Google Chrome es el navegador más utilizado en todo el mundo. Y es que, desde su lanzamiento, el gigante del buscador ha conseguido colocarse en casi 3 de cada 4 ordenadores, destronando a los reyes de aquel entonces: Firefox, Internet Explorer y Opera. Sin embargo, actualmente no el único que podemos utilizar para navegar por Internet ya que tenemos un amplio número de opciones disponibles como Edge, Brave, Vivaldi, o los clásicos como Firefox y Opera, entre otros.
Este último, en concreto, es uno de los navegadores que más ha cambiado con el paso del tiempo. Hubo un tiempo en el que estuvo casi desaparecido, pero consiguió resurgir de sus cenizas cual Ave Fénix, consiguiendo, tras muchos cambios (como, por ejemplo, adoptar el motor Chromium) volver a conquistar a cierta parte de los usuarios.
Sin embargo, a pesar de que parece un programa muy prometedor, ¿realmente es una opción recomendada? Vamos a analizarlo desde nuestro punto de vista.
Los creadores del Opera original ya no están. Opera Software fue creado por Geir Ivarsøy y Jon S. von Tetzchner, que abandonó la compañía en 2011 por desavenencias con el Consejo de Administración de la época para fundar en 2013 Vivaldi y lanzar su propio navegador. Desafortunadamente, en 2016, Ivarsøy fallecía quedándose la compañía definitivamente huérfana de sus fundadores aunque aún hay un buen número de los trabajadores y staff directivo de la Opera original que siguen en la compañía.
Instalación con cierto truco. Una de las manías que tienen muchos desarrolladores de aplicaciones es colar la aplicación en el inicio de Windows para que se ejecute automáticamente al iniciar el PC, incrementando el tiempo necesario para que el PC esté listo para ponernos a trabajar. Sin salirnos de la instalación, automáticamente, se convierte en el navegador predeterminado, sin preguntárnoslo, a no ser que nos adentremos en las opciones de instalación. También marca por defecto en envío de información de uso, que, aunque es anónimo, viene activado por defecto.
De igual forma, tras instalarlo, podemos ver que nos avisa de que (por defecto) va a recopilar y usar nuestros datos. Podemos desactivarlo, por supuesto, pero ya debemos estar atentos, por muy anónimos que sean los datos que recoge.
Interfaz sobrecargada. Cuando navegamos por cualquier página web, el usuario quiere disfrutar de toda la pantalla para poder visualizar la información de forma correcta, sin embargo, debido al panel de aplicaciones que Opera nos ofrece en la parte izquierda del navegador, el espacio disponible para navegar es más reducido y distrae nuestra atención, aunque no estemos utilizando esta funcionalidad. Esto es ya más para gusto, pero la mayoría de los usuarios prefiere siempre una interfaz limpia antes que algo sobrecargado.
El accionista mayoritario es una empresa de origen chino. Este navegador se lanzó en 1995 pero en 2016, Kunlun Tech Co se convirtió en accionista mayoritario. En un principio, el navegador se sigue desarrollando en Europa, en los centros de Polonia y Suecia. Además, cotiza en bolsa dentro del NASDAQ, por lo que aún sigue siendo un navegador de origen europeo, controlado por las leyes y regulaciones europeas. Pero es bueno saber quien es el dueño de la mayoría de las acciones.
Incluye una VPN gratis, aunque limitada para pasar a pago. Opera permite a los usuarios activar una VPN gratuita para navegar de forma segura y anónima sin tener que utilizar extensiones de terceros. Sin embargo, aunque cumple su cometido, y respeta la privacidad (tras ser auditada por compañías como Cure53), si quieres sacarle todo el provecho, y proteger todo el sistema (no solo el navegador), nos pedirá pagar por la VPN Pro, un servicio PLUS que tiene un coste de 4 euros al mes.
No tiene las mismas funciones de seguridad de Chrome. Es cierto que Opera, al estar basado en Chromium, utiliza el motor Safe Browsing de Google, que analiza todas las URLs que visitamos y detecta posibles webs maliciosas. Sin embargo, lo que no hace es detectar y bloquear las descargas con virus, algo que sí encontramos en Google Chrome y Edge. Estos analizan, de forma independiente a nuestro antivirus personal, todas las descargas que realizamos. Y, si tienen un virus, o son sospechosas, las bloquean antes de que la amenaza llegue al PC.
Opera no hace este bloqueo, y deja en manos del antivirus detectar la amenaza. Podemos verlo fácilmente al intentar descargar un virus de prueba, como es Eicar.
Probablemente Opera no tarde en implementar una medida de seguridad similar, pero, por ahora, no está disponible. Eso sí, independientemente de ella sí tenemos otras funciones seguras, como forzar HTTPS, usar DNS seguros y más.