Windows 7, el sistema operativo más querido por los usuarios (con permiso de Windows XP), desde enero de 2020 ya no tiene soporte por parte de Microsoft. Esto quiere decir, que, desde esa fecha, ya no recibe ningún tipo de actualización, ni de seguridad, ni mucho menos de características. En otras palabras, cualquier vulnerabilidad que se detecte para este sistema operativo no será corregida. Debes saber que Microsoft permite actualizar de forma gratuita a una versión más nueva del sistema, ya sea Windows 10 o Windows 11.
Muchos usuarios justifican el mantenerse en Windows 7 debido al mal rendimiento inicial de Windows 10. Esto es algo normal, también lo hemos visto con Windows 11, que se lanzó al mercado en 2022. Tiene una explicación y es que no es lo mismo probar el sistema operativo en un entorno virtual que en ordenadores reales. Poco a poco, todos estos problemas se solucionan y se consigue obtener una mejor experiencia.
Mantenerse en Windows 7, que ya no recibe parches de seguridad, expone el equipo a vulnerabilidades críticas conocidas y a nuevas amenazas como el ransomware, para las que no existirá defensa. Saltar a Windows 10 es muy sencillo y no tiene ningún coste. Pero, además, si tenemos una licencia, esta seguirá siendo válida. La licencia de Windows 7 pasará automáticamente y sin coste al sistema operativo Windows 10.
Actualizar gratis a Windows 10
Importante: La posibilidad de actualizar gratuitamente usando una licencia de Windows 7 está vinculada al ciclo de vida de Windows 10. El soporte para Windows 10 finaliza el 14 de octubre de 2025. Es crucial completar esta actualización antes de dicha fecha.
Cuando Microsoft lanzó la primera versión de Windows 10, todos los usuarios que tuvieran una licencia en vigor de Windows 7 o Windows 8.1 podían actualizarla sin problemas a Windows 10. De esta manera, el sistema operativo quedaría totalmente activado y legal sin tener que pagar de nuevo por una licencia nueva (licencias que, además, no son baratas).
En teoría, esto iba a ser una promoción de un año. Tras dicho período, los usuarios ya no podrían actualizar gratis sus licencias para la nueva versión del sistema operativo y tendrían que pasar por caja. Aunque esta pequeña «oferta» nunca ha dejado de existir.
Después del año oficial de Microsoft, la compañía permitía actualizar gratis a Windows 10 a través de su herramienta de accesibilidad. Aunque esta herramienta estaba pensada para usuarios con discapacidad, cualquiera que quisiera podía aprovecharse de ella y actualizar gratis su Windows 7 a Windows 10.
Y aunque ha pasado una década de esto, hoy en día sigue habiendo formas de pasar de Windows 7 a Windows 10 de forma totalmente gratuita y, además, 100% legal. La opción de actualizarse estará disponible hasta que Windows 10 deje de recibir soporte oficial por parte de Microsoft, el 14 de octubre de 2025.
Hacer upgrade con la herramienta de creación de medios
Microsoft ha controlado el truco de la accesibilidad para evitar que los usuarios abusen de él. Sin embargo, la compañía ha dejado otras pequeñas puertas abiertas para que todos los que quieran puedan seguir actualizando gratis a la nueva versión del sistema operativo.
Lo primero que debemos hacer para ello es comprobar que cumplimos los requisitos mínimos de Windows 10 para poder instalarlo. Si tenemos Windows 7 instalado, lo más seguro es que no tengamos ningún problema para actualizar.
El siguiente paso será saber a qué edición de Windows 10 vamos a actualizar. Según la licencia, esta se traducirá en una u otra edición de Windows 10. Si nuestro equipo está gestionado por Windows 7 de 32 bits, vamos a poder actualizar a Windows 10 de 32 bits. Pero si el equipo está gestionado por Windows 7 de 64 bits, podemos actualizar a Windows 10 de 64 bits. Si nuestro equipo, incluye un procesador de 64 bits, es recomendable instalar la versión de 64 bits. En caso de tener una versión de 32 bits, una vez hemos actualizado a la versión de 32 bits de Windows 10, y Microsoft ha asociado nuestra licencia a la cuenta de Microsoft, debemos formatear el equipo e instalar la versión de 64 bits utilizando el mismo código de licencia. Lo mismo sucede si se trata de una versión Home o una versión Pro de Windows 7, ya que únicamente vamos a poder actualizar de Windows 7 Home a Windows 10 Home y de Windows 7 Pro a Windows 10 Pro.
