OpenOffice o LibreOffice: ¿Cuál es la mejor alternativa a Office?

OpenOffice o LibreOffice: ¿Cuál es la mejor alternativa a Office?

Rubén Velasco

Aunque Microsoft Office es la suite ofimática por excelencia (la mayoría al final usamos Word, Excel, PowerPoint y demás programas), esta suite es de pago. Y no precisamente barata. Cuando no hay alternativas, no queda otra que pasar por el aro. Por suerte, esto no es así. Hoy en día podemos encontrar una gran cantidad de alternativas a la suite de Microsoft que nos permiten tener un procesador de textos, unas hojas de cálculo y un software para presentaciones de diapositivas de forma totalmente gratuita. Programas que perfectamente nos servirán para sustituir a la suite de Microsoft. Y dos de estas suites ofimáticas alternativas son OpenOffice y LibreOffice.

De hecho, desde hace muchos años tenemos al alcance de la mano otras propuestas en este mismo sentido, pero sin tener que pagar un solo euro. Sin embargo, por la razón que sea, o sencillamente porque Microsoft ha hecho un gran trabajo, los programas ofimáticos que más éxito y penetración de mercado tienen son los de Office. De hecho, estas aplicaciones que forman parte de la suite tales como Word, PowerPoint o Excel, se han convertido en verdaderos referentes y estándares del sector del software. Pero al mismo tiempo y desde hace años siempre hemos podido echar mano de otras alternativas.

Mientras que antaño ya no eran esas propuestas gratuitas tan potentes como Office, esa afirmación no se puede extrapolar a los tiempos actuales. Es por todo ello que en estas mismas líneas os vamos a comparar dos suites de productividad que seguro convencerán a la mayoría cuando las prueben, siempre y cuando no tengan unos requisitos muy especiales, ya que, para eso, ya está la suite de Office, suite que cubre cualquier necesidad, por extraña y rocambolesca que pueda parecer.

OpenOffice nació originalmente como un proyecto para ofrecer a los usuarios una alternativa a MS Office. Sin embargo, después de que Oracle se hiciera con la suite (con malas prácticas), y posteriormente se la cediera a Apache, un grupo de desarrolladores decidió crear una nueva suite partiendo del código fuente original de esta. Y así nació LibreOffice.

LibreOffice es, a grandes rasgos, un «fork» o programa derivado de OpenOffice, el cual ha ido evolucionando y mejorando a lo largo de los años. Aunque hace tiempo era básicamente el mismo programa, ya que a grandes rasgos era el mismo código, The Document Foundation (organización al cargo de su desarrollo) ha trabajado duro para mejorarlo y diferenciarlo, especialmente a nivel interno, al máximo de la suite de Apache.

Sin embargo, ¿sabemos realmente cuales son las diferencias entre ambas suites? ¿Cuál se puede adaptar mejor a nuestras necesidades?

OpenOffice vs LibreOffice

OpenOffice vs LibreOffice

Si queremos comparar cuál es la mejor opción como alternativa al todopoderoso Microsoft Word, aplicación de referencia en todo el mundo a la hora de crear documentos de texto, debemos comparar, en primer la interfaz de usuario, una de las partes más importantes de cualquier aplicación ya que es, podríamos decir, la vía de entrada para interactuar con el programa. Si la aplicación no nos entra por los ojos, es poco probable que podamos hacernos con ella en un futuro a no ser que no tengamos más remedio.

La interfaz de usuario va relacionada, a su vez, con la curva de aprendizaje. A la hora de buscar una alternativa a Word, cuando más similar sea la aplicación, el tiempo que vamos a necesitar para adaptarnos a ella será inferior. Otro factor muy importante es la compatibilidad con los archivos de Word, no solo a la hora de abrir documentos en ese formato, que lo hace cualquier aplicación, sino también a la hora de guardar documentos en ese formato para poder compartirlos sin problemas de compatibilidad.

Otro factor importante se encuentra en el consumo de recursos. Word es una aplicación diseñada por Microsoft, la misma empresa que ha creado y mantiene Windows, por lo que el consumo de recursos es mínimo, especialmente en equipos poco potentes o con unos cuantos años en sus espaldas. Tampoco podemos olvidarnos de las actualizaciones. Y cuando hablamos de actualizaciones, no nos referimos a nuevas funcionalidades, que también, sino a las mejoras en rendimiento que reciba la aplicación al igual que las actualizaciones de seguridad.

