Una de las primeras cosas que solemos cambiar nada más comprar un ordenador nuevo es el fondo. Cada fabricante suele establecer por defecto un fondo creado por él mismo (bastante feo, por cierto), e incluso Windows tiene su fondo característico, el fondo azul claro con el logotipo del sistema. Cambiar el fondo es uno de los aspectos más básicos de la personalización de un sistema operativo, y permite al usuario adaptarlo a sus gustos y darle un toque personal y único. Pero existen otras formas más completas de personalizar el sistema operativo y adaptarlo a nuestros gustos: los temas.
Qué son los temas y diferencias con los fondos
Los temas de Windows llevan ya tiempo presentes en el sistema operativo de la compañía, desde la era de Windows XP. Sin embargo, no ha sido hasta la llegada de Windows 10 cuando han empezado a ganar más protagonismo al simplificarse la forma de usarlos.
Cambiar el fondo es básicamente eso, colocar como fondo de pantalla una imagen que nosotros le indiquemos, nada más. Sin embargo, los temas son mucho más completos. Cuando elegimos un tema en Windows 10 no solo estamos cambiando el fondo, sino que también estamos cambiando otros elementos del equipo (como los colores, los sonidos, el ratón, etc) para que todo quede en concordancia. Si el fondo tiene tonos azules, el tema seguramente use un color de énfasis azul.
Además, normalmente los temas suelen traer varios fondos relacionados con una temática. Por ejemplo, puede traer varios fondos de ríos, varios paisajes, playas, animales… Y cada varias horas el fondo va cambiando automáticamente, lo que le da al escritorio un dinamismo que los fondos normales no les da.
Cuidado con los temas de terceros
En Windows 10, los temas para el sistema operativo se encuentran disponibles en la propia Microsoft Store. Estos los podemos bajar desde la tienda y aparecerán automáticamente en la configuración de nuestro sistema. Sin embargo, también podemos encontrar otros temas de terceros en páginas web, como DeviantArt. Estos temas son aún más completos que los de la Microsoft Store. Sin embargo, para poder aplicarnos en el sistema es necesario parchear ciertas librerías de Windows. Y eso, tarde o temprano, termina dando problemas.
Si queremos personalizar Windows con un tema, y no queremos problemas, lo mejor es usar los que podemos bajar gratis de la Microsoft Store.
¿Cómo personalizar mejor Windows?
La personalización del sistema operativo, como su nombre indica, es algo muy personal. Hay usuarios que prefieren personalizar a mano todos los elementos del sistema (fondo, colores, cursor, etc) y otros que, para ahorrarse trabajo, prefieren hacerlo todo de una vez aplicando un tema.
Es cierto que los temas son más limitados: son los que hay. Si estamos buscando una foto concreta para usar como fondo de pantalla, es posible que no la encontremos como tema, mientras que si la bajamos la podemos poner nosotros mismos como fondo. Pero también es cierto que un tema brinda a nuestro PC una coherencia muy superior.
Cambiar el fondo de Windows individualmente no consume recursos. Hacerlo mediante un tema, prácticamente tampoco, aunque implica tener un proceso cargado en el sistema que se encargue de ir rotando el tema como tal.