Cuando jugamos en el ordenador, siempre buscamos conseguir el 100%, poder sacar lo mejor del PC y aprovechar al máximo su hardware. Sin embargo, aunque Microsoft intentan vender Windows como un buen sistema para gamers, en realidad hay muchas cosas que dejan mucho que desear. Y, por ello, si no tenemos cuidado es posible que nuestra partida se convierta en una pesadilla en cuanto a rendimiento y problemas. Para evitarlo, es necesario prestar un poco de atención a la hora de ir a jugar. Y esto es lo que hago yo.
Con unos sencillos consejos vamos a poder sacarle todo el provecho posible a nuestro ordenador cuando vamos a jugar. Por ello, os dejo mis propias recomendaciones que, aunque no llevan más de un par de minutos, permiten mejorar, y mucho, la estabilidad del PC al jugar y conseguir el mejor rendimiento posible.
Por supuesto, damos por hecho que tenemos Windows actualizado y que todos los drivers están al día, especialmente el de la tarjeta gráfica.
Mostrar los FPS del juego
Una de las formas que tenemos para ver si el juego va bien o mal es mediante los FPS. Si estos son altos, y se mantienen estables, tendremos fluidez a la hora de jugar, y muchos menos problemas que si son inestables y, al bajar demasiado, podemos experimentar problemas como el stuttering.
Para controlar los FPS de nuestro juego tenemos varias herramientas. Pero nosotros solemos usar dos. La primera de ellas es el visor de FPS de Steam, una función que viene incluida, aunque desactivada por defecto, en el cliente de juegos y que nos permite controlar la velocidad de refresco del juego, y la Game Bar de Windows, que nos ofrece, además de un visor de FPS, el estado de la RAM, CPU y gráfica.
Controlar la temperatura
Otro de los motivos por los que los juegos pueden darnos problemas es porque, al ser muy exigentes, es posible que nuestro ordenador se caliente más de lo normal. Esto, generalmente, suele estar causado por una mala refrigeración de los componentes, suciedad, o porque sea necesario cambiar la pasta térmica.
Si vemos que tenemos problemas, debemos controlar la temperatura de todos los componentes. Y, si esta es demasiado elevada, poner remedio cuanto antes. Para hacerlo, un buen programa, y muy completo, es AIDA64.
Desactivar el Aislamiento del Núcleo de Windows
Windows 11 viene con una importante mejora de seguridad llamada «Aislamiento del núcleo». Gracias a ella podemos evitar que los piratas informáticos puedan ejecutar código malicioso en el kernel de sistema, algo que es posible gracias a la virtualización de Hyper-V. Pero hasta Microsoft ha confirmado que esta función tiene muchos problemas de rendimiento, sobre todo con los juegos.
Por ello, nosotros solemos desactivarla cuando vamos a usar el ordenador para jugar, activándola de nuevo cuando vamos a trabajar con el ordenador o no tenemos pensado jugar. Esta es la recomendación más molesta de todas, pero solo ella nos garantiza que no vayamos a tener problemas al jugar, y que no vamos a ser presa de hackers.
En caso contrario, debemos elegir: ¿preferimos rendimiento, sacrificando seguridad, o seguridad a cambio de rendimiento?
Reiniciar el PC
Este truco es especialmente útil si, antes de jugar, hemos estado haciendo otras cosas en el PC. Da lo mismo que hayamos estado trabajando, o que hayamos estado simplemente navegando por Internet. Siempre quedan procesos en segundo plano que consumen recursos y hacen que el PC no vaya fino del todo.
Si tenemos prisa para echar una partida rápida, en vez de reiniciar podemos cerrar a mano todos los programas que están abiertos en segundo plano. Es la «opción rápida» que nos ayudará a tener mejor rendimiento, aunque no tanto como si reiniciamos el PC por completo para finalizar todo.