Normalmente, los nombres de todos los archivos de Windows están divididos en dos partes. La primera de ellas es el nombre identificativo del mismo. Este nos ayuda a saber de qué archivo se trata a simple vista. Y la segunda de las partes, separa por un punto, la extensión. Esta extensión permite al sistema operativo saber qué tipo de contenido tiene el archivo, de qué es y con qué programa debe abrirlo por defecto cuando hagamos doble clic sobre él. Mientras que el nombre podemos cambiarlo sin problemas, dar una extensión errónea a un archivo puede hacer que este quede inutilizado.
Cuando instalamos un programa en nuestro ordenador, normalmente este nos preguntará si queremos utilizarlo como programa predeterminado para abrir ciertos tipos de archivos. Por ejemplo, si instalamos AIMP Player este nos permitirá abrir los MP3 por defecto, mientras que VLC hará lo propio con los vídeos.
Además de las asociaciones de archivos automáticas, Windows nos permite elegir con qué programa queremos abrir cada una de las extensiones de archivos. Si la extensión es desconocida, al hacer doble clic nos aparecerá una ventana como la siguiente en la que podemos elegir el programa que queramos.
A continuación, vamos a explicaros cuáles son los tipos de archivo más comunes que podemos encontrar cuando trabajamos con Windows.
Tipos de archivos por extensión
A continuación, vamos a ver cuáles son los tipos de extensiones más comunes que nos podemos encontrar.
Extensiones de documentos
La ofimática es una de las tareas más habituales de cualquier sistema informático. A diario trabajamos con Office, u otros programas similares, para crear documentos, hojas de cálculo, presentaciones de diapositivas y más. Además, también es muy frecuente trabajar con archivos de texto plano, sin formato.
- TXT: archivos de texto plano, sin formato.
- DOC: documentos de Word. Este formato está obsoleto, ya que pertenece a las versiones antiguas de Office.
- DOCX: formato por defecto de los documentos de Word. Este formato no permite ejecutar macros.
- DOCM: igual que el DOCX, pero con macros habilitadas.
- ODT: documento de texto en formato OpenDocument, ideal para usar con suites alternativas como LibreOffice.
- PDF: formato de Adobe Acrobat. Protege el estilo y evita modificaciones.
- RTF: formato de texto enriquecido, perfecto para compartir entre distintos sistemas operativos.
- CSV: formato abierto para representar cualquier tipo de datos en forma de tabla.
- XLS: documentos de Excel. Este formato está obsoleto, ya que pertenece a las versiones antiguas de Office.
- XLSX: formato por defecto de los documentos de Excel. Este formato no permite ejecutar macros.
- XLSM: igual que XLSX, pero con macros habilitadas.
- ODS: hoja de cálculo en formato OpenDocument, ideal para usar con suites ofimáticas alternativas como LibreOffice.
- PPS: presentación de diapositivas de PowerPoint configurada para abrirse siempre en modo presentación. Este formato está obsoleto, ya que pertenece a las versiones antiguas de Office.
- PPT: presentación de diapositivas de PowerPoint. Este formato está obsoleto, ya que pertenece a las versiones antiguas de Office.
- PPSX: formato por defecto de PowerPoint para abrir el archivo en modo presentación. Este formato no permite ejecutar macros.
- PPTX: formato por defecto de PowerPoint. Este formato no permite ejecutar macros.
- PPSM: igual que el PPSX, pero con macros.
- PPTM: igual que el PPTX, pero con macros.
- POTX: plantilla de Microsoft PowerPoint.
- ODP: formato OpenDocument para presentación de diapositivas, ideal para usar con suites ofimáticas alternativas como LibreOffice.
Si estamos intentando abrir documentos, lo más común es usar procesadores de texto, como Word o LibreOffice Writer. En el caso de hojas de cálculo, lo más común es usar Excel o Calc. Y en el caso de presentaciones de diapositivas tenemos programas como PowerPoint y Impress.
Para los archivos de texto sin formato, el mismo Bloc de Notas de Windows, u otros editores como Visual Studio Code, nos permitirán abrirlos sin problemas.