Word es la aplicación más conocida de Office, junto con Excel y PowerPoint. A la hora de buscar una alternativa, debemos contemplar si estas también incluyen aplicaciones que nos permitan crear, además de documentos de texto, hojas de cálculo y presentaciones además de bases de datos (Microsoft Access). Una vez conocemos cuáles son los aspectos más importantes de cualquier conjunto de aplicaciones de ofimática, llega el momento de entrar en detalles con las dos alternativas más completas a Office.

Interfaz de usuario de las suites

Ambas suites tienen su propio lanzador. Cuando las abrimos, podemos ver una pantalla de resumen y los distintos programas que nos ofrece. Así podremos lanzar el programa que necesitemos según el momento. OpenOffice sigue teniendo su interfaz característica, mientras que LibreOffice tiene una diferente, con un panel lateral. Esto para gustos.

Cuando abrimos un programa cualquiera, como el procesador de textos, nos encontraremos con que, aunque siguen guardando similitud ambos programas, en realidad la interfaz de LibreOffice es mucho más moderna, y está mucho más cuidada, que la de OpenOffice. Apache no ha renovado en absoluto su suite.

Word en LibreOffice vs OpenOffice

Y lo mismo ocurre, por ejemplo, con las hojas de cálculo. OpenOffice sigue siendo demasiado Office 2003, mientras que LibreOffice está mucho más avanzado en este sentido.

Excel en OpenOffice vs LibreOffice

Además, LibreOffice nos permite personalizar la apariencia, si queremos, para que se parezca a Ribbon, la de Office.

Programas y características integradas

Por regla general en la mayoría de las suites ofimáticas y a las que podemos echar mano en estos tiempos que corren cuentan con un conjunto parecido de aplicaciones. Como no podía ser de otro modo las mismas se dirigen especialmente al sector de la ofimática y esto es algo que se hace extrapolable a las dos propuestas de las que aquí os hablamos. Luego ya nos encontraremos con algunas diferencias en cuanto al funcionamiento y compatibilidad de esos programas incluidos en la suite.

Por tanto, aquí también ambos programas tienen las mismas herramientas, a grandes rasgos:

  • Procesador de textos.
  • Hojas de cálculo.
  • Programa de presentaciones de diapositivas.
  • Software de dibujo.
  • Base de datos.
  • Fórmulas.

Ambos programas ofrecen plantillas, un motor de extensiones para añadirle funcionalidad y sencillos asistentes que nos ayudan a llevar a cabo determinadas tareas. Sin embargo, LibreOffice gana en este sentido ya que sus plantillas vienen integradas directamente en el propio programa y no tenemos que bajarlas e instalarlas por separado.

Además, a nivel interno de los programas, The Document Foundation ha trabajado mucho más para añadir todo tipo de características. Sobre todo, funciones para operar con las hojas de cálculo. Por lo tanto, gracias al desarrollo de LibreOffice, y su gran comunidad, este programa va un paso por delante del que en su día fue su maestro.

Formatos de fichero compatibles

Ambos programas utilizan por defecto los formatos ODF (Open Document Format) que permite guardar los documentos en un formato abierto compatible con prácticamente cualquier otro programa. Sin embargo, LibreOffice también es compatible con los formatos de Microsoft Office, pudiendo tanto guardar como abrir documentos creados, por ejemplo, con las últimas versiones de Word.

En el caso de OpenOffice, la cosa cambia. La suite ofimática de Apache puede abrir también los documentos de Office en su formato nuevo, pero no permite guardar en estos formatos. Solo nos deja guardar en el formato DOC de las versiones 2003 y anteriores.

LibreOffice gana a OpenOffice en compatibilidad con Office, ya que es capaz de abrir mucho mejor los documentos (o, al menos, sin alterar su aspecto original) y guardarlos para que sean 100% compatibles con Word, Excel y PowerPoint.

Curva de aprendizaje de las aplicaciones

Si estamos acostumbrados a usar cualquier versión moderna de Microsoft Office, puede que el cambio en la interfaz de los dos programas nos resulte un tanto complicada. Sin embargo, si en el pasado hemos usado las versiones clásicas de la suite de Microsoft (hasta la 2010), la interfaz tanto de LibreOffice como de OpenOffice nos resultarán más que familiares.

En cuanto a la curva de aprendizaje de ambos programas, la verdad es que hay empate. Como LibreOffice es un fork de OpenOffice, la interfaz y la forma de trabajar con ambos programas es casi idéntica. Es cierto que The Document Foundation ha añadido características propias a su suite, y está trabajando en una nueva interfaz. Sin embargo, a pesar de ello, no tendremos ninguna dificultad ni para usar el programa ni para encontrar las opciones o herramientas en sus menús.

