La mayoría de los sistemas operativos que podemos usar hoy en día deben estar instalados en un disco duro para funcionar. Cuando encendemos el ordenador la BIOS se encarga de cargar el sistema operativo desde este disco duro de manera que, en unos segundos, ya podamos empezar a usarlo. Sin embargo, también existen otro tipo de sistemas operativos que rompen un poco con esta regla: los sistemas operativos en vivo, o «Live-USB».
Los sistemas operativos Live, o en vivo, son un tipo de sistemas operativos que no necesitan estar instalados en el disco duro para arrancar. Normalmente durante el arranque se carga el sistema operativo completo en la memoria RAM y funciona desde ella.
La mayoría de los sistemas operativos Live-USB son distribuciones Linux. Estas, como ocurre con Ubuntu, están diseñadas desde cero para arrancar de este modo. Y una vez arranca el sistema es el usuario quien elige si instalarla o probarla. Además, hay algunas versiones modificadas de Windows (aunque no se recomienda usarlas) que también funcionan en modo Live. Aunque debido a la naturaleza del sistema operativo de Microsoft suelen dar problemas cuando se lanzan en equipos con hardware diferente.
Todo el sistema se carga en la memoria RAM, por lo que los discos duros no se modifican. Si descargamos algo o guardamos un documento queda guardado en esta memoria. Y cuando apagamos el ordenador toda la información de borra. Así, cuando cargamos de nuevo el sistema operativo Live, este empezará desde cero, como recién instalado.
Ventajas e inconvenientes de los sistemas operativos Live-USB
La principal ventaja de este tipo de sistemas operativos es que se cargan y ejecutan por completo desde la memoria RAM. De esta manera podemos cargar cualquiera en nuestro ordenador sin formatear nuestro ordenador ni poner en peligro los datos guardados en él. La mayoría de estos sistemas son Linux, por lo que podremos hacer uso de la versatilidad y seguridad que ofrece este sistema. Los sistemas operativos Live suelen venir ya preparados con programas, herramientas y drivers para que nada más cargarlo podamos empezar a utilizarlo.
Sin embargo, también tiene varios inconvenientes. Como todos los datos se cargan en la memoria RAM, todo lo que hagamos con él (instalar programas, configurar, descargar archivos, etc) quedará en la memoria. Si apagamos el ordenador, reiniciamos o sufrimos un corte de corriente inesperado, todos los datos se perderán.
Además, algunas aplicaciones pueden no funcionar correctamente en este tipo de sistemas operativos. Un sistema Live-USB no es para uso diario. Pero sí nos puede ayudar en muchas situaciones, sobre todo cuando nuestro PC no funcione correctamente.
Cuándo usar estos sistemas y cómo nos ayudan a reparar nuestro ordenador
Podemos encontrar un total de 4 escenarios en los que un sistema operativo en vivo nos puede ayudar en nuestro día a día.
Nuestro Windows falla, y tenemos que recuperar datos
El primero, y probablemente el más importante, es que Windows esté fallando, o directamente haya dejado de funcionar. Aunque si tenemos una copia de seguridad de nuestros datos podremos recuperar los datos muy fácilmente desde ella y acabaremos antes si formateamos el PC entero,
En caso de tener que recuperar los datos de Windows antes de formatear, o sepamos cuál es el problema y podamos repararlo (por ejemplo, sustituyendo algún fichero crítico de Windows), el sistema Live se cargará en la memoria y nos dejará acceder al disco duro de Windows. De él podemos sacar los archivos que queramos o realizar los cambios que consideremos oportunos para arreglar Windows.
Si por alguna razón hemos borrado o perdido datos de nuestros discos duros, este tipo de sistemas nos ayudarán a recuperarlos sin tener que reinstalar un sistema operativo (y por lo tanto, sin tener que sobrescribir sectores). La mayoría de las distros Live-USB de Linux incluyen Photorec y TestDisk, dos herramientas con las que casi seguro podremos recuperar los datos.
Además, si hemos sido víctimas de un virus, podemos analizar nuestro ordenador desde este sistema operativo en vivo para localizarlo, e incluso eliminarlo a mano.
Queremos probar todas las distros de Linux en modo live
Otro uso muy común de este tipo de sistemas operativos es, si somos curiosos y nos gusta probar cosas nuevas, probar otros sistemas operativos sin alterar nuestro sistema operativo principal. Si somos usuarios de Windows, por ejemplo, y queremos probar cómo es Linux sin tocar los discos duros, un Live-CD de cualquier distro nos dará esta oportunidad. Lo mismo ocurre si somos usuarios de una distro, como Ubuntu, y queremos probar otras distros para aprender sobre ellas o, por qué no, ver qué tal funcionan con nuestro hardware para cambiar a ellas.
¿Internet? si, pero con privacidad
Un tercer uso de lo más interesante, aunque más enfocado a usuarios avanzados, es usar este tipo de distros para conectarnos a Internet de forma segura, privada y sin dejar rastro. Todo lo que hacemos desde un sistema operativo instalado en el PC deja rastro, tanto en la red como en el disco duro en cuestión.
Algunos sistemas operativos, como Tails, vienen preparados para ejecutarse 100% en la memoria RAM y permitirnos conectarnos a Internet sin dejar rastro, manteniendo siempre nuestra privacidad. Si, por ejemplo, lo que queremos es medir nuestra seguridad, existen otros sistemas operativos en vivo, como Kali Linux, que nos permiten realizar prácticas de hacking ético sin alterar nuestro sistema operativo principal.
Aísla problemas para saber si falla el hardware o el software
Por último, pero no menos importante, este tipo de sistemas operativos nos ayudan a comprobar si tenemos un problema de hardware en nuestro ordenador o si tenemos un problema con Windows.
Pongamos el ejemplo de que estamos utilizando el ordenador y, de repente, empieza a reiniciarse sin motivo. Reiniciamos Windows y al rato vuelve a ocurrir lo mismo. Y otra vez. Y una vez más. Es imposible usar el ordenador con normalidad.
Llegados a este punto podemos optar por formatear el ordenador y probar si sigue pasando lo mismo (con riesgo de que ocurra), o cargar un sistema Live y ver si así funciona bien y no da ya problemas el PC. En caso de que el sistema Live-USB funcione y Windows (o el sistema que tengamos instalado) no lo haga, entonces casi seguro se trata de un problema de software. Si por el contrario con el sistema Live siguen ocurriendo los bloqueos, reinicios o problemas en general, entonces el fallo está en el hardware. Y llegado este punto, una herramienta (también live) que nos ayuda a comprobar el estado de la memoria, la placa y la CPU es Memtest86+.
Un Live-USB siempre a mano
Como podemos ver, los sistemas operativos Live, o en vivo, pueden sernos de utilidad muchas veces. Gracias a ellos vamos a poder desde reparar nuestro ordenador o recuperar datos hasta navegar por Internet con un sistema totalmente funcionar. Con la diferencia de que, en vez de estar instalado, se carga en la memoria RAM.
Salvo que tengamos un ordenador muy antiguo y necesitemos lo que se llama Live-CD, la forma más práctica de tener un sistema operativo Live siempre a mano en un USB. Así podemos crear un Live-USB de Ubuntu, o de cualquier otra distro (Tails, Kali Linux, etc), siendo lo único necesario que la memoria sea de 4 GB para tener espacio de sobra.
Así, cuando queramos usarla, simplemente tendremos que conectarla a nuestro ordenador, arrancar desde ella y ya la tendremos en funcionamiento.