Al enfrentarnos en el día a día con nuestro ordenador, a su sistema operativo le pedimos que sea estable y seguro, entre otras cosas. Esto es algo que por supuesto se hace extensible a las diferentes distribuciones de Linux de las que podemos echar mano. Al mismo tiempo siempre son de agradecer las muchas funciones que nos permiten adaptar el software a nuestras necesidades.
Con todo ello en gran medida logramos ser más productivos al trabajar con nuestro ordenador, su sistema, y las diferentes aplicaciones instaladas. Pero como os decimos, la mayoría de los sistemas operativos nos proponen una serie de parámetros y funcionalidades para personalizar su uso. Así logramos mejorar los diferentes componentes que tenemos instalados en el equipo, o adaptar el propio software a nuestras necesidades o preferencias.
Todo ello se refiere a elementos de la importancia del teclado y del ratón, la impresora o la pantalla que forman parte de nuestro ordenador. De hecho, este último elemento al que nos referimos se podría considerar como uno de los más importantes de todo el equipo. En la mayoría de las ocasiones invertir algo más de dinero en esta pantalla que os comentamos, será de agradecer en el futuro. Es por todo ello por lo que a continuación os vamos a mostrar cómo las diferentes distribuciones de Linux nos permiten calibrar nuestro monitor.
Y es que como sabréis, en el mercado hay multitud de fabricantes y modelos de este tipo de elementos hardware. Además, dependiendo del tipo de uso que hagamos de nuestro PC, tendremos que calibrar el color de un modo u otro. Para ello las distribuciones de código abierto de las que os hablamos nos proponen una función integrada muy útil.
Calibra el color de tu pantalla directamente en Linux
Una vez sabemos esto, a continuación, os mostraremos cómo podéis llevar a cabo este proceso de la manera más sencilla. Cierto es que podemos echar mano de ciertas aplicaciones que nos ayudan a calibrar el color de nuestro monitor. Pero en este caso no será necesario que hagamos uso de soluciones software externas para todo ello. En un principio basta con que pulsemos con el botón derecho del ratón sobre el escritorio de Linux.
Una vez tenemos a la vista el menú contextual correspondiente, pinchamos en la opción llamada Configuración en Linux. Aquí nos vamos a encontrar con una buena cantidad de apartados y parámetros que nos permiten adaptar el sistema operativo a lo que deseamos. Por tanto, en este caso no tenemos más que buscar la sección llamada Color, que es la que nos interesa ahora.
Si tenemos varias pantallas instaladas en el equipo, en primer lugar, tendremos que elegir aquella sobre la que deseamos realizar la calibración de color. No tenemos más que pinchar sobre la misma para que dé comienzo el proceso. Eso sí, al mismo tiempo merece la pena saber que disponemos de una serie de perfiles ya predefinidos encontramos en el sistema operativo. Esto nos servirá de mucha ayuda, especialmente si somos noveles en este tipo de configuraciones.
De este modo podremos adaptar en gran medida el funcionamiento de la pantalla de nuestro ordenador en Linux dependiendo de los trabajos que realicemos. A todo esto, le podemos sumar que tenemos la posibilidad de guardar nuestro perfil personalizado tras la calibración para así cargarlo solo cuando lo necesitemos.