Extensiones de audio
Si nos gusta escuchar música en nuestro ordenador, o crear nuestra propia música, debemos conocer los principales formatos de audio que nos encontraremos en nuestro día a día:
- MP3: códec de música estándar con compresión.
- WMA: formato de audio desarrollado por Microsoft con compresión y posible DRM.
- WAV: formato de audio digital con o sin compresión.
- FLAC: formato de audio digital de alta fidelidad y sin pérdidas.
- MIDI: protocolo para transferencia de datos, con información de sonido, de 8 bits.
- OGG: códec de audio libre, muy popular como alternativa al MP3.
- M3U: lista de reproducción.
Para reproducir estos archivos necesitamos un reproductor de música. AIMP, por ejemplo, es una de las mejores opciones que podemos encontrar hoy en día.
Extensiones de vídeo
Del mismo modo que ocurre con el audio, los clips de vídeo también tienen sus propios formatos por defecto. Dependiendo del codec que se utilice, y otros muchos factores, podemos encontrar extensiones de archivos de vídeo comunes como:
- AVI: contenedor de audio y vídeo que puede contener varios flujos de datos de audio y de vídeo.
- DIVX: formato utilizado para almacenar archivos de vídeo de alta definición y calidad.
- MOV: formato utilizado por QuickTime.
- MP4: formato capaz de almacenar contenido multimedia como audio, vídeo y subtítulos.
- MPG: formato con compresión de baja pérdida de calidad.
- MKV: formato contenedor de vídeo que guarda por separado el audio y el vídeo.
- WMV: formato de vídeo desarrollado por Microsoft con compresión y posible DRM.
- WPL: lista de reproducción de Windows Media Player.
Para abrir estos archivos necesitaremos un reproductor de vídeo. VLC, por ejemplo, es uno de los mejores reproductores de vídeo que podemos encontrar para este fin.
Extensiones de fotos
Igual que el audio y el vídeo, las fotos también deben tener su propio formato multimedia. Dependiendo del tipo de foto, la calidad y la compresión podemos encontrarnos con estas extensiones de archivos comunes:
- JPEG / JPG: formato más utilizado en imágenes digitales, con compresión y pérdida.
- PNG: formato gráfico con compresión sin pérdida. Soporta transparencias.
- BMP: imagen de mapa de bits.
- ICO: archivo de icono.
- SVG: imagen de gráficos vectoriales.
- WEBP: formato de imagen con compresión desarrollado por Google para web.
- GIF: imágenes animadas.
- PSD: proyecto de Adobe Photoshop.
- HEIC: formato de imagen utilizado por Apple en macOS y iOS.
- NEF/CRW: formato de imagen RAW, en bruto, utilizado por cámaras Nikon y Canon.
- AI: proyecto de Adobe Ilustrator.
- ID: proyecto de InDesign de Adobe.
Según el tipo de foto que sea podremos abrirlas con unos programas u otros. Por ejemplo, si se trata de un proyecto de Photoshop necesitaremos el software de Adobe, si estamos abriendo una imagen RAW lo haremos con un software como Camera RAW, o si son fotos normales con el propio visor de fotos de Windows.
Extensiones de Windows
Windows, por supuesto, tiene sus propios tipos de archivos. Estos normalmente son reconocidos y utilizados por el propio sistema operativo, por lo que no tenemos que preocuparnos de ellos. Los más comunes con los que podemos encontrarnos a diario son:
- EXE: ejecutable de Windows.
- LNK: acceso directo.
- BAT: script para CMD.
- COM: aplicación de MS-DOS.
- PS1: script de PowerShell.
- DLL: librerías con código necesario para que los programas funcionen.
- MSI: instalador.
- SYS: ficheros críticos del sistema. No se recomienda tocarlos ni borrarlos.
- TTF: fuente tipográfica TrueType.
- OTF: fuente tipográfica OpenType.
- INI: archivo de configuración.
- SCR: protector de pantalla.
- INF: información sobre instalación.
- BIN: archivo binario.
- ANI: cursor de Windows animado.
- BFC: maletín.
- BKF: copia de seguridad de Windows.
- CER: certificado digital.
- THEME: tema para Windows 10.
- TMP: archivo temporal.
- CLASS: archivo de código de Java.
- C: archivo de código de C.
