archivos. En la segunda, examinará la vinculación de nombres de archivos para encontrar errores y solucionarlos y la tercera, consiste en un examen de los descriptores de seguridad. Una vez finalica el chequeo, mostrará un resumen con los errores que haya podido encontrar durante el proceso.

chkdsk

Un ejemplo para lanzar este comando y analizar nuestro disco duro es:

chkdsk C: /F /R

C: es la letra de la unidad que queremos analizar (podemos cambiarla por la unidad del disco duro que queramos), /F indica que queremos que el programa solucione todos los errores que detecte, y /R que queremos que se detecten los sectores dañados y, si es posible, que se recuperen también los datos.

Ejecutar CHKDSK

En el caso de que Windows no pueda ejecutar en este momento la comprobación (sobre todo si intentamos analizar la unidad de Windows), nos preguntará si queremos analizar la unidad la próxima vez que se arranque Windows. Lo mismo puede ocurrir en caso de que se detecten errores en la unidad y no puedan ser solucionados mientras se ejecuta Windows.

Además de los parámetros /f y /r (se puede escribir en mayúscula o minúscula), también podemos utilizar otros que diseñados para trabajar con unidades NTFS y FAT y FAT32 (estos tres sistemas de archivos son propietarios de Microsoft). Para unidades con el sistema de archivos NTFS, el sistema operativo que utiliza Windows en las últimas versiones de Windows, podemos utilizar los siguientes parámetros:

  • /scan – Ejecuta un examen en línea de la unidad espeficiada. Si no se especifica unidad, el examen lo hará en la unidad donde se encuentra instaldo Windows.
  • /forceofflinefix – Debemos utilizar junto con el parámetro /scan para omitir todas las respraciones en línea
  • /perf – También debemos utilizarlo con el parámetro /scan y se encarga de volvar un mayor número de recursos del equipo para completa la tarea de escaneo lo más rápido posible, por lo que el rendimiento del equipo puede verse afectado.
  • /spotfix – Nos permite realizar una corrección puntual en la unidad
  • /sdcleanup – Se utiliza junto al parámetro /f y se encarga de recolectar los elementos no usados en ls datos no necesarios del descriptor de seguridad

SFC

SFC son las siglas de «System File Checker». Según indica su nombre estamos ante una herramienta desarrollada por Microsoft que nos permite comprobar el estado de los archivos del sistema. Su objetivo es detectar cualquier daño o error y tratar de solucionarlo. A diferencia de la herramienta DISM que está destinada a detectar y soluciona problemas con la imagen del sistema, SFC se encarga de los problemas de instalación real de Windows 10, que usaremos una vez que la imagen se ha restaurado para de esta forma reparar la configuración actual. Es por ello que usaremos este comando para restaurar por completo nuestro PC en función de la imagen implementada por DISM.

Si queremos utilizar la herramienta de comando SFC para reparar la instalación de Windows 10 debemos de abrir el Símbolo del sistema.

Podemos ver una lista con todos los parámetros que podemos encontrar en esta herramienta ejecutando el siguiente:

SFC ?

Esto nos mostrará un listado con toda la información de este comando y las diferentes opciones que podemos usar para distintos usos:

  • /scannow: examina todos los archivos protegidos del sistema operativo y reparar los archivos dañados. Es el que usaremos por defecto normalmente.
  • /verifyonly: se encarga solo de escanear todos los archivos protegidos del sistema operativo y no repara los dañados.
  • /scanfile: se va a encargar de escanear todo el sistema operativo protegido y posteriormente reparar los archivos dañados con la ruta específica.
  • /verifyfile: este comando comprueba los archivos con la ruta completa, pero sin reparar los dañados.
  • /offbootdir: se encarga de definir la ubicación del directorio de inicio sin conexión.
  • /offwindir: define la ubicación del directorio de Windows sin conexión.
  • /offlogfile: define los archivos de registro y habilita selectivamente el registro cuando usamos SFC sin conexión.