Consumo y rendimiento general

A la hora de usar una suite ofimática es muy importante medir el consumo de la misma. LibreOffice, como hemos dicho ya varias veces, peca en rendimiento al cargar toda la suite en la memoria. Esto hace que, usemos el programa que usemos, tengamos que reservar entre 200 y 500 MB en la memoria RAM para ello. Además de depender de Java.

En el caso de OpenOffice, la cosa cambia. Curiosamente, la suite ofimática de Apache no se carga entera en la memoria, sino que carga solo el programa que vayamos a utilizar. Esto hace que su consumo sea la décima parte del consumo de su rival, funcionando mejor, especialmente, en ordenadores antiguos.

Proceso OpenOffice vs LibreOffice

En este caso, OpenOffice funciona exactamente igual que los hace Office, abriendo únicamente la aplicación que necesitamos en cada momento y no todas las aplicaciones, aunque no nos hagan falta en ese momento. Eso sí, el número de recursos de Word es mucho más elevado que el de OpenOffice, especialmente cuando se trata de las versiones más modernas incluidas en Microsoft 365.

Uso en la nube

La mayoría de las suites ofimáticas que podemos encontrar hoy en día, como Microsoft Office, iWorks o Google Drive, nos permiten acceder a las herramientas de la suite directamente desde la nube. Es decir, podremos usarlas en cualquier PC necesitando tan solo una conexión a Internet y un navegador. Sin bajar ni instalada nada en el equipo. Pero ¿las suites de The Document Foundation y Apache lo tienen?

Lo primero que debemos saber es que OpenOffice no tiene suite en la nube. Cuando se lanzó esta suite ofimática, las suites en la nube aún estaban bastante lejos de ser herramientas que todo el mundo usara. Y, como hemos ido viendo, esta suite se ha quedado anclada en el pasado.

LibreOffice, por el contrario, sí que cuenta con una suite ofimática en la nube. Aunque, por desgracia, no es lo que todos esperamos. The Document Foundation no nos proporciona una URL mágica a través de la cual podamos entrar en Writer o Calc, y guardar nuestros datos en la nube. Lo que sí nos ofrece es un servicio de servidor construido a partir del código principal del proyecto LibreOffice. De esta forma, podemos montar nuestro propio servidor, con Docker, para tener un LibreOffice online que nos proporcione visualización y edición visual colaborativa de una gran variedad de tipos de documentos. Funcionar funciona, pero el proceso es tan complicado que queda fuera del alcance de la mayoría. Por tanto, a grandes rasgos, es como si no existiese.

Debemos partir de la base de que ambos conjuntos de aplicaciones son completamente gratuitos por lo que no podemos esperar que, además, nos ofrezcan servicio en la nube para Google o Microsoft, ya que el coste de los servidores haría inviable mantener ambas aplicaciones es de forma totalmente gratuita, siendo este uno de los motivos por el que muchos usuarios confían en ellos. Si queremos trabajar sin conexión, para, por ejemplo, crear documentos de texto, no hace falta recurrir a estas aplicaciones, ya que WordPad, aplicación nativa de Windows podemos cubrir nuestras necesidades sin problemas, aunque el número de opciones disponibles es muy inferior a la ir nos ofrece tanto LibreOffice como OpenOffice

Mejor comunidad

Cuando hablamos de software libre, un aspecto que se suele valorar mucho es el de su comunidad. Y no solo porque hablen bien de los programas y los recomienden, sino porque, a menudo, participan en el desarrollo de la misma, ya sea aportando código, reportando fallos o recomendando funciones y características que puedan ser de utilidad.

Por desgracia, en este sentido, Oracle no es una compañía muy querida por los defensores del software libre, ya que, generalmente, es como el inverso del Rey Midas, ya que todo lo que toca lo destroza. Y, aunque actualmente OpenOffice está en manos de Apache, esta no deja de ser una compañía propiedad de Oracle. Y entre eso, y lo poco que se preocupa por su suite, no es que destaque por su mejor comunidad. Afortunadamente, VirtualBox, también de Oracle, es una de las excepciones que confirma que esta empresa no se carga todo lo que toca, al menos en los relacionado con esta aplicación para crear máquinas virtuales.