- CPP: archivo de código de C++.
- JAVA: archivo de código de Java.
- VBS: código Visual Basic.
Estos archivos suelen venir asociados al propio sistema, por lo que no necesitaremos software adicional para abrirlos.
Extensiones de archivos comprimidos
Comprimir archivos es muy útil ya que nos permite agrupar una gran cantidad de ficheros en un mismo paquete, reducir su tamaño, y permitirnos compartirlos fácilmente con otras personas a través de Internet. Los formatos más utilizados para archivos comprimidos son:
- ZIP: formato desarrollado por WinZIP.
- RAR: formato de compresión desarrollado por WinRAR más eficiente que el ZIP.
- RAR5: versión renovada de RAR con mejoras de seguridad y recuperación de datos.
- 7Z: formato libre desarrollado por el creador de 7-Zip.
- ACE: archivo comprimido con WinACE.
- R00, R01, etc: archivo WinRAR dividido en partes.
- GZ: archivo comprimido en GZIP, muy frecuente en Linux.
- tar.bz2: otro formato de archivo comprimido de Linux.
WinRAR, PeaZip, 7-Zip o Bandizip son excelentes programas para abrir todo tipo de formatos comprimidos.
Extensiones de imágenes de CD o DVD
Una imagen de un disco es una copia de todo su contenido y empaquetado dentro de un contenedor. Las extensiones más comunes para los archivos de imagen de disco son:
- ISO: formato de imagen por excelencia.
- CUE: los datos del disco (como pistas de audio, títulos, duración, etc) se guardan como archivos de texto, sin formato, en ASCII. Contiene las instrucciones para poder leer el BIN que le acompaña.
- IMG: muy utilizado, por ejemplo, para crear copias literales de tarjetas de memoria u otras unidades.
Grabadores de discos, como Nero, o programas de montaje de imágenes, como Daemon Tools, nos permitirán trabajar con estos tipos de archivo. Además, también podemos recurrir a los compresores anteriores, que nos permitirán acceder a todos los datos dentro de estas imágenes de discos.
Extensiones de Internet
Internet también tiene sus propias extensiones de archivos utilizadas, principalmente, por páginas web y servicios de correo electrónico. Las extensiones más comunes son:
- HTML: archivo de texto con código para una página web.
- XML: archivo de lenguaje de marcado.
- URL: documento HTML.
- CSS: extensión de estilo que acompaña al HTML.
- JS: script JavaScript.
- PHP: código PHP.
- EML/MSG: formato de correo electrónico.
- SWF/SPL: archivo Flash Player.
Para abrir estas extensiones de archivos comunes necesitaremos un navegador web, como Google Chrome, Edge o Firefox.
Podemos conocer más información sobre los tipos y las extensiones de archivos más comunes en el siguiente enlace de Microsoft.
Extensiones de juegos retro
Los juegos retro cada vez están más de moda. Las roms que podemos bajar de Internet normalmente tendrán una extensión acorde a la consola a la que correspondan. Esto nos ayudará a identificarlas y abrirlas con su emulador correspondiente. Si las configuramos para abrirlas por defecto con sus respectivos emuladores las tendremos listas para jugar con solo hacer doble clic.
- Genéricos:
- BIN: normalmente suele corresponder a juegos arcade. Sin embargo, puede ser cualquier volcado de cartucho.
- ROM: como su nombre indica, corresponde a una rom de un juego. Pero no se especifica a qué consola.
- CUE: imágenes volcadas de un disco. Común en la PlayStation 1.
- ISO: imagen de disco de cualquier consola de CD.
- Atari
- ART: juegos de la Atari 800.
- A26: juegos de la Atari 2600
- A52: juegos de la Atari 5200.
- A78: juegos de la Atari 7800.
- J64: juegos de la Atari Jaguar.
- LNX: juegos de la Atari Lynx.
- Coleco
- COL: juegos de la Coleco.
- Vectrex
- VEC: juegos de la GCE Vectrex.
- PC Engine
- NEC: juegos de la TurboGrafx-16.
- Nintendo
- Z64: juegos de la Nintendo 64.
- NDS: juegos de la Nintendo DS.
- NES: juegos de la Nintendo Entertainment System.
