Muchos ciudadanos en nuestro país que, por la razón que sea, no pueden o no quieren pedir una hipoteca para comprar una nueva casa, se decantan por la opción del alquiler. Esto es algo que se hace especialmente patente entre los más jóvenes que están deseando independizarse.
Si queremos hacer las cosas de forma legal, algo que os recomendamos en todas las ocasiones, deberíamos firmar un contrato con el dueño de la vivienda. De esta manera nos aseguramos ciertos derechos y nos podremos beneficiar de las obligaciones del arrendatario, por lo que en gran medida estaremos cubiertos para los próximos años.
Y es que hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones vamos a alquilar esa vivienda por un largo período de tiempo, lo que significa que deberíamos tener las cosas bien atadas. Todo ello nos evitará posibles disgustos y gastos no esperados, algo bastante más habitual en estas situaciones, de lo que a la mayoría les gustaría.
De ahí que resulte casi imprescindible que antes de entrar a vivir en nuestro nuevo hogar de alquiler, firmemos el correspondiente contrato y además debemos dar una serie de pasos previos. Al igual que sucede con otros muchos contratos legales que firmamos, debemos tomar ciertas precauciones cuando nos centramos en el alquiler de la vivienda. Además de llevar consigo una buena cantidad de tiempo, hablamos de mucho dinero en la mayoría de las ocasiones.
Evidentemente, lo primero que debemos hacer es establecer un coste mensual y una serie de medidas a cumplir, tanto por parte del arrendador como por nuestra parte. Todo ello debe quedar claramente reflejado en el contrato como tal, y deberíamos de asegurarnos de que no quede ninguna duda al respecto.
Medidas de precaución antes de firmar un contrato de alquiler
Con el fin de no correr riesgos ni tener que enfrentarnos a gastos inesperados en el futuro, hay determinados pasos que deberíamos dar de forma obligatoria antes de firmar, o en la propia firma, de dicho contrato de alquiler.

Leer todas las páginas que lo conforman. En primer lugar, es importante leer el contrato en su totalidad, incluyendo todas sus cláusulas, y no leerlo por encima como solemos hacer habitualmente.
Preguntar dudas y plantear modificaciones. En el caso de que no tengamos claro alguno de los puntos, deberíamos consultar a la persona que nos está ofreciendo dicho documento. Una vez firmado, realizar modificaciones aquí sobre el alquiler será mucho más complicado, en ocasiones, imposible.
Firmar todas las páginas. La mayoría de las veces estos contratos de alquiler suelen ser largos y están compuestos por varias páginas. Es importante que firmemos todas y cada una de ellas para que dicha firma quede reflejada, siempre.
Haz un inventario de los muebles de la vivienda. Antes de firmar el contrato como tal, deberíamos hacer un inventario de todo aquello que contiene la vivienda a la que vamos a acceder de alquiler. Además, si podemos adjuntar fotos de su estado, mejor que mejor, especialmente en aquellos elementos donde haya desperfectos.
Tachar la última hoja del contrato. Es importante dejar algún tipo de marca voluminosa en la última página de dicho contrato para que así no se puedan añadir otras al final. Esto nos podría evitar más de un disgusto en el futuro.