Windows 10 recibe otra novedad de Windows 11, esta vez para mejorar sus actualizaciones
Aunque en octubre de 2025 Windows 10 va a pasar a mejor vida, y dejará de recibir actualizaciones y soporte dentro de su rama de desarrollo estándar, aún tiene mucha guerra que dar. No es la primera vez que Microsoft, dada la popularidad de su agonizante sistema operativo, decide llevar algunas de las novedades de Windows 11 a su clásico Windows 10. Funciones como Spotlight, u otras mejoras relacionadas con la personalización, están presentes desde hace poco en este sistema. Y, hoy, anunciamos la llegada de una nueva característica.
Ayer, Microsoft lanzaba sus nuevas actualizaciones acumulativas y opcionales para Windows. Estas actualizaciones eran algo polémicas, ya que empezaban a mostrar más avisos para que los usuarios que no lo hayan hecho actualicen a Windows 11, y para informar, a aquellos que tienen hardware incompatible, de que van a tener problemas. Pero, además, esta pequeña actualización acumulativa ha introducido un cambio en Windows Update. Y, desde ahora, las actualizaciones de Windows son mucho más livianas.
Actualizaciones más pequeñas para Windows 10
Windows 10 empezaba a tener un serio problema con las actualizaciones. Sin ir más lejos, el parche del mes pasado superaba los 900 MB. Y esto no iba a ir a mejor, teniendo en cuenta que cada actualización incluye, además, todos los cambios introducidos anteriormente.
Desde este mes, Microsoft ha empezado a usar la tecnología de generación de datos de actualización inversa, exclusiva de Windows 11, en las actualizaciones de Windows 10. Esto quiere decir que, a partir de hoy, los parches de Windows serán bastante más pequeños para mejorar la experiencia a la hora de poner al día el PC. En concreto, los parches de abril han reducido su tamaño desde los 900 MB hasta unos 650 MB. Y se espera que, para las actualizaciones de mayo, el tamaño siga bajando.
¿Cómo es posible reducir el tamaño de las actualizaciones? Básicamente, porque, en lugar de incluir copias completas de los archivos que forman el parche, lo que hace Microsoft es incluir solo los cambios (delta) que se hacen en los archivos, y estos cambios se aplican directamente sobre los archivos originales del sistema operativo.
Aunque es probable que muchos no nos demos cuenta de ello, las ventajas de tener unos parches más pequeños son muy notables. Por ejemplo, lo primero que notaremos es que Windows se actualiza antes al poder bajar los parches en menos tiempo. Que un paquete de actualización sea más pequeño significa que habrá menos probabilidad de que se pueda instalar mal, o de que haya conflicto con dependencias o librerías.
Solo para Windows Update
Este cambio es exclusivo de Windows Update. Tan solo se podrán beneficiar de él los usuarios que actualicen el sistema operativo desde el propio actualizador de Windows. Sin embargo, si descargamos las actualizaciones a mano desde, por ejemplo, el catálogo de Microsoft Update, el tamaño de los instaladores .MSU seguirá siendo completo, ya que de esta forma no se pueden aplicar solo los cambios delta a las actualizaciones.
Un interesante cambio, una novedad que será bien recibida, y que demuestra que Windows 10 aún está lejos de morir.