Buena parte del rendimiento y funcionamiento de nuestro ordenador depende de los componentes hardware de los que disponemos. Pero igualmente debemos hacer una buena elección del sistema operativo y los programas a usar, por ejemplo, con el fin de ahorrar tanto memoria RAM como excesivo uso de la CPU al ejecutarlos.
Hay que tener en consideración que a medida que pasa el tiempo, el software en general aumenta en cuanto a funcionalidad y potencia. Como no podía ser de otro modo esto afecta negativamente al consumo de recursos de nuestros equipos. Es por ello por lo que cada cierto tiempo tenemos que actualizar los mismos o comprar un nuevo PC. Pero esto no siempre es posible, pues menos no de manera tan frecuente como nos gustaría. Por tanto, para poder seguir disfrutando de una buena experiencia con nuestro ordenador, es recomendable optimizar el uso de las aplicaciones instaladas.
Dependiendo de los componentes instalados en nuestro equipo, podremos ejecutar algunos programas u otros. Esto es algo que se hace especialmente importante en aquellos relacionados con el diseño, la edición de vídeo, el trabajo 3D, o los juegos. Seguro que en más de una ocasión os habéis enfrentado ante un bloqueo parcial del sistema operativo cuando más lo necesitábamos. Una de las razones más habituales de todo ello viene dada por falta de memoria RAM disponible en ese instante.
Precisamente para evitar todo esto que os comentamos, podemos llevar a cabo una serie de movimientos que nos permitan ahorrar memoria al abrir una aplicación en nuestro equipo. De ese modo lo que logramos es que la misma se ejecute con la mayor premura posible y funcione de manera adecuada. Veamos algunos trucos que podemos llevar a cabo para lograr esto que os contamos.
Ahorra memoria al abrir aplicaciones y mejóralas
En el trabajo diario con nuestro equipo abrimos y cerramos programas de manera casi constante. Sin embargo, debemos tener en cuenta las limitaciones de nuestro ordenador, ya que de lo contrario se puede ver afectado negativamente en cuanto a su funcionamiento general. Un momento especialmente delicado es cuando nos disponemos a poner en funcionamiento una nueva aplicación instalada. Para que esta acción tan habitual no afecte al resto del equipo, veamos cómo podemos ahorrar RAM en el proceso.
Llegados a este punto y antes de poner en marcha el nuevo programa, lo primero que os recomendamos es cerrar el resto de las aplicaciones que no necesitamos. Con esto lo que logramos realmente es liberar parte de la memoria RAM del PC que está ocupada. Lo mismo sucede con aquellos apartados o funciones del propio sistema operativo que en ese instante tenemos en ejecución, lo mejor es parar el proceso o cerrarlo. Siempre tenemos la posibilidad de echar un vistazo a todo ello en el Administrador de tareas de Windows y así finalizar aquellos procesos innecesarios que estén en funcionamiento.
De igual modo si tenemos un equipo un tanto limitado en cuanto a recursos, también os recomendamos elegir programas ligeros. Con esto lo que os queremos decir es que hoy día tenemos a nuestra disposición cierto software muy similar entre sí perteneciente a un determinado sector, pero con un consumo de recursos muy distante. Esto es algo que afecta tanto a la ocupación del disco duro como al consumo de RAM y CPU.
Por otro lado, deberíamos elegir la ejecución de esas aplicaciones cuando no haya ningún trabajo programado por parte del sistema operativo. Con esto nos referimos a que no comience el análisis diario del antivirus, la copia de seguridad automática, o la actualización del propio sistema.