Tenemos que admitir que Windows 10 es un sistema operativo que tiene millones de seguidores en todo el mundo, al tiempo que dispone de muchos detractores. Con todo y con ello, es la propuesta de este tipo más usada y con mucha diferencia en equipos de sobremesa, cifra que va en aumento.
Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que el sistema del que os hablamos aquí no para de crecer de mano de la propia Microsoft, su desarrolladora. Desde si lanzamiento en el verano de 2015, el software no ha parado de mejorar en gran medida gracias a las constantes actualizaciones que recibe. Ya se trate de actualizaciones acumulativas, de características, o parches de seguridad, todos esto elementos son muy importantes.
El problema viene porque uno de los apartados más criticados de Windows 10 son sus actualizaciones, todo a pesar de su innegable importancia. En un principio lo cierto es que la firma de Redmond nos ofrecía muy poco, o nulo, control sobre Windows Update. Esto es algo que con el paso de los años se ha ido mejorando. Para ello se han añadido más opciones para controlar estas actualizaciones de Windows, pero para muchos siguen sin ser suficientes.
Además esto es algo que se hace especialmente reprochable si tenemos en cuenta los problemas que aparecen constantemente con estas actualizaciones y parches de Windows. Es por ello, entre otras razones, por las que muchos se decantan por desactivar la llegada de estos elementos a sus equipos basados en Windows. Eso sí, debemos tener en cuenta que estas soluciones deberían ser temporales a la vez que puntuales. La razón de ello es que muchas incluyen parches de seguridad que no deberíamos dejar de lado para siempre.
Evitar problemas el parar las actualizaciones de Windows
Tal y como os comentamos antes, uno de los principales motivos por los que muchos prefieren pausar o retrasar la llegada de actualizaciones, es para evitar fallos. Estos pueden darse cuando menos lo esperamos, tanto en la descarga como en la actualización de estos elementos que os comentamos.
Además los errores derivados de las actualizaciones de Windows 10, pueden afectar a todo tipo de elementos del PC, causar bloqueos, pantallazos azules, etc.
Ahorrar espacio desactivando las Actualizaciones de Windows
A todo esto le podemos sumar que estas actualizaciones suelen mejorar en gran medida el propio sistema operativo de los de Redmond. Especialmente las de características, que nos suelen llegar cada seis meses, son de gran tamaño. Es por ello que tanto para su descargar como para su instalación, el espacio en disco necesario es importante. Debido a esto, especialmente si andamos justos en este sentido, muchos prefieren paralizar la llegada de esos componentes y usar el espacio en otros menesteres, pero sin actualizar.
No dejar que Windows 10 consuma más recursos del PC
Y eso no es todo, sino que ese espacio que aumenta, suele venir unido una serie de nuevas funciones que mejoran el sistema operativo en gran medida. Pero aquí nos encontramos con un caso similar al anterior. Esto se debe en gran medida a que estas funciones suelen ser más modernas, y por tanto requieren de una mayor cantidad de recursos del sistema.
De esta manera, aquellos que tienen equipos antiguos y que les cuesta funcionar con la versión actual de Windows, prefieren no actualizar. Así, aunque no puedan disfrutar de las nuevas funcionalidades, podrán seguir usando el software sin problemas.