Obviamente, es necesario tener una licencia válida para poder actualizar a Windows 10, ya que, de lo contrario, ya nos podemos ir olvidando de realizar el proceso. A partir de Windows 8, Microsoft introdujo las licencias digitales, licencias que se asocian a un hardware y usuario concreto, por lo que, si utilizamos una clave pirata, es más que probable que el propietario original ya haya actualizado a Windows 10, por lo que los servidores de Microsoft no permitirán asociarla a otro equipo.
Una vez hecho esto, lo que debemos hacer es descargar la herramienta de creación de medios, algo que podemos hacer desde el siguiente enlace. Además, es interesante saber que podremos descargar y usar este software sin coste alguno.
Esta herramienta nos dará la posibilidad de elegir si queremos actualizar nuestro PC ahora o crear un medio de instalación. Elegiremos la primera opción.
Continuamos con el asistente y, como veremos, no se nos pedirá ninguna licencia. Y en el raro caso de que nos pida una clave, la que debemos introducir es la de Windows 7 o Windows 8.1, la clave de nuestro ordenador.
El proceso de actualización de Windows 7 a Windows 10 es largo, por lo que debemos esperar con paciencia. Y si todo va bien, además, respetará todos nuestros programas y nuestros archivos personales.
Cuando termine, ya podremos empezar a utilizar Windows 10. Y, como habremos visto, el sistema operativo estará totalmente activado. Si iniciamos sesión con nuestra cuenta Microsoft, la licencia se vinculará con la nube, por lo que nunca la perderemos (salvo si tenemos una licencia OEM y cambiamos el hardware del ordenador).
Cuando acabe la instalación, recomendamos ir al apartado de Configuración > Actualización y seguridad > Activación para comprobar que nuestro Windows está correctamente activado.
La clave ya ha quedado vinculada a la Cuenta Microsoft. Ahora, si queremos, podemos formatear e instalar Windows 10 de nuevo en nuestro PC, ya que se activará automáticamente tras instalarlo e iniciar sesión en el PC.
Cómo actualizar de Windows 7 a Windows 11
Técnicamente, no hay nada que impida pasar directamente a Windows 11 si tenemos instalado Windows 7. Pero casi seguro que Windows no nos va a dejar dar el salto. Por lo tanto, tendremos que hacerlo en dos pasos. El primero de ellos será dar el salto a Windows 10, de una de las dos formas que os hemos contado en los pasos anteriores. En el proceso, además de actualizar nuestro sistema, actualizaremos la licencia para que sea válida con Windows 10 (y, con ello, para Windows 11 también).
Una vez estemos en Windows 10, ya podremos dar el salto a Windows 11. Nos aparecerá dentro de Windows Update un mensaje que nos indicará que tenemos la posibilidad de instalar esa versión. Simplemente, elegimos actualizar, y listo. Pero, lo más probable es que nuestro ordenador no cumpla los requisitos. Microsoft se ha puesto más exigente con respecto a los mínimos para instalar este nuevo sistema operativo. Estos son:
- Procesador de al menos dos núcleos y una frecuencia de al menos 1 GHz. Hay una lista de procesadores compatibles.
- El sistema debe tener como mínimo 4 GB de memoria RAM.
- Debe contar con BIOS UEFI compatible con arranque seguro.
- Es imprescindible que tenga un Módulo de plataforma segura (TPM) en su versión 2.0.
- Obligatorio que tenga conexión a internet, ya que requiere cuenta de Microsoft y estar conectado a la red.
Cumplir estos requisitos puede ser complicado o imposible en sistemas con unos diez años. Los dos núcleos y los 4 GB de RAM no son mucho problema, pero el TPM 2.0 y la BIOS UEFI, sí que pueden ser problemas. Puedes comprobar si tu PC es compatible siguiendo estos pasos:
- Para verificar TPM 2.0: pulsamos el atajo de teclado Windows + R, escribimos «tpm.msc» y pulsamos Enter. Si aparece información sobre el «Módulo de plataforma segura» y la versión de especificación es 2.0, el equipo es compatible. Si indica «No se encuentra TPM compatible», entonces no lo es.
- Para verificar UEFI: pulsamos el atajo de teclado Windows + R, escribimos «msinfo32» y pulsamos Enter. En la ventana de «Información del sistema», buscamos la línea «Modo de BIOS». Si el valor es «UEFI», tu equipo es compatible. Si es «Heredado» o «Legacy», no lo es.’
Cómo preparar Windows para actualizar
Lo primero que debemos tener claro es que es necesario tener una licencia válida de Windows 7 para poder actualizar el equipo. Si estás utilizando una copia ilegal de Windows 7, ya puedes ir olvidándote de actualizar, ya que, lo primero que comprueba Microsoft antes de iniciar el proceso es que se trata de una licencia que se compró en su momento o se incluía de forma nativa en los equipos que se vendían en aquella época.