Por el otro lado, The Document Foundation sí que cuenta con una de las mejores comunidades de software libre. Esta comunidad es mucho más activa que la de su rival, y son miles de usuarios de todo el mundo los que ayudan y colaboran en el desarrollo de la misma. De ahí, entre otros factores, que haya crecido como lo ha hecho en tan poco tiempo.

Por tanto, está claro que, en lo relacionado con comunidad, LibreOffice gana.

Ayuda a empresas

Aquí estamos hablando de soluciones ofimáticas que son válidas tanto para uso doméstico como más corporativo. Esto quiere decir que al igual que sucede con la propuesta que nos ofrece el gigante Microsoft con Office, estas dos suites de código abierto cumplen con las expectativas tanto del usuario final como de las empresas. De hecho, si nos vamos a decantar por la propuesta más utilizada en estos instantes como es LibreOffice, a través de Collabora Office tenemos la posibilidad de obtener una interesante ayuda empresarial si utilizamos este software en nuestro lugar de trabajo.

Por otro lado, también debemos tener muy presente que este conjunto de aplicaciones ofimáticas se puede instalar e integrar en los servidores de nuestra empresa. De esta manera lo que vamos a lograr es llevar a cabo un modo de funcionamiento cada vez más en auge. Nos referimos a la posibilidad de crear en dicho servidor propio un espacio de trabajo colaborativo especialmente centrado para los trabajos en grupo. Algo que igualmente debemos tener en consideración es que la otra propuesta comentada, OpenOffice, no tiene ninguna opción de soporte empresarial. Esto quiere decir que esta otra alternativa se podría centrar más en el uso en entornos de educación.

De esta manera los estudiantes dispondrán de una suite ofimática con todos los programas necesarios para ello sin tener que desembolsar un solo euro, al contrario de lo que sucede con Office, por ejemplo. Además, no tendrán problemas relacionados con la compatibilidad de ficheros en software tan importante como un editor de textos o un creador de hojas de cálculo.

Descarga, soporte y compatibilidad

Ambas suites son totalmente gratuitas y de código abierto. Podemos bajarlas desde sus respectivos sitios web:

Como vemos, los sistemas operativos donde los vamos a poder usar son los mismos. Pero en el caso de OpenOffice, no disponemos de una versión de 64 bits para usar en Windows, mientras que en otros sistemas operativos sí. A cambio, en su web podemos encontrar enlaces a distribuciones de terceros adicionales, ajenas a la Apache Software Foundation, para poder instalarlo en otros sistemas.

En cuanto al soporte, LibreOffice tiene una comunidad mucho más grande y activa que LibreOffice. Parece que Apache se ha «relajado» y su suite ofimática solo recibe actualizaciones de mantenimiento. Sin embargo, la suite de The Document Foundation está mejorando y evolucionando constantemente. Y gracias a ello, podemos encontrar un rival casi casi igual a Office.

Lo cierto es que esa lucha que mantienen los desarrolladores de las aplicaciones que quieren competir de manera directa con gigantes como Microsoft, a nosotros nos beneficia. Con esto lo que queremos decir es que esos trabajos y esfuerzos que se llevan a cabo para superar a la competencia, beneficia de manera directa a nosotros como usuarios. Así disponemos de unas soluciones software muy potentes y eficaces, todo ello sin tener que desembolsar un solo euro, como es el caso.

Actualizaciones de ambas suites

Al igual que sucede con la mayoría de los elementos software que hoy día descargamos e instalamos en nuestros ordenadores, las actualizaciones son un elemento clave. Esto es algo que evidentemente se hace extensible a los sistemas operativos y todos los programas que instalamos en los mismos. Estas actualizaciones representan la oportunidad de sus desarrolladores de enviarnos a las últimas funciones creadas. Y eso no es todo, ya que al mismo tiempo se parchean en las últimas vulnerabilidades detectadas para esos proyectos.

Pues bien, esta es otra de las muchas grandes diferencias que podríamos encontrar entre ambas suites ofimáticas, LibreOffice y OpenOffice. Hemos comentado que a lo largo de los últimos años la primera de las propuestas, a pesar de surgir de la segunda, ha continuado su evolución y mejora. Por el contrario, OpenOffice se ha quedado un poco estancada en este sentido, todo ello en gran medida debido a las pocas actualizaciones que recibe. Los usuarios que hagan uso del LibreOffice, pronto se dan cuenta de que es un producto vivo y en el que sus desarrolladores siguen trabajando de manera constante.