- SNES: juegos de la Super Nintendo Entertainment System.
- GB: juegos de la Game Boy.
- GBC: juegos de la Game Boy Color.
- GBA: juegos de la Game Boy Advance.
- Sega:
- GG: juegos de la Game gear.
- MD: juegos de la Mega Drive, o Sega Genesis.
- SMS: juegos de la Sega Master System.
- Sinclair ZX Spectrum
- IPF: juegos de la Spectrum.
- NeoGeo Pocket
- NGP: juegos de la NeoGeo Pocket
- NGC: juegos de la NeoGeo Color.
Preguntas frecuentes
Ahora que ya conoces los formatos de archivos más comunes y habituales que podemos encontrar en el PC, vamos a resolver las principales dudas que pueda haber sobre los diferentes tipos de archivos.
¿Por qué es importante mostrar la extensión de un archivo?
La extensión es lo que le dice al sistema operativo qué clase de archivo es. Por lo general, las extensiones cuentan con tres o cuatro dígitos, si bien pueden ser más ampliadas llegado el caso. De esta forma, en caso de que tengamos un archivo .xmlx, Windows va a reconocerlo y sabrá que pertenece a Microsoft Excel, si se trata de .docx lo reconocerá como archivo de Word y si la extensión es .pptx, el sistema reconocerá que se trata de un archivo de PowerPoint.
Gracias a las extensiones asociada los archivos a determinadas aplicaciones y, al pulsar sobre los archivos que queremos abrir, automáticamente utiliza la aplicación predeterminada en el sistema para hacerlo. De esta forma, facilitamos el trabajo a Windows y, de paso, agilizamos el proceso de apertura de los archivos, al no tener que seleccionar con que aplicación queremos abrirlas.
Vamos a poder encontrar muchos y diferentes extensiones según el tipo de archivo. Por ejemplo, para los archivos de audio es normal encontramos extensiones como .mp3, .flac, .ogg, entre otras. Si disponemos de un archivo de imagen, lo normal es que su extensión sea .png, .jpeg, .bmp, etc.
Si decidimos configurar Windows para que nos muestren las extensiones de los archivos nos puede resultar útil para poder reconocerlos fácilmente, así como por seguridad, aunque Windows nos facilita la labor mostrando el icono correspondiente a la aplicación. En caso de no saber la extensión del archivo, difícilmente vamos a saber cómo abrirlo, ya que no sabremos si es un documento, un archivo de instalación, un fichero de audio, etc. Realmente, la única finalidad de visualizar la extensión de los archivos de Windows desde el explorador de archivos es tener la posibilidad de poder cambiarla para asociarla a otra aplicación.
Si la extensión se muestra oculta, como sucede de forma nativa, nunca vamos a poder acceder a la extensión para modificar, ya que debemos cambiar la información que se muestra detrás del punto que es lo que determina la aplicación a la que está asociada. La función que nos permite mostrar u ocultar la extensión de los archivos encuentra en la cinta de opciones Vista del explorador de archivos a través de la opción Extensiones de nombre de archivo.
Windows nos permite cambiar fácilmente la extensión de los archivos, una funcionalidad útil en determinados casos, especialmente cuando se trata de archivos de imagen o vídeo para poder reproducirlos con determinadas aplicaciones que, en teoría, no son reconocidas por Windows como compatibles con ese formato. Cuando intentamos cambiar la extensión, Windows nos mostrará un aviso en el que nos informa que el archivo puede dejar de estar accesible y reconocible por la aplicación a la que actualmente está asociada. La única forma de poder cambiar la extensión es modificando la configuración de Windows para que la muestre junto al nombre del archivo, ya que, de forma nativa, esta información está oculta.
¿Qué riesgos corremos al ocultar las extensiones?
Debemos tener en consideración que en determinadas ocasiones, especialmente en aquellos usuarios que no se desenvuelven bien en Windows, ocultar de forma predeterminada los tipos de archivo con lo que trabajamos puede resultar un riesgo. Y es que todo ello se puede traducir en que los potenciales atacantes tengan más posibilidades a la hora de engañar a la gente para que abra archivos maliciosos sin darse cuenta. Ya sabéis que la extensión de un archivo son las letras que aparecen inmediatamente después del último punto en su nombre. Esta es utilizada por el sistema operativo para determinar qué programa se utiliza para abrir, ver y ejecutar el fichero. Como os decimos, por defecto Microsoft decide ocultar las extensiones en Windows para que un archivo solo muestre su nombre por defecto.