El proceso de actualización de Windows 7 a Windows 10 está ya muy depurado. Sin embargo, es recomendable seguir una serie de recomendaciones para reducir al mínimo la probabilidad de que algo pueda salir mal y tengamos problemas. Os dejamos una lista con las comprobaciones y actuaciones para preparar el PC.
- Verificar compatibilidad del sistema. Ejecutamos una comprobación de estado del PC para confirmar que el ordenador es compatible con la nueva versión de Windows. Para Windows 11, nos aseguraremos especialmente de que el sistema sea compatible con TPM 2.0, ya que el módulo de plataforma de confianza es esencial para el funcionamiento seguro del sistema operativo.
- Actualizar controladores y sistema actual. Instalamos todos los controladores más recientes para el hardware y ejecutaremos Windows Update para asegurarnos de que el sistema actual está completamente actualizado antes de proceder con la migración. Es importante destacar que la actualización debemos realizarla a partir de Windows 7 SP1 (Service Pack 1), ya que no podremos hacerlo desde la RTM.
- Buscar virus en el PC. Usaremos un antivirus moderno y fiable para buscar virus, malware, y otras amenazas en el sistema antes de empezar la actualización. De esta forma evitamos que pueda causar errores, y también que la amenaza pase a la nueva versión de Windows.
- Realizar copia de seguridad completa. Haremos una copia, o backup, completa de todos los datos importantes (documentos, fotos, configuraciones, etc). Esto nos permitirá recuperar la información en caso de que algo salga mal durante el proceso de actualización.
- Desinstalar programas críticos o problemáticos. Eliminaremos todo el software que pueda causar conflictos durante la actualización, especialmente programas de seguridad de terceros, software de virtualización o aplicaciones muy antiguas que no son compatibles con versiones nuevas de Windows.
- Liberar espacio en disco duro. Nos aseguraremos de tener suficiente espacio libre en el disco principal. Para ello, podemos eliminar archivos temporales, vaciar la papelera de reciclaje y desinstalar programas que ya no usemos para garantizar que hay espacio suficiente para la nueva instalación.
- Desconectar periféricos no esenciales. Desconectamos dispositivos externos, como impresoras, escáneres, discos duros externos o dispositivos USB, que no sean estrictamente necesarios. Mantenemos solo el teclado, ratón y monitor conectados para minimizar posibles conflictos de hardware.
- Verificar licencia válida. Aunque ya lo hemos dicho, lo recordamos. Tendremos que confirmar que tenemos una licencia válida de Windows 7 que nos permita actualizar gratuitamente a Windows 10 o Windows 11. Esta licencia será necesaria durante el proceso de activación.
- Crear punto de restauración. Creamos un punto de restauración del sistema como medida adicional de seguridad, lo cual nos permitirá volver al estado anterior en caso de problemas durante la actualización.
Qué hacer después de actualizar
Ya hemos actualizado nuestro ordenador al nuevo sistema operativo de Microsoft, manteniendo los datos, las configuraciones y, lo más importante, la licencia. Además, hemos comprobado que el SO está correctamente activado y que la licencia ha sido vinculada a nuestra cuenta Microsoft para no perderla nunca.
¿Ahora qué? Una vez completada la actualización, es crucial seguir estos pasos adicionales para garantizar el correcto funcionamiento del sistema.
- Buscar nuevas actualizaciones. Tendremos que ejecutar Windows Update inmediatamente después de la actualización para descargar e instalar las últimas correcciones y mejoras de seguridad y asegurarnos de que nuestro sistema funciona a la perfección.
- Verificar los datos y programas. Comprobaremos que todos los datos se han transferido correctamente y no se ha perdido nada en el proceso (de ser así, tocará echar mano de la copia de seguridad). Y también de que los programas esenciales funcionan sin problemas en la nueva versión de Windows.
- Considerar un formateo limpio. Para obtener el mejor rendimiento posible, o si experimentamos problemas y errores, deberemos evaluar la posibilidad de realizar una instalación limpia del sistema para eliminar cualquier problema heredado de la versión anterior de Windows.
Con todo esto, ya tendremos nuestro nuevo Windows listo y funcionando a la perfección.
Más allá de la seguridad: las ventajas que notarás al actualizar
Aunque la seguridad es uno de los elementos más importantes a tener en cuenta a la hora de actualizar, no es la única mejora que vamos a obtener. Aquí os dejamos una pequeña lista con algunas de las mejoras que encontraremos al pasar de Windows 7 a Windows 10 u 11.
- Mejoras en la interfaz de usuario. Windows 10 representó un retorno a una interfaz más orientada al escritorio tras los problemas de Windows 8, manteniendo elementos familiares de Windows 7 pero con mejoras en usabilidad.
