Por qué tu disco duro no usa la letra A o B por defecto: la historia detrás de la letra C: de Windows
Cada uno de los discos duros, o dispositivos de almacenamiento, que se conectan al PC tienen asignada una letra. Esta letra es la que nos permitirá identificarlos dentro de Windows, e interactuar con ellos. Si llevas unas décadas usando ordenadores, es más que probable que hayas usado ya antes la letra A, e incluso la B. Sin embargo, ahora mismo estas dos letras se han pasado por alto, y cualquier sistema Windows empieza con el disco duro principal en la letra C. ¿Sabes por qué?
Cuando conectamos una unidad de almacenamiento a un ordenador con Windows, este le asigna automáticamente una letra, siempre partiendo a la letra D, ya que la C es la correspondiente a la primera unidad lógica del sistema, donde se encuentra el sistema operativo. Lo mismo sucede si creamos particiones de la unidad principal. Al crear particiones, estamos creando nuevas unidades de almacenamiento por lo que es necesario identificarlas con una letra, independientemente de que sistema de archivos utilicemos.
Si alguna vez te has preguntado el motivo por el que Windows no empieza con la letra A para identificar la unidad principal, debemos remontarnos unos cuantos años atrás, cuando se utilizaban unidades de almacenamiento en forma de discos flexibles de 5 1/4 y de 3 1/2.
Antes de los discos duros, había disquetes
Cuando se lanzaron los primeros ordenadores personales al mercado de la mano de IBM, estos no tenían un disco duro, sino que funcionaban a través de disquetes, siendo este el almacenamiento primario del equipo, de ahí que se les asignaran las letras A y B, ya que, la mayoría de los equipos incluían dos lectores de discos, uno para el sistema operativo y otro para ejecutar aplicaciones o guardar archivos.
Conforme comenzaron a popularizarse en el mercado los discos duros, los ordenadores dejaron de incluir dos lectores de discos, sustituyendo la segunda unidad lectora por el disco duro. En este caso, se utilizaba el disco duro para almacenar el sistema operativo y la unidad flexible para instalar aplicaciones y/o guardar documentos.
Conforme fue evolucionando la informática, llegaron las unidades de CD y posteriormente las de DVD. Estas utilizan la letra D para estar accesibles desde el sistema operativo. Al tratarse de una tecnología que llegó, digamos en tercer lugar, al tratarse de unidades de lectura, no tenían más remedio que conformarse con la letra D, siempre y cuando no tuviéramos otro disco duro instalado en el equipo.
Si tenemos la oportunidad de hacernos con una unidad de discos flexibles, al conectarla al ordenador, este la reconocerá como una unidad de disco y le asignará la unidad A. Si conectamos una segunda unidad, se le asignará la letra B. Windows permite gestionar hasta 26 unidades de almacenamiento, aunque si superamos ese límite, no hay problema, ya que estarán accesibles a través de un ID de volumen, pero no estará accesible desde ninguna aplicación ni desde el Explorador de archivos.
Utilizar las letras A y B como unidades de almacenamiento
A pesar de que los discos flexibles han desaparecido por completo del mercado, Windows sigue reservando estas letras para este tipo de almacenamiento de forma predeterminada. Sin embargo, podemos comenzar a utilizar estas letras para las unidades que tengamos conectadas al PC, como pendrives o discos duros externos o internos que no sean el C, donde se encuentra el sistema operativo.
Para utilizar las letras A y B como unidades en Windows, lo primero que debemos hacer es acceder al Administrador de discos a través del botón derecho del ratón sobre el botón de Inicio. A continuación, seleccionamos la unidad de almacenamiento a la que queremos asignarle la letra A o B y con el botón derecho del ratón, pulsamos en la opción Cambiar la letra y rutas de acceso de unidad para (unidad y nombre que tenga).
En la ventana que se muestra, pulsamos en Cambiar y seleccionamos de todas las letras que se muestran la letra A o B (la que queramos). Al pulsar el Aceptar, Windows nos mostrará un mensaje informándonos de que el cambio puede afectar al funcionamiento de determinadas aplicaciones que dependen de unidades de letras. Pulsamos en Si para confirmar y ya estaría.
A partir de este momento, la unidad conectada a la que hemos cambiado el nombre aparecerá en el explorador de archivos con la letra A o B que hayamos elegido.
¿Puedo usar otra letra, que no sea C, para Windows?
Como ya hemos explicado, por defecto cuando instalamos Windows, este se asigna automáticamente la letra C a la unidad. Y, si no queremos problemas, no debemos cambiar esto, ya que todas las rutas estáticas que apuntan a C: dejarían de funcionar, y sería un caos para el sistema (y para nosotros).
Lo que sí puede ocurrir es que, si ya tenemos otro Windows instalado en otro disco duro (que sería C:), e instalamos otro con Dual Boot, el otro sistema operativo podría tener la unidad D: por defecto. Es un caso muy extraño (ya que, por lo general, el segundo sistema seguiría siendo C cuando lo tengamos arrancado), pero puede ocurrir. A términos generales no ocurriría nada, ya que todo quedaría con las rutas de esa unidad. Simplemente se nos haría raro verlo como C después de 30 años siendo la unidad «C:».