Quizá la razón original de esto fue para hacerlo menos confuso para los usuarios, pero independientemente de eso, lo cierto es que es un riesgo de seguridad. De todo ello son plenamente conscientes los atacantes, por lo que se aprovechan. Y es que se puede dar el caso de que recibamos un fichero malicioso con un nombre e icono falsos. Sin embargo, si habilitamos las extensiones, rápidamente vemos que se puede tratar de un ejecutable malicioso que utiliza un icono falso para engañarnos. Esto es algo demasiado habitual, por lo que se trata de una trampa en la que podemos caer en cualquier momento.
Y es que cuando nos encontremos con un archivo que realmente es ejecutable pero que nos llega “disfrazado” de otro, debemos desconfiar. Es por ello que la mayoría de los expertos de seguridad, recomiendan que activemos la visualización de extensiones en Windows, por precaución. Así, con tan solo activar esto que os comentamos, podremos ver aquellos archivos sospechosos que potencialmente podrían infectar nuestro ordenador. Así evitaremos la llegada de malware al sistema que comprometa el mismo y nuestra información personal.
¿Cómo puedo abrir un archivo de formato desconocido?
Windows, por defecto, no podrá abrir ningún archivo con extensión no registrada en el sistema operativo. Si lo intentamos veremos una ventana como la siguiente que nos indicará que Windows no sabe cómo abrir el archivo. En el caso de que sepamos qué tipo de archivo es, podemos pulsar en Más aplicaciones para seleccionar con que aplicación queremos abrirla. Si no seleccionamos una aplicación que sea compatible con ese formato, el archivo mostrará información ilegible y sin ningún sentido.
Podemos intentar buscar en la Microsoft Store el tipo de archivo que queramos abrir, o explorar todos los programas instalados en el ordenador para elegir el que queramos. Pero lo mejor que podemos hacer es realizar una rápida búsqueda en Google para poder saber exactamente de qué tipo es el archivo que estamos intentando abrir.
Además, debemos tener en consideración que hay extensiones de archivo que son potencialmente peligrosas ya que suelen contener todo tipo de códigos maliciosos. De ahí que echar un vistazo a Google para informarnos bien nos pueda evitar disgustos en el futuro si intentamos abrir esos ficheros con determinados programas.
¿Puedo cambiar la extensión de un documento?
Como hemos explicado en este artículo, las extensiones de un archivo permiten a Windows, saber que con aplicación debe abrir el archivo. Si cambiamos la extensión del archivo por otro que no sea compatible, la aplicación asociada en Windows no será capaz de abrir el documento y nos mostrará un cartel en el que afirma que es ilegible. Pero, si cambiamos el formato, por ejemplo, de .docx a .doc, Word abrirá el archivo al ser compatible con este formato y permitir crear documento .doc. Lo mismo sucede si cambiamos, por ejemplo, la extensión .jpg de una fotografía a .png, también vamos a poder utilizar la aplicación que habitualmente utilizamos para ver este tipo de archivos (ya que también es compatible con .png). al igual que sucede si cambiamos el formato de una imagen .jpg a .psd (Photoshop). Lo que nunca vamos a poder hacer es abrir un documento de Word, cuya extensión ha cambiado a un archivo de imagen (.jpg, .png, .bmp, .tiff entre otros).
Para evitar este problema, Windows nos muestra un aviso cuando queremos cambiar la extensión de una fotografía, proceso que únicamente podemos hacer si previamente hemos activado la casilla Mostrar extensión en el explorador de archivos, en el menú Vista. A continuación, seleccionamos el archivo al que queremos cambiar la extensión con el botón derecho del ratón o pulsando la tecla F2 y nos dirigimos a la extensión, las letras que se muestran después del punto. A partir de ese momento, la aplicación mostrará el icono de la aplicación asociada a la extensión, siempre y cuando no hayamos cambiado otro tipo de formato no compatible con las miniaturas.
