Windows 11 ya está a la vuelta de la esquina. El nuevo sistema operativo de Microsoft tiene planeada su llegada el próximo 5 de octubre, en poco más de dos semanas, a todos los usuarios. Este nuevo SO lleva dando mucho de qué hablar desde su lanzamiento, tanto por su arriesgado cambio estético como por los estrictos requisitos mínimos para poder instalarlo en el PC. Y, aunque más o menos ya nos habíamos hecho a ello, y algunos de los requisitos (como el TPM) se podían saltar, recientemente Microsoft se ha puesto seria en este sentido y ha reforzado estos requisitos. Y, con ello, limitando en gran medida dónde instalar y probar el SO.
Desde luego, la mayor polémica generada por este sistema operativo es la necesidad de contar con un chip TPM 2.0 en el PC para poder instalar el nuevo SO. O, de lo contrario, no podremos instalarlo. Gracias a este chip, Microsoft quiere reforzar la seguridad general del sistema operativo, forzar a usar el Secure Boot y garantizar que hay menos problemas a la hora de realizar ciertos cambios, como instalar actualizaciones.
Este chip va a ser obligatorio para todos los ordenadores. Sin embargo, la compañía lo dejaba un poco en el aire a la hora de instalar Windows 11 en una máquina virtual. De esta manera, tanto los usuarios más experimentados como las empresas y los desarrolladores podían probar el sistema operativo de forma segura para asegurarse de que todo funcionaba correctamente antes de instalar la nueva versión en el PC real.
Sin embargo, parece que esto ha llegado a su fin.
Adiós a instalar Windows 11 en una máquina virtual
Con la llegada de la última build Insider, Microsoft ha reforzado la seguridad de sus requisitos mínimos para evitar que los usuarios puedan seguir instalando el SO en sistemas no compatibles. Y esto se ha llevado por delante a las máquinas virtuales. Al menos para los usuarios de VirtualBox.
Hyper-V y VMware son compatibles con TPM en sus máquinas virtuales. Ambas soluciones están preparadas para poder simular esta medida de seguridad en las máquinas virtuales (de manera opcional, para que solo la usemos cuando queramos) de manera que las actualizaciones de Windows 11 pueden seguir funcionando sin problemas.
Sin embargo, con VirtualBox la cosa es diferente. El software de virtualización de Oracle no es compatible con el TPM, por lo que los usuarios que lo usaban para probar Windows 11 nos hemos quedado sin soporte. La compañía ha anunciado que está trabajando en un nuevo driver que permitirá a las máquinas virtuales acceder al chip TPM físico del ordenador para hacer que Windows 11, y otros sistemas que dependan de este chip, se puedan instalar sin problemas. Sin embargo, a diferencia de sus rivales, VirtualBox sí dependerá del chip TPM del PC. Y, si nuestro ordenador no lo tiene, no funcionará.
Por ahora solo podemos esperar a que llegue esta nueva característica a VirtualBox. Y, mientras tanto, no nos queda otra que empezar a usar VMware. Por desgracia para los que usamos el software de virtualización de Oracle, este se está quedando muy atrás respecto a sus rivales.
¿Se está convirtiendo Windows en una especie de macOS?
Windows siempre ha destacado sobre macOS por no poner demasiadas condiciones para poder instalar el sistema operativo. Basta con cumplir unos requisitos básicos de CPU, RAM y espacio libre para poder instalar el sistema en cualquier PC. Sin embargo, con la llegada de Windows 11 esto está cambiando.
Microsoft no solo ha cambiado muchos aspectos de la interfaz de Windows (que, curiosamente, se parece mucho a la del sistema de Apple), sino que también se ha vuelto mucho más radical en cuanto a los requisitos necesarios para poder instalar el sistema, dejando en la estacada a millones de usuarios que no tienen chip TPM 2.0 en sus ordenadores.
Windows 11 se parece más de lo que nos gustaría a macOS, tanto en apariencia como en requisitos para funcionar. ¿Puede que se esté cerrando la libertad que siempre ha caracterizado al sistema de Microsoft?