Podemos utilizar todos estos comandos de forma independiente o conjunta en una misma línea de comando para que realice diversas tareas de forma conjunta. De entre todos ellos, como hemos dicho, el que usaremos de forma más habitual es Scannow para escanear todos los archivos protegidos del sistema y reparar aquellos que se encuentren dañados. El comando SFC se encargará de examinar todos los archivos de sistemas protegidos y reemplaza los archivos dañados con una copia en caché ubicada en una carpeta protegida en %WinDir%/System32/dllcache. El marcador de posición %WinDir% representa la carpeta del sistema operativo Windows. Por ejemplo, C:/Windows.

Los comandos mágicos para reparar Windows

El comando SFC (System File Checker) se encarga de comprobar todos los archivos del sistema para ver si alguno falta, por algún motivo, o si están dañados. Por otro lado, el comando DISM (Deployment Image Servicing and Management) es otra herramienta diseñada para realizar mantenimiento automático del PC. Muy utilizada también para detectar y reparar archivos corruptos. CHKDSK (Check Disk) se encarga de encontrar y reparar sectores defectuosos que pueda tener la unidad de almacenamiento. Si detecta un gran número de estos, es recomendable pensar y cambiar el disco duro antes de que deje de funcionar por completo.

Al ejecutar estos comandos, será el propio sistema operativo el que se analice a sí mismo y, en caso de detectar cualquier posible error, aplicará las soluciones que sean necesarias. Por ello son soluciones orientadas a que puedan ser usadas por todo tipo de usuarios, pues no seremos nosotros los encargados de tomar medidas, sino que el propio sistema se encarga de repararse a sí mismo.

Podemos ejecutar manualmente estos comandos desde una ventana de CMD con permisos de Administrador. Sin embargo, también es muy sencillo crear nuestro propio script para realizar este mantenimiento. Para ello no tenemos más que abrir un bloc de notas y pegar en él los 3 comandos anteriores, cada uno en una línea.

Automatizar scripts mantenimiento PC

Guardaremos el archivo con la extensión .bat y listo. Ahora, cuando queramos analizar nuestro PC, simplemente debemos ejecutar este script con permisos de Administrador. Él se encargará del resto.

Otros trucos para solucionar problemas

Además de estos comandos, también os vamos a recomendar otros trucos que pueden ayudar a solucionar todo tipo de problemas con el sistema operativo. Y es que hay que tener en cuenta que, a pesar de la fiabilidad, en términos generales, que nos propone este sistema operativo, también nos encontramos con errores inesperados. Estos pueden estar relacionados con multitud de componentes tanto hardware como software de nuestro equipo.

Pero al mismo tiempo debemos tener en consideración que la propia Microsoft con el paso del tiempo ha ido integrando funciones de auto reparación que nos facilitan mucho estas tareas y nos evitan disgustos.

Reiniciar de vez en cuando

Con Windows 10 y Windows 11, no es lo mismo apagar y encender el ordenador que reiniciar. Debido al «Fast Startup», o Inicio Rápido, cuando apagamos el PC este entra en un estado de suspensión, y al encenderlo se reactiva. Reiniciar Windows implica finalizar todo y arrancar el sistema desde cero. Es por ello que lo que hace es cerrar todos los procesos que se encuentran activos, para obtener un comienzo totalmente limpio. Si bien es cierto que este inicio necesita más tiempo de arranque que el apagado para que todo funcione de forma correcta. Estose debe a que el reinicio lleva consigo que el sistema se apague hasta el punto de que la placa base debe de ejecutar su proceso de carga de arranque inicial, de la misma forma que sucedería si encendemos el PC después de haberlo apagado.

También es importante reiniciar el ordenador después de cada actualización para que se complete la instalación de estas. Así nos aseguraremos de no tener problemas con las funciones y disfrutar, cuanto antes, de los parches lanzados.

