Hoy llegó el día. Lo que parecía que estaba muy lejos y que nunca ha llegado, ya está aquí: Windows 7 llegó a su final. Tras una larga vida de más de 10 años, este popular sistema operativo, que aún está instalado en más de uno de cada 5 ordenadores, se ha quedado sin soporte. A partir de ahora, cualquier vulnerabilidad que se descubra para este sistema operativo no se solucionará, y pondrá indefinidamente en peligro a los usuarios. Cuando Windows XP llegó a su fin, fue un duro golpe para los usuarios. Y ahora, con Windows 7, la historia se repite de nuevo.
Windows 10 llegó para quedarse. El sistema operativo de Microsoft la verdad es que, a pesar de su polémica llegada hace casi 5 años, ha terminado por convencer a la mayoría de los usuarios. Incluso a día de hoy Microsoft permite actualizar gratis de Windows 7 a Windows 10 para que los usuarios que aún utilicen el obsoleto sistema puedan dar el salto a este nuevo.
Hay muchas cosas que esperaban los usuarios pero que se han quedado en el tintero. Por ejemplo, un Service Pack 2 para Windows 7 que agrupara todas las actualizaciones lanzadas hasta la fecha (aunque llegó algo parecido llamado «Convenience Rollup Package»), o una mejor explotación de Aero, las transparencias de este sistema que tanto gustaron a los usuarios.
Ya no hay nada que hacer con Windows 7. Este sistema operativo ha muerto. Y aunque existe la posibilidad de pagar por seguir recibiendo soporte, la verdad es que no es para nada recomendable. Tarde o temprano estaremos en peligro.
Windows 7 – 2018 Edition: una edición ficticia de cómo debía haber sido este sistema
Windows 7 – 2018 Edition es un concepto re-imaginado de cómo podría haber sido un Windows 7 remasterizado. E incluso cómo podría haber sido Windows 10 si hubiera seguido los pasos de su hermano mayor.
Como podemos ver en el vídeo, esta remasterización del sistema operativo une muchos de los conceptos de Windows 7 con los del actual Windows 10. La barra de tareas, por ejemplo, tiene un buscador con Cortana incluido y los iconos de Windows 10, aunque mantiene las transparencias de Aero.
El menú inicio es justo lo que muchos usuarios querían. Este diseño, aunque renovado, es mucho más fiel al diseño original. Un menú centrado principalmente en las aplicaciones y los programas, y no un híbrido extraño repleto de Live Tiles a los que, al final, nadie hace caso.
Las apps universales existen. Pero su diseño deja un poco que desear. Parecen aplicaciones metidas a la fuerza en una ventana Aero de Windows 7. Pero aun así, siguen siendo útiles.
El explorador de archivos de la remasterización de Windows7 es otra de las mejores características que podríamos encontrar en este sistema operativo. Como podemos ver, la columna de la izquierda está mucho mejor ordenada y da prioridad a lo que de verdad importa. En el centro encontraremos las unidades o las carpetas por las que vayamos navegando, pero nada más. Un diseño infinitamente mejor pensado que el actual.
El centro de notificaciones de Windows también ha sido rediseñado. Podemos ver cómo, aunque sigue cumpliendo su función, es mucho más agradable a la vista. Incluso se adapta según el tema y el color de fondo, algo que Aero hacía muy bien.
La personalización sigue teniendo mucha importancia en Windows. Y por ello, este concepto de Windows 7 remasterizado ofrece infinidad de funciones. Incluso podemos ver un Modo Noche con un Dynamic Wallpaper que nos permite ir ajustando la apariencia del sistema en función de la hora del día.
Podemos ver el vídeo completo del concepto en YouTube.
Por desgracia, este concepto no es más que eso, un concepto. Y aunque a muchos nos gustaría poder probar este sistema operativo, en realidad no existe. Ni lo hará.