El subsistema de Windows para Linux ha cambiado la forma de hacer las cosas en Windows 10. Especialmente de cara a los usuarios más curiosos, los avanzados, desarrolladores y los técnicos. Gracias a WSL, cualquier usuario de Windows 10 puede tener su propio Kernel Linux dentro de Windows, ejecutarlo de forma aislada e incluso, próximamente, tener su propio entorno gráfico para ejecutar cualquier programa de él. Con la llegada de WSL2, la segunda versión de esta herramienta, Microsoft ha ido un paso más allá. Y ahora la integración con Linux es tal que, por fin, podemos montar discos duros EXT4 en Windows sin necesidad de usar otros programas.