Con año y medio en el mercado, Windows 11 poco a poco va haciéndose un hueco entre los sistemas operativos más utilizados en todo el mundo, un listado encabezado por Windows 10 como era de esperar, un sistema operativo que dentro de unos meses cumplirá 8 años y que seguirá obteniendo el beneplácito de Microsoft hasta 2025. Sin embargo, muchos usuarios se preguntan si realmente merece la pena actualizar a Windows 11 o seguir en Windows 10.
Siempre y cuando nuestro hardware sea compatible con Windows 11, no vamos a tener ningún problema ni tenemos que hacer ninguna modificación en Windows para poder actualizar nuestro equipo. Si es así y quieres dar el salto a la última versión de Windows 11, a continuación, os mostramos 10 razones por las que no es necesario.
Seguir en Windows 10 o actualizar a Windows 11
Cuando Microsoft anunció Windows 10 afirmó que esta sería la última versión de Windows que lanzaría al mercado, sin embargo, años después cambio de opinión y lanzó Windows 11. Hasta cierto punto, Microsoft se mantuvo en su idea ya que, exceptuando los requisitos de hardware para implementar nuevas medidas de seguridad, los cambios son, principalmente, estéticos y que, para muchos usuarios, no son suficientes.
- El menú de Inicio es más útil. El menú de Inicio de Windows 10 es mucho más útil que el actual y donde podemos ver las últimas aplicaciones instaladas, información meteorológica, una miniatura de nuestros álbumes de fotos y, en general, identificar más fácilmente las aplicaciones e información que necesitamos.
- Aplicaciones y funciones que han desaparecido. La función Timeline y aplicaciones como Skype, One Note, Paint 3D entre otras han desaparecido de Windows 11 sin ofrecer una alternativa.
- Windows 11 todavía está muy verde. A pesar de llevar un año y medio en el mercado, Windows 11 todavía tiene muchos bugs y el rendimiento no es el mejor de todos, más o menos la misma situación que todas las versiones de Windows que se lanzan al mercado, versiones a las que les cuesta madurar un par de años.
- Mucha vida por delante. Windows 10 tendrá soporte para 2025, por lo que vamos a seguir recibiendo actualizaciones de seguridad que evitarán que nuestro PC esté en peligro.
- Muestra muchos anuncios. A diferencia de Windows 10, Windows 11 incluye un gran número de anuncios que nos invita a contratar sus servicios, anuncios que, afortunadamente, podemos desactivar desde las opciones de configuración.
- Son muy parecidos. Las opciones de configuración de Windows 11 y Windows 10 son prácticamente las mismas, y lo único que cambia es el diseño, aunque en Windows 11 se encuentran funciones dedicadas basadas en los requisitos de hardware necesarios para poder actualizar.
- Ofrece las mismas funciones para jugar. Si el uso que le damos a nuestro PC es jugar, con Windows 11 no vamos a obtener una sustancial mejora de rendimiento, aunque si nuevas funciones enfocadas al mundo gaming que no nos harán cambiar nuestra experiencia de juego.
- Es compatible con equipos antiguos. Windows 10 es compatible con equipos que funcionaban sin problemas con Windows 7, una compatibilidad que Windows 11 se ha cargado a los equipos con menos de 7 años en el mercado, por lo que no es una opción para equipos antiguos que queremos volver a utilizar.
- No podemos cambiar la posición de la barra de tareas. Windows 11 no nos permite cambiar la posición de la barra de tareas a otra ubicación, aunque podemos hacerlo modificando el registro de Windows, una función ideal en portátiles donde la pantalla es de pocas pulgadas.
- El menú contextual no es completo. Otro de los grandes, pero de Windows 11 con respecto a Windows 10 es que el menú contextual del ratón incluye el botón Más opciones, donde se encuentran el resto de las opciones que no se muestran en el primer menú que aparece, un problema que no vamos a tener en Windows 10.