¿Qué extensiones suelen tener los virus?
Para evitar caer en las manos de los piratas informáticos, uno de los aspectos en los que debemos tener más cuidado es con los virus. Los virus, o el malware en general, son programas maliciosos que realizan cambios en el sistema para permitir la entrada de usuarios no autorizados a nuestros datos, robar información personal y confidencial de nosotros, o secuestrar nuestros datos. Pero ¿qué extensiones utilizan estos programas maliciosos?
Al ser ejecutables binarios, lo más común es que los virus, troyanos y demás amenazan vengan dentro de un ejecutable .exe. Además, estos ejecutables suelen llamar a librerías .dll que guardan las instrucciones del malware para que este pueda funcionar sin problemas. En algunos casos, estas amenazas también pueden venir en forma de programas de comandos, .cmd, o en scripts de PowerShell, .ps. Antiguamente, los virus también venían en forma de scripts Visual Basic, como .vbs.
Como podemos ver, no hay una extensión «.virus» como tal que nos permita identificar fácilmente estas amenazas. Al usar extensiones comunes y conocidas, es necesario extremar siempre las precauciones si no queremos terminar siendo víctimas de estos usuarios malintencionados.
¿Cómo abrir una extensión siempre con el mismo programa?
Pero eso no es todo, sino que además el sistema operativo de los de Redmond, también nos permite asignar manualmente formatos de ficheros a determinados programas. Todo esto lo podemos lograr de manera manual para así personalizar al máximo la ejecución de ficheros dependiendo de nuestras preferencias. Esto es algo que vamos a conseguir desde la aplicación de Configuración del mismo Windows. Para acceder a la misma, lo logramos a través de la combinación de teclas Win + I.
De este modo, una vez nos encontramos en Configuración, en la ventana que aparece tenemos que pinchar en el apartado llamado Aplicaciones. Así, en el panel de la izquierda vemos una sección de Aplicaciones predeterminadas, donde pinchamos para a continuación decantarnos por el enlace Elegir aplicaciones predeterminadas por tipo de archivo. En ese momento en pantalla aparecerá un enorme listado con todos los tipos de archivo reconocidos por el sistema operativo. Es lo que nos permitirá será elegir, uno a uno, los programas que queremos que se usen para abrir cada archivo según su extensión.
De este modo no tendremos más que pinchar sobre el tipo que nos interesa en este caso, para después asignar un programa con el que se abrirá por defecto a partir de este instante. Quizá lo más complicado sea localizar con exactitud el formato deseamos de entre los muchos que aquí vemos. Es interesante saber por tanto que vienen colocados en orden alfabético.
¿Por qué algunos programas bloquean ciertos formatos?
Seguro que a lo largo del tiempo y especialmente en los equipos basados en Windows de Microsoft, nos hemos encontrado con que ciertas aplicaciones no nos dejan utilizar formatos de fichero. Y no hablamos de que no sean compatibles, como por ejemplo sucedería a la hora de abrir un DOCX en Photoshop, por ejemplo. Nos referimos a que algunos clientes de correo electrónico, aplicaciones P2P o compresores de archivo no nos dejan cargar algunas extensiones.
La principal razón de todo ello se debe a la seguridad. Estos programas por defecto intentan mantenernos al margen de las posibles acciones maliciosas que suelen encontrarse en determinados formatos de archivo. Un claro ejemplo de todo ello lo encontramos a la hora de intentar enviar, en muchas ocasiones, un archivo ejecutable de Windows .exe a través del correo electrónico. Lo mismo sucede con algunas extensiones relacionadas con ficheros ofimáticos. Y es que tal y como os comentamos antes, hay determinados formatos que se usan habitualmente para la distribución de virus y códigos maliciosos de todo tipo.
Por ejemplo, en el correo electrónico con este tipo de movimientos lo que se intenta es evitar que el receptor reciba un ejecutable, lo ponga en marcha en su equipo y resulte ser un virus.
