Windows 11 ya está entre nosotros. Desde principios de mes, el nuevo sistema operativo de Microsoft está disponible para los usuarios como una actualización gratuita a través de Windows Update. Este nuevo sistema no es mucho más que un Windows 10 con un completo (y necesario) lavado de cara, un sistema operativo moderno pensado, sobre todo, para estar a la última. Aunque esto puede terminar pasando factura a Microsoft, porque ¿de qué sirve lanzar un nuevo sistema y no dejar actualizar a la mayoría de los usuarios?
Los polémicos requisitos del nuevo Windows
A pesar de ser un Windows 10 renovado, Microsoft ha aprovechado el lanzamiento de su nuevo SO para actualizar los requisitos mínimos para poder instalar el sistema. Y estos requisitos, desde su anuncio, han dado mucho de qué hablar.
Lo primero que nos encontramos es que debemos tener una CPU compatible. Pero no una cualquiera, sino un procesador que no tenga más de 5 años. Hay casos en los que un Intel Core i7 de la serie 6000 no ha podido actualizar, pero el Intel Celeron más bajo de gama sí. La memoria RAM mínima ha aumentado hasta los 4 GB (no hay problema, porque esa cantidad puede tenerla hoy cualquiera), y también es necesario tener 64 GB de almacenamiento en disco o SSD.
Pero los problemas empiezan a partir de aquí. Windows 11 requiere que la placa base sea del tipo UEFI (casi todas lo son), y que tenga el Secure Boot activado para instalar y arrancar el SO. Pero, también, que disponga de un chip TPM 2.0. Este es un chip que viene en algunas placas base usado, principalmente, para temas de cifrado de datos y seguridad a nivel de hardware. Muchos ordenadores, incluso nuevos, no incluyen este chip en las placas base. Y, sin él, podemos olvidarnos de actualizar a Windows 11.
Hay formas de saltarse todas estas limitaciones e instalar el sistema operativo, pero lo hacemos bajo nuestra responsabilidad. De momento, parece que los Windows actualizados de esta forma hasta pueden recibir actualizaciones por Windows Update. Pero, ¿por cuánto tiempo?
Un Windows 11 «SE» aparece en escena
En la era de Windows 98 vimos por primera vez el término «SE» haciendo referencia a la «Second Edition» del sistema operativo. Desde entonces, este término no se ha vuelto a utilizar, hasta ahora.
Aprovechando la presentación de las nuevas Surfaces de gama baja (con procesadores Intel Celeron N4120) pensadas, sobre todo, para estudiantes, a Microsoft se le ha escapado el concepto «Laptop SE» al hacer referencia al sistema operativo que iba a usar. Y poco se ha tardado en empezar a hablar de la nueva edición del sistema operativo: Windows 11 SE.
No se sabe muy bien si este «SE» se refiere a «Student Edition«, «School Edition», «Surface Edicion» o viene a ser otro identificativo por el cual estaremos ante una versión menos exigente de Windows 11. Una versión que los usuarios que no tengan un PC compatible puedan bajar e instalar sin problemas.
Este nuevo sistema ofrecerá a los usuarios una experiencia mucho más limitada del sistema operativo. Sería, por poner un ejemplo, una edición más simple que la «Home». Y, a cambio de dar la espalda a algunas de estas características, es posible que, finalmente, podamos instalar este sistema en cualquier ordenador, sin importar la generación de CPU o el TPM 2.0.
De momento, este nuevo Windows sigue teniendo en silencio a Microsoft. Esperemos que pronto tengamos más pistas al respecto.