Google lleva tiempo lidiando con múltiples problemas relacionados con las leyes antimonopolio, tanto en Estados Unidos como en el viejo continente. Y la cosa no parece que tenga fin, al menos por el momento.
Os contamos todo esto porque en estos instantes la UE acaba de imponer una enorme multa al gigante de las búsquedas, todo por infringir las mencionadas leyes antimonopolio. Para que os hagáis una idea de la importancia de todo ello, en estos instantes Google acaba de recibir una multa por el montante de 3.500 millones de dólares. Le llega de la Comisión Europea por las razones mencionadas, como comunica en este anuncio.
Según el comunicado oficial de la Comisión Europea publicado el 5 de septiembre de 2025 (referencia STMT/25/2034), Google ha sido sancionado con 2.950 millones de euros, por prácticas anticompetitivas en su negocio de publicidad digital.
Al mismo tiempo, debemos tener en consideración que en este caso concreto la multa no está relacionada con su navegador Chrome, elemento discordante en muchos casos. Ahora la sanción viene dada más por sus técnicas publicitarias. No está de más comentar que toda esta tecnología publicitaria podemos afirmar que es el negocio principal de la empresa.
Los enormes ingresos publicitarios de Google
Como muchos de vosotros ya sabéis de primera mano, aquí se generan enormes cantidades de ingresos, por ejemplo, mostrando anuncios en las búsquedas que llevamos a cabo de forma constante. Además, hay otros productos y servicios de la misma firma que también muestran todo tipo de anuncios publicitarios. Llegados a este punto, os podemos decir que Google obtuvo unos ingresos anuales de 350.000 millones de dólares solo a lo largo del año 2024.
En este caso jugaron un papel clave las búsquedas que os comentamos, además de los anuncios de YouTube. Y es que no es de extrañar que la empresa esté centrada en su negocio publicitario. Permite a los anunciantes usar huellas digitales para rastrear e identificar dispositivos y usuarios, y así ofrecerles publicidad más personalizada. Al mismo tiempo, el portal streaming YouTube ha estado bloqueando anuncios, mientras que los precios de la suscripción Premium han subido.
El panorama es claro, y no es otro que aumentar los ingresos publicitarios de múltiples maneras. Eso sí, no solo los usuarios lo han sufrido, muchos de los anunciantes, también lo han pasado mal.
La UE quiere acabar con el monopolio publicitario
Llegados a este punto, os diremos que en junio de 2021, la Comisión Europea inició una investigación antimonopolio sobre las prácticas publicitarias de Google. Acusaba a la empresa de abusar de su posición dominante en el sector de las búsquedas al priorizar sus propios anuncios sobre los de la competencia.
Según la investigación de la Comisión Europea, una de las principales prácticas abusivas de Google consiste en manipular el sistema de subastas publicitarias para favorecer su propia plataforma de intercambio de anuncios, AdX.
Obtuvo 147.000 millones de dólares en ingresos en 2020 y actualmente genera más aún en tan solo seis meses. Así, a mediados de 2023, la UE presentó una demanda contra el monopolio publicitario de Google y exigió que vendiera parte de su negocio como solución. Ahora, dicha Comisión Europea alega una vez más que Google ha abusado de su posición dominante, no solo en búsquedas, sino también en diferentes mercados digitales. Señalan que la compañía ha incurrido en prácticas ilegales durante más de 10 años.
De ahí la sanción impuesta, la más alta de su historia, nada más y nada menos que 2.950 millones de euros, unos 3.500 millones de dólares al cambio. Cierto es que esta cantidad puede ser una miseria para Google, pero hay que tener en cuenta que esta es la tercera vez que la compañía recibe una multa.
Y es que esta sanción se suma a un historial de multas antimonopolio impuestas por la UE, entre las que destacan los 4.340 millones de euros por el caso Android en 2018 y los 2.420 millones por Google Shopping en 2017, según registros del Tribunal General de la UE (Caso T-612/17).
De este modo, la Comisión Europea ha ordenado a Google que ponga fin a sus prácticas ilegales en el sector publicitario. Le ha dado 60 días para informar cómo planea remediar la situación, y de no hacerlo, la UE podría obligar a la empresa a vender parte de su negocio en este sentido.