Eliminar los programas que no ya no utilizamos

En la medida de lo posible, siempre debemos tener el ordenador lo más limpio posible. Instalar una aplicación con el único pretexto de probar a ver que hacen únicamente es recomendable hacer en máquinas virtuales, sin que afecten al rendimiento general del dispositivo. Conforme instalamos aplicaciones, nuestro PC se va llenando de basura. Además, generalmente también modifican el registro haciendo que todo el equipo funciona más lento de lo normal, especialmente si, además, añade su aplicación a las aplicaciones que se ejecutan al iniciar el equipo.

Mantener aplicaciones instaladas en nuestro equipo que no tienen ninguna utilidad real, para lo único que sirve es para ocupar en espacio en disco que podemos utilizar para almacenar otros archivos o instalar aplicaciones que realmente necesitamos. Si hacemos una limpia profunda de todas las aplicaciones que no utilizamos en nuestro equipo, obtendremos una mejora de rendimiento, mejora que será sustancial si, además, utilizamos una aplicación que se encargue de analizar las líneas del registro de Windows que ya no funcionan y que están relacionadas con las aplicaciones que hemos eliminado de nuestro equipo.

Reinstalar programas que funcionen mal

Los comandos que hemos visto en este artículo solo sirven para comprobar la integridad de Windows. Pero no de otros programas. Por ello, si el programa que no está funcionando es uno de terceros, como Adobe o Chrome, lo mejor es reinstalar el programa. En el proceso se volverán a copiar las dependencias y todos los archivos, solucionando los posibles problemas que pudieran existir. Para ello, podemos desinstalar cualquier programa accediendo al apartado de Panel de control. Aquí dentro de la categoría de «Programas» elegimos «Desinstalar un programa. También podemos optar por acceder al apartado de Configuración y acceder al apartado de Aplicaciones y Aplicaciones y características. Esto nos llevará a otra ventana donde aparecen todas las aplicaciones instaladas. Solo tendremos que pulsar sobre la que necesitemos con el botón derecho y seleccionar «Desinstalar».

De la misma forma, muchos programas cuentan en su archivo de instalación con modo de reparación que se puede usar cuando el programa no funciona como debería, por lo que también podemos optar por repararlo. Además, también pueden disponer de la opción de reinstalar desde ese mismo archivo de instalación para volver a copiar los ficheros y solucionar cualquier posible problema que pudiera surgir.

Formatear Windows

Puede ser que nuestro Windows necesita una limpieza a fondo cada cierto tiempo. Hay una serie de síntomas que indican que ha llegado la hora de formatear. Sobre todo, es algo que debemos de hacer con cierta frecuencia si somos dados a instalar y desinstalar un gran número de aplicaciones. Esto puede provocar que el sistema se ralentice y que se acule basura dentro del sistema operativo que termine derivando en fallos. En caso de experimentarlos, lo mejor que podemos hacer es pensar en formatear el ordenador, aprovechando el proceso, además, para instalar la última versión de Windows y todos los nuevos drivers que haya para nuestro ordenador.

Si optamos por esta opción, os recomendamos bajar la última imagen ISO disponible y aprovechar para que, ya que formateamos, ponemos el PC al día. Podemos realizar este proceso a mano, o aprovechar las opciones de recuperación de Windows 10 y Windows 11. Desde ellas podemos elegir si mantener nuestros datos, programas y configuraciones, o borrarlo todo.

Mantener Windows actualizado

También puede ocurrir que nuestro ordenador funcione mal a causa de un error en Windows. Con cada parche, Microsoft suele corregir todo tipo de errores en el sistema operativo. Especialmente con las grandes actualizaciones semestrales. Por ello, es importante asegurarnos tener siempre la última versión de Windows 10 o Windows 11 con los últimos parches de seguridad y calidad. Para comprobarlo, podemos usar la barra de búsqueda del menú de Inicio y escribir «Buscar actualizaciones» y lo ejecutamos. Esto nos abrirá la ventana de Windows Update. Pulsamos en el botón de «Buscar actualizaciones» y el sistema se encargará de mostrarnos todas aquellas que se encuentren disponibles y que debemos de actualizar.

