Cuando disparamos una foto, generalmente solemos hacerlo a la máxima calidad y resolución que soporta nuestra cámara. De esta forma conseguimos la mejor calidad y el mayor tamaño posible de manera que podamos trabajar bien con ella. Pero también hacemos que ocupe mucho espacio y, muchas veces, que no podamos usarla en redes sociales o compartirla en Internet. Por suerte, cambiar tanto el tamaño como el peso de una imagen es muy sencillo, y hoy te vamos a explicar cómo hacerlo con Photoshop.
Para abrir una foto con Photoshop, lo que debemos que hacer es situarnos en la opción de «Abrir», buscar el fichero en nuestro ordenador, y cargarlo dentro del programa. Una vez abierto, dentro de una pestaña, junto al título de la misma foto vemos el porcentaje que se corresponde el tamaño que tenemos en este momento en pantalla. Por ejemplo, si vemos un 100% es que estamos viendo la foto en su tamaño real. Pero si se muestra en ese instante en un 25%, aún podremos ampliarla misma cuatro veces más.
Ahora, en función de este tamaño, vamos a ver cómo podemos cambiar el tamaño.
Usar la función de «tamaño de imagen»
Una vez tenemos abierta la foto en Photoshop, ya podemos cambiar fácilmente su tamaño. Esto lo logramos con tan solo pinchar en el menú Imagen de la interfaz principal del programa. De entre todas las opciones que aquí vamos a ver, la que nos interesa en este caso es «Tamaño de imagen». También podemos abrirlo directamente con el atajo de teclado Control + Alt + I.
Ahora veremos la correspondiente ventana desde la que vamos a poder redimensionar, tanto para hacerla más grande, como más pequeña, la foto que tengamos abierta dentro del programa. Lo primero que vemos en los campos que aparecen en esta ventana son las medidas y la resolución originales de la foto con la que estamos trabajando. Estos datos vienen en los campos anchura, altura y resolución.
Podemos cambiar la unidad de medida (por defecto, píxeles) por la que queramos. Por ejemplo, podemos poner centímetros, e incluso un porcentaje en caso de querer reducirla así. Lo importante, para no perder la proporción original, es asegurarnos de que el eslabón de la cadena, que aparece a la izquierda de los tamaños, se mantiene cerrado. Así, al cambiar un valor, veremos que el otro se ajusta automáticamente.
Hacemos clic sobre el botón «Ok» y listo. La imagen ya se habrá ajustado automáticamente al nuevo tamaño.
Usar los tamaños predeterminados
Además de especificar nosotros el tamaño que queremos que tenga la imagen, si no nos queremos complicar, el programa nos ofrece también una serie de valores predeterminados para que, con un clic, podamos ajustarlo. Estos se encuentran dentro del apartado «Encajar en«, y, al hacer clic, veremos una lista con todos los tamaños predeterminados que nos ofrece el programa de Adobe, tamaños que, por lo general, suelen ser los más utilizados.
Pero eso no es todo. Y es que Photoshop también nos permite agilizar el proceso de redimensionado con dimensiones personalizadas. Esto quiere decir que el programa nos va a permitir añadir a la lista nuestros propios valores predefinidos con tan solo pulsar en Guardar ajuste prestablecido. Así, si vamos a usar un mismo tamaño varias veces, podremos seleccionarlo rápidamente desde esta lista.
De igual modo si tenemos varios ya creados con anterioridad, basta con que pinchemos en Cargar valor para que el mismo se aplique a la imagen cargada en el escritorio de trabajo.
Reducir el peso de la imagen
Además de cambiar el tamaño, en píxeles, de una foto, también vamos a poder reducir su tamaño, en megabytes, de varias formas. Par ello, usaremos el apartado de «Exportar cómo» de Photoshop. Dentro de él podremos ver varias opciones que nos van a permitir ajustar el tamaño de la foto en cuestión.
Para reducir el tamaño, podemos cambiar el formato de imagen, ya que JPEG es bastante más pequeño que, por ejemplo, PNG. También, si queremos reducir aún más el tamaño de la imagen, podemos cambiar el apartado de «calidad», reduciéndolo hasta encontrar el tamaño que queramos y, al mismo tiempo, con una calidad aceptable.