Sin embargo, la competencia más directa de código abierto se actualiza cada mucho tiempo, lo que la sitúa un escalón por detrás, o varios, de la otra solución ofimática gratuita. Además, esto no tiene visos de cambiar en breve, por lo que incluso los responsables de LibreOffice ya han intentado adquirir OpenOffice, de momento sin éxito.

¿Cuál es mejor de los dos?

Si hemos llegado hasta aquí será probablemente porque estemos pensando en descargar uno de los dos y empezar a usarlo para dejar de lado a la suite de Microsoft. Como hemos visto, ambas suites son muy parecidas, tienen casi las mismas funciones y herramientas y nos van a permitir trabajar con todo tipo de documentos. Se nota mucho que una de ellas (LibreOffice) desciende directamente de la otra (OpenOffice). Pero también se nota mucho que ambas han tomado caminos muy diferentes, caminos que las convierten en aplicaciones para cubrir diferentes necesidades, tanto de cara al usuario como de cara al dispositivo donde queremos utilizarlas.

OpenOffice es una gran suite para los que buscan estabilidad y no les importe quedar a la última. Y es que es verdad que, con el paso del tiempo, se ha quedado bastante obsoleta, recibiendo tan solo actualizaciones de mantenimiento. Y eso hace que muchos usuarios, al final, huyan de ella. Sin embargo, es una excelente opción a tener en cuenta si lo que queremos es utilizar un equipo antiguo o de bajos recursos, ya que al funcionar cada una de las aplicaciones de forma independiente, el número de recursos que necesita el equipo es mucho más reducido que LibreOffice, ya que este último abre todas las aplicaciones que lo componen en segundo plano para cuando haga falta utilizarlas, aunque en la mayoría de los casos no sea así.

Si lo que queremos es una suite moderna, que nada tenga que envidiar a la de Microsoft ni en funciones ni en soporte, entonces debemos optar, sí o sí, por LibreOffice. The Document Foundation ofrece un soporte mucho mejor a su suite, y desde la creación del fork ha incluido una infinidad de funciones y características. Esta es la suite más completa hasta la fecha, una suite que, aunque en algunos aspectos pueda parecer algo más pesada, desde luego nos servirá sin problemas tanto a nivel personal como a nivel profesional.

Si utilizamos alguna de estas aplicaciones, se debe, principalmente a que cubren nuestras necesidades básicas para crear cualquier tipo de documentos, ya que ambas nos ofrecen prácticamente las mismas funciones, por lo que no podemos decir que realmente una sea superior a la otra. A no ser que necesitemos funciones muy concretas que únicamente están disponible en Word y resto de aplicaciones asociadas a Office, como por ejemplo la que nos permite combinar correspondencia para enviar emails o imprimir documentos, realmente la solución que nos ofrecen ambas plataformas es más que suficiente.

Sin embargo, si podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que Office es mucho mejor que estas dos opciones, ya que el número de funciones que incluyen es muy superior al de LibreOffice y OpenOffice. Sin embargo, eso tiene un precio, un precio si optamos por una cuenta familiar y la compartimos con nuestra familia, se reduce considerablemente y nos puede salir a cuenta. Además, vamos a disfrutar de 1 TB de espacio en OneDrive para cada usuario además de la posibilidad de utilizar Office online desde cualquier navegador además de desde cualquier dispositivo móvil con ninguna limitación más allá de las limitaciones propias de estos dispositivos.

Por qué debemos olvidar Microsoft Office

Lo cierto es que la mayoría de vosotros conocéis más la suite de productividad del gigante Microsoft que otras alternativas de código abierto como las mencionadas en estas líneas. Pero hay que tener en consideración que la propuesta del gigante del software nos presenta algunos serios inconvenientes con respecto a estas dos opciones Open Source, sea cual sea nuestra elección.

En primer lugar, nos encontramos con que para utilizar la propuesta de Microsoft tendremos que pagar, y en la licencia por la suite completa, o bien la suscripción por la modalidad 365, algo que podemos hacer de manera mensual o anual. Hoy sin embargo las dos opciones ofimáticas de las que os hemos hablado ahora son totalmente gratuitas. Además, el consumo de recursos de Office es superior en la mayoría de los casos a lo que vamos a encontrar en el resto de las aplicaciones ofimáticas gratuitas.

Todo ello por no hablar de la compatibilidad en cuanto a sistemas operativos. Si estamos habituados a trabajar en un equipo basado en Linux, la mejor opción es LibreOffice, de hecho, de Office nos tendremos que olvidar ya que no dispone de versión para esta plataforma.

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