Actualizar los controladores o drivers

Como os podréis imaginar, los elementos hardware que forman parte del PC son de extrema importancia para el conjunto del PC. Es por ello por lo que lo más recomendable para evitar problemas en el mismo sea mantener estos mismos actualizados en todo momento. La razón de ello es que son los encargados de comunicar ese elemento físico con el sistema operativo como tal, en este caso Windows. Por tanto, disponer de la más reciente versión enviada por su fabricante es algo básico. Decir que esto es algo que podemos lograr fácilmente desde el Administrador de dispositivos de Windows. Basta con elegir el componente y pinchar en el mismo con el botón derecho del ratón y seleccionar «Actualizar dispositivo».

Si se trata de un componente que además incluye software del fabricante, debemos olvidarnos de los drivers del sistema e instalar el software que nos provee el fabricante, ya que esta es la única forma de poder sacarle todo el partido, ya sea una tarjeta gráfica, una de sonido, una impresora multifunción o cualquier otro de dispositivo que utilicemos. Aunque con los drivers de Windows, este funcionará sin ningún problema, nunca vamos a conseguir sacarle todo el partido, por ejemplo, a la memoria gráfica de una tarjeta para editar vídeos o jugar al igual que tampoco vamos a poder aprovechar todas las funciones de una impresora o de una tarjeta de sonido.

El software propio de estos componentes incluye los drivers específicos y se encarga automáticamente de actualizar los del sistema, tan solo debemos actualizar la aplicación que los gestiona cada vez que nos informa del lanzamiento de una nueva actualización. De esta forma, si uno de los componentes que acabamos de actualizar, deja de funcionar o lo hace de forma errática, rápidamente podemos conocer cuál es de todos los instalados en el equipo, y, si no funciona con los propios, podemos utilizar los que nos ofrece Windows temporalmente hasta que el fabricante lance una nueva actualización que solucione el problema.

Restaurar un punto de restauración anterior

Hay que saber que, en un principio, por defecto Windows crear un punto de restauración del sistema cuando hacemos algún cambio en el mismo. Cuando hablamos de cambios nos referimos a instalar una actualización o un nuevo programa, eliminar alguno de estos componentes, etc. De ese modo, en el caso de que tengamos algún problema con el sistema operativo, podamos volver a cargar ese punto para recuperar su estado anterior.

Para esto que os contamos, no tenemos más que teclear el término Recuperación en el cuadro de búsqueda junto al menú Inicio. Así, en la nueva ventana que aparece, ya podremos seleccionar la opción de Abrir restaurar sistema, donde aparecerán los últimos puntos de restauración que se han creado. Ya no tenemos más seleccionar el que más nos interese en cada caso, para que se cargue. Eso sí, debemos tener en cuenta que este no es proceso automático, sino que tardará unos minutos. Dependiendo del equipo, esto puede llegar a tardar más de una hora.

Al restaurar el equipo a una versión anterior, todos los archivos que tengamos en el equipo no se verán afectados, por lo que no es necesario hacer una copia de seguridad, ya que estos (documentos, imágenes, vídeos y archivos en general) no afectan al funcionamiento del equipo, pero si las aplicaciones que durante el proceso se desinstalen para volver a cómo funcionaba el equipo cuando no daba problemas.

