Uno de los primeros programas que instalamos cuando nos enfrentamos a un sistema operativo instalado desde cero, es el navegador web. Aunque venga alguno preinstalado como sucede con Edge en Windows, también nos podemos decantar por otras opciones como Firefox o Google Chrome.
Todo dependerá de las necesidades que tengamos o las prioridades a la hora de movernos por internet. Hay usuarios que dan más importancia a la privacidad y seguridad, mientras que otros prefieren la carga casi instantánea de páginas. Otros prefieren utilizar un software ligero que apenas consuma recursos, o instalar uno lo suficientemente potente y funcional que ofrezca todo lo necesario. Sea como sea de lo que no cabe duda en estos instantes y desde hace varios años, es que el líder indiscutible del sector es el mencionado Chrome.
Con más de un 65% de penetración de mercado, está muy por encima del resto de propuestas de este tipo. Todo ello a pesar del proyecto Edge de Microsoft con el que quiere competir algún día de manera directa con el programa de Google. Una vez elegido e instalado este programa en el equipo, llega el momento de configurarlo. Y es que este tipo de software en concreto nos permite multitud de parámetros personalizables. Estos hacen referencia tanto al aspecto tanto funcional como externo de Google Chrome.
También debemos tener en cuenta que el programa como tal viene configurado para que podamos utilizarlo de forma predeterminada sin problema alguno. De hecho, hay determinadas funciones que no deberíamos tocar y que Google las establece como activadas por defecto nada más instalar el programa. Eso es precisamente de lo que os queremos hablar a continuación si vais a empezar a utilizar Chrome en una instalación limpia.
Funciones que no deberíamos tocar al instalar Chrome
Tal y como os contamos, Google establece una serie de parámetros predeterminados en las instalaciones limpias de su navegador. Aunque tenemos la posibilidad, hay cosas que no deberíamos tocar en la mayoría de las ocasiones, como veremos a continuación.
- La página de pruebas: aquí nos referimos a las diferentes pruebas que la firma nos permite activar a través de chrome://flags/. En este apartado encontramos multitud de funciones que aún no se han implementado en la versión final y que no deberíamos activar si no sabemos bien lo que estamos haciendo.
- El motor de búsqueda: en otros muchos navegadores multitud de usuarios, por motivos de privacidad, prefieren utilizar otros motores de búsqueda alternativos a Google. Sin embargo, en este caso en concreto, y teniendo en cuenta que este es el buscador más potente, en Chrome podemos sacar el máximo provecho al mismo y a todos los servicios de la misma firma. Es por ello por lo que en este navegador deberíamos mantener el motor de búsqueda que viene configurado.
- El nivel de protección: hay que tener en cuenta que por motivos de seguridad en estos momentos Google Chrome nos ofrece tres niveles de protección. De forma predeterminada viene establecido el intermedio, conocido como Estándar. Podemos aumentar este nivel de protección cambiándolo a Mejorada. Pero lo que no debemos hacer bajo ningún concepto es eliminar la protección y cambiar este apartado a Sin protección.
- Tamaños de fuente y zoom: en lo que se refiere al aspecto de las webs que se mostrarán en Chrome, de forma predeterminada el programa viene configurado en un tamaño estándar. Esto quiere decir que el tamaño de la fuente será el mediano, que precisamente es el recomendado, y el zoom al 100%. Excepto en determinadas circunstancias un tanto especiales, estos parámetros deberíamos dejarlos tal y como vienen preestablecidos. Eso sí, si tenemos problemas en la vista nos podrán ser muy útiles.