Windows 10 y Windows 11 son los dos últimos sistemas operativos de Microsoft, dos sistemas modernos, seguros y preparados para durar varios años más (aunque Windows 10 ya tiene fecha de muerte). Sin embargo, aún hay millones de usuarios que no ha dado el salto a estos sistemas y siguen usando, por diversos motivos, versiones antiguas de Windows, como 8.1 e incluso el ya veterano Windows 7. Por desgracia, ningún Windows reina para siempre, y tarde o temprano acaban pasando a mejor vida. Y, al igual que Windows XP y Vista, el mes que viene pasan a la historia dos sistemas, quedando millones de usuarios abandonados a su suerte.
No es ningún secreto que Windows 7 y Windows 8.1 están en la recta final de su vida. Microsoft ya estableció la fecha de fin de soporte para ambos sistemas operativos hace ya años. E incluso Windows 7 está viviendo un periodo de soporte extendido lanzado exclusivamente para aquellas empresas que no habían podido actualizar. Pero todo llega a su fin. Y millones de usuarios no van a empezar 2023 con buen pie.
El 10 de enero de 2023 es el segundo martes de enero, lo que significa que Microsoft lanzará sus parches de seguridad para todos los Windows con soporte, entre ellos, Windows 7 y Windows 8.1. Pero, a partir de ese día, estos dos sistemas pasarán a formar parte de la lista de sistemas depreciados, descontinuados, sin soporte. Esto quiere decir que Microsoft ya no ayudará a los usuarios con problemas. Y, mucho peor, que no llegarán más actualizaciones de seguridad a estos sistemas, ni siquiera, aunque se descubra una vulnerabilidad muy grave.
Windows 7 tiene actualmente una cuita de mercado del 10%, y Windows 8.1 del 2%, lo que supone que más del 12% de los usuarios de Windows se van a quedar abandonados a su suerte. Y, en cualquier momento, podrían terminar en garras de piratas informáticos.
Aún tengo Windows 7/8.1, ¿qué opciones tengo?
Si somos de los usuarios que aún utilizan estas versiones de Windows, tenemos varias opciones. La primera de ellas, y la menos recomendada, es quedarnos en Windows 7 o Windows 8.1 sin preocuparnos de los problemas que podamos tener al no recibir ya actualizaciones.
La segunda de las opciones, y la más recomendable, es actualizar a Windows 10 o a Windows 11. Cualquier usuario que mueva Windows 7 podrá mover sin problemas Windows 10. Además, aún es posible pasar de Windows 7 a Windows 10 gratis, por lo que esta es la mejor opción.
Recordamos que Windows 10 solo tendrá soporte hasta 2025. Alcanzada esa fecha volveremos a estar en el mismo problema que ahora. Por tanto, nuestra recomendación personal es instalar Windows 11 para no tener problemas.
Para terminar, la última opción que tenemos es dar el salto a Linux. Este sistema operativo ha ganado una gran popularidad en los últimos años, sobre todo desde el lanzamiento de Windows 11 y el aumento innecesario de los requisitos y la obligación de usar un chip TPM. Si elegimos la distro adecuada podemos tener un sistema operativo muy fácil de usar, con todo tipo de programas gratis, e incluso con la posibilidad de usar programas de Windows en él. Una gran alternativa para poder dar una segunda vida al ordenador y no tener que pasar por el aro de Microsoft.