El sistema operativo Windows pone a nuestra disposición una buena cantidad de funciones que nos permiten personalizarlo al máximo. Esto es algo que se hace extensible tanto a nivel funcional como de aspecto, siendo el fondo de escritorio uno de los elementos que más tendemos a cambiar.
Con todas estas modificaciones lo que logramos es disponer de un sistema operativo lo más apto posible a nuestras necesidades. De igual modo trabajaremos con un software algo más original que el predeterminado que nos hace llegar la propia Microsoft. Como decimos tanto en la aplicación de Configuración como en otros apartados de Windows, tenemos multitud de funciones para todo ello.
Sin embargo, una de las más habituales y que llevamos utilizando multitud de años, es el aspecto del fondo de escritorio con el que nos encontramos. Prácticamente desde hace décadas lo que hacemos es establecer una nueva imagen de fondo que nos evoque recuerdos con situaciones agradables. De ahí que muchas veces utilizamos fotografías familiares, de los amigos, vacaciones, mascotas, o sencillamente algo que nos haga sonreír. Hay que tener en cuenta que este escritorio es uno de los elementos que más utilizamos del sistema operativo y qué más a la vista está.
A todo esto, le podemos sumar que, en las más recientes versiones del sistema, esta es una modificación que podemos llevar a cabo en cuestión de segundos. De ahí que muchos usuarios también cambien este fondo de escritorio de manera periódica. Pero esto no va a ser necesario si somos un poco previsores, ya que podemos hacer que el propio Windows para este cambio cada cierto tiempo por nosotros.
Cambiar el fondo de Windows automáticamente
Esto es algo que podemos llevar a cabo de manera sencilla desde la propia aplicación de Configuración del sistema. Con un sencillo cambio haremos que Windows el encargado de cambiar este fondo de escritorio de manera periódica en el período de tiempo que nosotros le indiquemos. De esta manera nos tenemos que desentender de esta modificación y ahorrarnos el tener que hacerla a mano.
Generalmente cambiamos el fondo de escritorio pinchando sobre el mismo con el botón derecho del ratón y seleccionando la opción de Personalizar. Sin embargo, para hacer esto que os comentamos lo que haremos en este caso es cambiar la lista desplegable llamada Fondo donde seleccionamos Presentación. En una carpeta vamos a copiar todos los fondos de escritorio que deseamos utilizar en este apartado. Esto es algo que hacemos desde el propio explorador de archivos de manera convencional.
Una vez creada esta no tenemos más que seleccionarla en el apartado de elegir álbumes para la presentación. Con este cambio lo que hacemos es que Windows vaya seleccionando las imágenes almacenadas en esta carpeta y las muestre como fondo de escritorio. Ahora ya solo nos queda especificar al sistema el lapso de tiempo que deseamos que transcurra entre cada cambio. Esto es algo que podemos personalizar en el apartado llamado Cambiar de imagen cada. Por ejemplo, esto podemos hacer que suceda cada hora, por lo que cada 60 minutos nos encontraremos con un nuevo fondo de escritorio en nuestro sistema operativo.