Cómo ver la extensión de cualquier archivo de Windows
Por defecto, Windows oculta las extensiones de los archivos conocidos. Esto permite tener las ventanas de Windows un poco más ordenadas, pero a nivel de seguridad deja mucho que desear, ya que podemos caer fácilmente en el engaño de la «doble extensión«, ya que nos podemos encontrar con archivos que incluyen en su nombre un punto seguido de una supuesta extensión, cuando en realidad esa extensión no corresponde realmente con el formato de archivo.
Mostrar desde el Explorador de archivos en Windows 10
Si queremos mostrar las extensiones de los archivos en Windows 10, lo que debemos hacer es abrir una ventana del Explorador de archivos, elegir la pestaña «Vista» y asegurarnos de que la opción «Extensiones de nombres de archivo» está marcada.
Ya podemos ver las extensiones reales de todos los archivos que tengamos en nuestro ordenador. Pero ahora viene lo más importante: conocer las más comunes y con qué programas podemos ejecutar cada una de ellas.
Mostrar la extensión desde el Explorador en Windows 11
En Windows 11 el proceso es similar, pero como ha cambiado un poco la Interfaz del Explorador de archivos, hace que los pasos no sean exactamente los mismos. Por lo tanto, debemos abrir el Explorador, por ejemplo, pulsando el atajo de teclado Windows + E. Seguidamente, en la parte superior, hacemos clic en la pestañade Ver, lo cual hará que se muestre un menú desplegable. A continuación, marcamos en Mostrar, y en el panel que se abre hacia la derecha, pulsamos en Extensiones de nombres de archivo.
Usando las Propiedades del archivo
También es posible ver la extensión de un archivo usando su apartado de propiedades. Para ello, solo es necesario hacer clic con el botón derecho en el archivo deseado. Esto hará que se abra un menú contextual donde seleccionaremos su apartado de Propiedades. A continuación, nos aparece una nueva ventana donde encontraremos todo tipo de información sobre la que Windows dispone para este archivo. Aquí podemos ver el apartado Tipo de archivo, donde nos informará del tipo de archivo que estamos viendo.
Hacer que se muestre la extensión del archivo por defecto
Windows cuenta con la posibilidad de hacer que se muestre la extensión de un archivo por defecto junto al nombre de este. De esta forma siempre dispondremos de la información acerca de la extensión que tiene cualquier archivo almacenado en nuestro sistema. Simplemente debemos de habilitar esta opción. La forma de hacerlo es muy similar tanto en Windows 10 como en Windows 11.
En Windows 10
Lo primero que debemos hace es acceder al Explorador de archivos pulsando la combinación de teclas «Windows + E», bien pulsando en su acceso directo ubicado en la barra de tareas o, simplemente abriendo cualquier carpeta.
Posteriormente pulsamos en la pestaña de Archivo y a continuación en Opciones. Esto nos abrirá la ventana de Opciones de carpeta. A continuación, pulsamos en la pestaña de Ver y en configuración avanzada tenemos que desplazarnos hasta la parte inferior hasta localizar una opción llamada «Ocultar las extensiones de archivo para tipos de archivos conocidos», la cual debemos de desmarcar. Por último, pulsamos en Aplicar y Aceptar para guardar los cambios.
En Windows 11
Lo primero será abrir el Explorador de archivos, algo que podemos hacer pulsando la combinación de teclas «Windows + E», bien pulsando en su acceso directo en la barra de tareas o simplemente abriendo cualquier carpeta. Posteriormente pulsamos en el icono con tres puntos verticales que encontramos en la parte superior derecha y pulsamos en Opciones. Esto abrirá la ventana de Opciones de carpetas.
A continuación, pulsamos en la pestaña de Ver y dentro la configuración avanzada, nos desplazamos entre su lista de opciones hasta encontrar la que pone «Ocultar las extensiones de archivo para tipos de archivos conocidos» la cual desmarcaremos. Ya solo nos queda pulsar en Aplicar y Aceptar para que los cambios se guarden de inmediato.
Muchos usuarios prefieren ocultar estas extensiones de archivo de las que os hablamos en estas líneas para así mantener más limpio el escritorio de trabajo del Explorador. Aquellos que estén acostumbrados a trabajar con ciertos formatos de fichero de manera constante, probablemente no necesiten ver la extensión como tal, lo que oculta información innecesaria en este importante apartado de Windows.