Desde hace varios años multitud de usuarios en todo el mundo han tomado la determinación de adquirir, preparar y utilizar un Raspberry Pi. Este es un interesante dispositivo que puede hacer las veces de mini PC y que podemos utilizar para multitud de tareas diferentes.
Cabe mencionar que tenemos la posibilidad de adquirir la placa de manera individual y posteriormente ir añadiendo los componentes deseados. De igual modo podemos adquirir conjuntos con el mini PC ya montado, lo que resulta más sencillo para su posterior puesta en marcha. Sea como sea, una de las decisiones más importantes que debemos tomar en este sentido es elegir el sistema operativo que vamos a utilizar aquí.
En gran medida esta decisión va a variar dependiendo del tipo de uso que deseemos hacer del Raspberry Pi. Debemos tener en consideración que estos dispositivos los podemos utilizar como servidor de descargas, o para llevar a cabo la bajada de archivos Torrent vía redes P2P. De igual modo uno de los usos más comunes que se llevan a cabo con un equipo de estas características, es convertirlo en un centro multimedia que conectamos directamente al televisor. De igual modo puede hacer las veces de segundo ordenador basado en un sistema operativo alternativo a Windows.
Lo cierto es que los modos de uso de un Raspberry Pi son enormes, pero como os decimos, aquí influye directamente el sistema operativo que le instalemos. En la mayoría de las ocasiones el mismo estará basado en alguna distribución de Linux, aunque no es la única alternativa que podemos usar aquí. A su vez debemos tener en consideración que por regla general utilizamos memorias USB para por ejemplo pasar todo tipo de datos al equipo.
Sistema de archivos del USB para un Raspberry Pi
Los elementos de almacenamiento se convierten en muy importantes cuando hablamos de un Raspberry Pi. De hecho, en muchas ocasiones el propio sistema operativo lo instalamos desde una de estas memorias extraíbles. Pero en ciertas ocasiones al conectar un USB a nuestro Raspberry Pi, vemos que el sistema no lo reconoce de entrada. Esto se puede convertir en un serio problema que debemos resolver lo antes posible. Llegados a esta situación nos podemos preguntar acerca del sistema de archivos que podemos usar en el mini PC.
De esta manera podremos formatear esa memoria USB con ese sistema de archivos en concreto para no volver a tener problemas de lectura. Evidentemente la preparación de este dispositivo de almacenamiento con el sistema de archivos correcto, generalmente lo llevamos a cabo desde otro equipo por ejemplo basado en Windows. Aquí tenemos la posibilidad de seleccionar entre varios sistemas de archivos, por lo que debemos elegir bien.
Lo que debemos saber para hacer una buena elección de formato es que debemos decantarnos por uno de los que de manera nativa soporte el sistema operativo instalado. La mayoría de las actuales distribuciones de Linux en estos instantes soportan los formatos de archivo habituales como FAT32, exFAT, NTFS, o EXT3/4.
Por tanto, no tenemos más que formatear el USB con uno de estos para que no tengamos problema de compatibilidad en el Raspberry Pi. Eso sí, sí generalmente trabajamos con un equipo basado en macOS, deberíamos evitar los sistemas de archivo HFS y APFS propietarios de Apple, ya que el Linux del mini PC no podrá leerlos.