Un número creciente de usuarios con el paso del tiempo se ha decantado por probar y utilizar un Raspberry Pi. Este es un dispositivo que puede funcionar como ordenador secundario para determinadas tareas, o incluso como PC principal si así lo deseamos.
En realidad, nos referimos a una pequeña placa que hace las veces de mini PC y que nos ofrece un amplio abanico de posibilidades. De hecho, usuarios de todo el mundo y a lo largo de los años han estado experimentando con este dispositivo de reducido tamaño y precio. Evidentemente para mejorar su funcionalidad debemos conectarle diferentes componentes hardware dependiendo del uso que vayamos a darle. De entre los más comunes podemos encontrar un Raspberry Pi como servidor de archivos, funcionando a modo de centro multimedia, como equipo para ofrecer archivos Torrent, o incluso como consola retro.
Como os podéis imaginar dependiendo del modo de funcionamiento por el que nos decantemos, tendremos que instalar un software u otro. Un elemento extremadamente importante aquí es el sistema operativo por el que nos decantemos. En este sentido tenemos muchas opciones entre las que elegir, aunque el sistema más habitual y popular en este pequeño equipo es Raspberry Pi OS.
Tal y como su nombre nos deja entrever, aquí nos encontramos con una distribución de Linux especialmente diseñada para funcionar en estos dispositivos y basada en Debian. Con el paso del tiempo ha ido evolucionando y recientemente se ha presentado la primera versión de 64 bits. Pero también debemos tener muy presente que tenemos varias versiones de este software disponibles para su descarga e instalación en el Raspberry Pi. Ahora os vamos a hablar de las mismas para que así podáis elegir la más adecuada en cada caso y exprimirla al máximo.
Elige bien la versión de Raspberry Pi OS que vas a instalar
Antes de nada, debemos saber que nos referimos a un sistema operativo gratuito que podemos descargar desde su web oficial. Esto nos permitirá hacer uso de este sistema operativo en nuestro mini PC y sacarle el máximo rendimiento a través de las aplicaciones que instalemos posteriormente. Pero como os comentamos antes, hay varias versiones por las que nos podemos decantar dependiendo de las circunstancias de cada uno o sus necesidades.
Por un lado, nos encontramos con la versión Lite, que como es fácil imaginar es la más pequeña y ligera de todas. De hecho, no dispone de ningún entorno de escritorio preinstalado y es la más adecuada para modelos antiguos del dispositivo. De igual modo nos encontramos con la denominada como versión Full de Raspberry Pi OS. Al contrario de la mencionada anteriormente, aquí nos encontramos con la instalación completa del sistema operativo. Cabe mencionar que incluye el correspondiente entorno de escritorio, además de una amplia variedad de software preinstalado.
Esto quiere decir que, si tenemos suficiente espacio en las unidades de almacenamiento instaladas y no nos queremos complicar eligiendo programas posteriormente, esta es la solución más adecuada. Para terminar, nos encontramos con la versión Buster, especialmente diseñada para funcionar en los equipos de escritorio. De hecho y para todo ello incluye un arranque especial con soporte para EEPROM.