- Integración de servicios modernos. Windows 10 incorporó la integración con Xbox Live y nuevas funcionalidades como Cortana, ofreciendo una experiencia más conectada y moderna.
- Modelo de actualizaciones continuas: A diferencia de Windows 7, Windows 10 se concibió como un «servicio» que recibe actualizaciones continuas de características y funcionalidades, no solo de seguridad.
Tres motivos de peso para animarnos, aún más, a dar el salto.
Solucionar errores comunes al actualizar
Microsoft ha solucionado muchos de los problemas de compatibilidad que impedían actualizar a Windows 10, pero no todos. Este sistema operativo aún tiene algunos problemas de compatibilidad con el software más antiguo, y por ello, si tenemos algún driver incompatible, puede que sea la razón por la que no podemos actualizar nuestro ordenador.
Lo primero que os recomendamos es seguir los pasos del apartado «Cómo preparar Windows para actualizar» para preparar el sistema y reducir al mínimo la probabilidad de que algo salga mal. Y, si en el proceso vemos un código de error, os vamos a explicar cómo solucionarlo.
| Código de Error | Causa Probable | Solución Sugerida |
|---|---|---|
| 0xC1900101 | Problemas con controladores incompatibles o desactualizados durante la instalación | Actualizar todos los controladores antes de la instalación, especialmente gráficos y audio. Desconectar dispositivos USB no esenciales |
| 0x80070070 | Espacio insuficiente en disco duro o en la partición reservada del sistema | Liberar al menos 20-30 GB de espacio libre. Aumentar el tamaño de la partición reservada usando software de terceros |
| 0x800F0922 | Conexión bloqueada por proxy/VPN o problemas de conectividad con servidores de Windows Update | Desactivar VPN y proxy temporalmente. Verificar conexión a Internet y configuración de firewall |
| 0x80070003 | Archivos de actualización dañados o ausentes, servicios de Windows Update bloqueados | Ejecutar solucionador de problemas de Windows Update. Reiniciar servicios BITS y Windows Update. Usar herramientas SFC y DISM |
| 0x800700B7 | Interrupción inesperada del proceso por programas en segundo plano o software antivirus | Desinstalar temporalmente el antivirus y software de seguridad de terceros. Cerrar programas innecesarios antes de iniciar la actualización |
Además de estos errores comunes, también podemos encontrarnos con otro: SAFE_OS. El error SAFE_OS es uno de los más problemáticos y persistentes a la hora de instalar nuevas versiones de Windows. Este apareció en la era de Windows 8, y a día de hoy continúa afectando las actualizaciones del sistema. Aunque no existe una solución definitiva, podemos abordar cuatro estrategias para intentar mitigarlo, como:
- Descargar de nuevo la ISO completa de Windows 10 y llevar a cabo la actualización desde ella.
- Reintentar varias veces la instalación de la nueva versión.
- Esperar unos días y aplicar las actualizaciones disponibles antes de volver a intentar.
- Asegurarnos de que todos los controladores, y programas que dejemos instalados, estén actualizados.
Qué hacer si algo sale mal
Si hemos seguido las recomendaciones de este artículo, todo debería salir bien. El proceso de actualización tardará bastante tiempo (incluso varias horas, dependiendo del tipo de PC que tengamos y de la unidad de almacenamiento, si es HDD o SSD), y, cuando acabe, ya podremos seguir el ordenador, pero ya actualizado a la última versión. Sin embargo, nunca hay una certeza del 100% de que todo vaya a salir bien.
La actualización de 7 a 10, o a 11, puede fallar por muchos motivos. Y, cuando esto ocurre, empiezan los problemas. Uno de los motivos por los que Windows tarda tanto tiempo en actualizar, y necesita tanto espacio en el disco duro, es porque crea una copia de seguridad completa del sistema. Esta copia de seguridad nos permite volver atrás si no nos gusta el nuevo SO, y se puede utilizar para revertir los cambios en caso de que algo salga mal. Si en algún punto del proceso de actualización ocurre algún error, será el propio Windows el que desinstale la actualización y vuelva atrás.
En el peor de los casos, lo que conseguiremos es que nuestro ordenador no cargue ningún Windows. Podemos ver desde pantallas en negro hasta pantallazos azules. Si esto ocurre (algo poco probable) es que ha ocurrido un error crítico, y las únicas opciones que nos quedarán son la de formatear y reinstalar Windows de cero. En este caso, aprovecharemos para instalar la nueva versión directamente desde una memoria USB, y al final, restauraremos la copia de seguridad que habremos creado con nuestros datos. Llevará algo más de tiempo, pero cuando terminemos tendremos nuestro PC como recién salido de fábrica, lo que será de agradecer para la mayoría.