Instalar la última versión del antivirus

El software antivirus que la mayoría de vosotros tiene instalado en el equipo con Windows, son programas importantes, pero un tanto delicados. La principal razón de ello es que en ocasiones pueden causar ciertos fallos en el sistema operativo. Estos pueden bloquear la descarga de actualizaciones, malfuncionamiento de programas, bloqueos completos del sistema operativo, etc. Es por ello por lo que lo mejor que podemos hacer es mantenerlos actualizados en todo momento, tanto si se trata de Windows Defender, como de cualquier otra propuesta del sector de la seguridad. Además, si vemos un fallo repentino en el sistema, también podemos probar desactivando temporalmente ese antivirus para ver si se soluciona.

No uses versiones inestables

Hay muchas veces que nos llama la atención poder ir por delante de los demás y optamos por recibir versiones beta, o de desarrollo, de programas y juegos. Esto, para una máquina virtual, no está mal. O para un ordenador que usemos muy esporádicamente. Pero nunca debemos instalarlo en el equipo que usemos a diario para trabajar. Como bien indica el nombre, se trata de versiones alphas en el mejor de los casos betas, no son versiones finales estables y sobradamente testadas.

Debemos evitar el uso de programas como Chrome Canary o Firefox Nightly, que, aunque tienen más novedades que las versiones estables, también tienen más problemas y nos pueden molestar mucho. Lo mismo se aplica a las versiones de prueba del sistema operativo. Es tentados muchas veces instalar un Windows desde el programa Insider para poder disfrutar de las novedades y mejoras que ha preparado Microsoft. Pero estas versiones tienen muchos errores, y seguro que más de uno nos puede resultar muy molesto.

Con estos trucos, podremos estar seguros de que nuestro Windows 10 funciona siempre a la perfección.

No usar limpiadores, optimizadores ni programas para personalizar

Hay muchos programas que nos prometen acelerar Windows, optimizarlo y mantenerlo totalmente limpio de basura para que funcione lo más rápido posible. Y, la mayoría de ellos, causan más problemas de los que realmente solucionan. Abusar de programas que limpian las entrañas de Windows, u optimizan el registro del sistema operativo, acabará dándonos muchos dolores de cabeza. Es por ello que nunca son del todo recomendable este tipo de soluciones por lo que siempre que podamos evitarla mucho mejor.

Programas como CCleaner, TuneUP o IObit Advanced SystemCare (entre otros muchos) nos prometen optimizar al máximo el sistema operativo y limpiar toda la basura de este. Pero, a la larga, terminan dando problemas, tanto en el día a día, mientras usamos el ordenador con normalidad, como a la hora de actualizar e instalar nuevas versiones. Estos programas pueden modificar librerías propias del sistema operativo o borrar datos que ellos consideran innecesarios pero que, siempre, tienen una finalidad y, al final, desencadenan estos problemas.

Lo mismo se aplica a los programas que nos permiten personalizar el aspecto del sistema operativo. Windows cuenta con unas opciones, más o menos limitadas, que nos permiten dar ese toque personal al ordenador. Sin embargo, hay programas que «parchean» ciertas librerías del sistema para permitirnos instalar temas no oficiales, o realizar cambios que, por defecto, no están permitidos. Por supuesto, igual que en el ejemplo anterior, esto termina dando problemas.

Libera el inicio de Windows de aplicaciones innecesarias

En muchas ocasiones cuando instalamos nuevas aplicaciones en nuestro equipo basado en Windows, de manera automática estas se sitúan en el arranque del sistema. Esto significa que esos programas se pondrán en funcionamiento de forma automática y sin que nos demos cuenta, cada vez que arrancamos el PC. Lo peor de todo esto es que se quedan en funcionamiento en segundo plano de forma constante.

Esto puede tener un elevado consumo de recursos del equipo e incluso acarrearnos importantes problemas de funcionamiento de Windows. Por tanto, lo recomendable es echar un vistazo cada cierto tiempo a este apartado para eliminar las aplicaciones que no necesitamos que se inicien con el arranque. Esto es algo que podemos llevar a cabo de manera rápida y sencilla desde el Administrador de tareas de Windows, donde nos situamos en la pestaña llamada Inicio.

Desde aquí y con el botón derecho del ratón no tenemos más que deshabilitar el software que de forma predeterminada se pondrá en marcha con el arranque de Windows, pero que en realidad no es necesario.

Evita hacer cambios en el registro

Cierto es que a la hora de configurar a nivel interno el sistema de Microsoft, en muchas ocasiones demos consejos que hacen referencia al registro de Windows. Cabe mencionar que esta es una base de datos interna del sistema que contiene multitud de configuraciones tanto del mismo, como de las aplicaciones instaladas. De manera automática aquí se almacenan todo tipo de configuraciones y datos importantes del software que forma parte de nuestro ordenador. Sin embargo, todo ello está guardado y estructurado de tal manera que Windows pueda acceder a este registro y entenderlo rápidamente.

Esto quiere decir que sí hacemos algunos cambios erróneos a través del editor correspondiente, tenemos muchas posibilidades de haber dañado el sistema operativo de algún modo. En ocasiones incluso se puede dar el caso de que el equipo no vuelve a arrancar o tardé demasiado en hacerlo.

Desactivar el inicio rápido

El inicio rápido de Windows es una función que Microsoft añadió en Windows 10 y que también está disponible en Windows 11. Esta función está activada por defecto en todos los equipos compatibles y permite reducir el tiempo de encendido del equipo, ya que cuando pulsamos en el botón Apagar, carga el contenido del sistema en el núcleo para tenerlo a mano cuando volvemos a encender el ordenador.

De esta forma, todos los programas que se encuentren en la memoria seguirán estando disponibles y accesibles nada más iniciar el equipo. Sin embargo, más que una ventaja es un problema, ya que no liberamos la memoria completamente del dispositivo, por lo que, si el equipo no funciona correctamente, vamos a seguir arrastrando los problemas hasta que reiniciemos el equipo. Al reiniciar el equipo, el sistema vuelve a cargar de cero, por lo que se cierran todas las aplicaciones del sistema y se elimina el contenido de la memoria.

Podemos comprar el funcionamiento del inicio rápido con el modo hibernación de Windows, donde se suspende el funcionamiento del equipo dejándolo todo donde estaba para poder volver a recuperar la actividad en el mismo momento donde la dejamos. Para desactivar el inicio rápido de Windows, debemos acceder al Panel de control, del apartado Sistema y seguridad > Opciones de energía y, a seguidamente Elegir el comportamiento de los botones de inicio y apagado para, a continuación, demarcar la casilla Activar inicio rápido.

Activar inicio rápido

Solucionadores de problemas de Windows

Windows 10 y Windows 11 cuentan con una serie de herramientas, instaladas de serie, que permiten a los usuarios, e incluso al propio sistema, detectar y corregir los fallos más comunes en el equipo. Estos solucionadores podemos encontrarlos dentro del menú de Configuración (Windows + I), en «Sistema > Solucionar problemas», en caso de Windows 11, o en «Actualización y seguridad > Solucionar problemas», en caso de Windows 10.

Adaptador de red solucionador de problemas en Windows 11

Dentro de este apartado vamos a encontrarnos con todo lo necesario para poder solucionar muchos problemas específicos que podemos encontrarnos al usar nuestro sistema operativo. Por ejemplo, si falla Internet, la impresora, o las actualizaciones de Windows, podemos recurrir a estas herramientas para solucionar los posibles problemas.

Además, cuando el propio Windows detecte un problema interno, también podrá recurrir a ellas para solucionarlo automáticamente sin necesidad de que el usuario tenga que ejecutar o configurar absolutamente nada.

Si el solucionador de problemas no es capaz de detectar y reparar el problema por sí solo, entonces nos dará también algunas recomendaciones para poder solucionarlos por nuestra cuenta, aunque lo más probable es que ya tengamos que recurrir a los comandos y trucos vistos en este mismo artículo para acabar con estos fallos.

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