Diferencias entre programas en Windows con MSI o EXE

Diferencias entre programas en Windows con MSI o EXE

David Onieva

Cuando nos sentamos frente a un PC, son varios los elementos de los que disponemos para que todo funcione tal y como necesitamos. Aquí entra en juego un sistema operativo como Windows, los programas que instalamos en el mismo, o los datos que manejamos, entre otras cosas.

De ese modo nos encontramos con un conjunto que nos permite trabajar en el día a día con el ordenador, jugar, visitar redes sociales, etc. Tal y como sucede con el mencionado sistema operativo, los programas que instalamos en el mismo son fundamentales. A pesar de que el propio Windows adjunta una serie de soluciones software que intentan solucionarnos muchos modos de uso, la mayoría de los usuarios se decantan por otras soluciones. Así, descargan programas de Internet o de la tienda de Windows 10 que cumplan con sus necesidades.

De igual modo a través de estos generamos y trabajamos con multitud de archivos de todo tipo que podemos guardar, imprimir, compartir, etc. Por regla general para muchas de estas tareas hacemos uso del Explorador de archivos que incluye Windows, por ejemplo.

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El formato de los ficheros, signo diferencial para su uso

Como probablemente la mayoría de vosotros ya sabréis, desde este apartado trabajamos con una enorme cantidad de tipos de archivos. Estos se diferencian básicamente, además de por su nombre, por su extensión. Dependiendo del programa o dispositivos con el que hayamos creado el mismo, tendrá un formato u otro. Este es uno de los conceptos básicos de la informática en general. Y es que debemos tener en cuenta que son muchos los formatos de ficheros que desde hace años nos vienen acompañando.

Gracias a los mismos podemos trabajar con multitud de programas y llevando a cabo tareas de todo tipo. Esto lo encontramos tanto en los equipos basados en sistemas Windows como en otras plataformas como macOS o Linux. Como la mayoría ya sabréis, estos formatos o extensiones de fichero vienen asociados a las aplicaciones que instalamos y usamos a diario. Así mismo dependiendo de su tipo, se asocian a un determinado tipo de datos o modo de funcionamiento. Pero de igual modo muchos de estos formatos son genéricos para múltiples usos diferentes.

Os contamos todo esto porque en estas mismas líneas nos queremos centrar en un tipo de fichero determinado. En concreto nos referimos a un tipo que se podría decir que es de los más importantes que vamos a encontrar. Nos referimos a los ejecutables, que son los que nos permiten poner en marcha los programa que usamos en el día a día. Y es que entre los muchos formatos con los que tratamos en el PC, nos podemos encontrar con dos de los que se podría decir que son de los más importantes, lo mencionados ejecutables.

La importancia de los ficheros ejecutables

Decimos esto porque en realidad estos son los que se generan para permitirnos instalar los programas de los que posteriormente vamos a hacer uso en el sistema. De hecho, a continuación, os queremos hablar de dos de estos formatos que seguro habéis visto en innumerables ocasiones. En concreto nos referimos a los populares msi y exe. Estos dos formatos de archivo son muy populares y con un uso similar. Es por ello por lo que en un principio muchos usuarios pueden llegar a pensar que sirven para lo mismo. Pero en realidad no es así, ya que tienen importantes diferencias de las que os vamos a hablar a continuación.

fichero exe

Los archivos .exe quizá sean los más extendidos a la hora de instalar programas en un sistema Windows, pero también nos podemos topar con los .msi. Pues bien, antes de nada y a modo de curiosidad, os diremos que los ficheros .msi comenzaron a usarse en 1999. Su nomenclatura viene dada en base a la tecnología inicialmente llamada Microsoft Installer y actualmente conocida como Windows Installer.

En realidad, con esto hablamos de un servicio que viene instalado de serie con todas las versiones de Windows. Para que nos hagamos una idea, aquí os hablamos de una API de Windows que se puede utilizar para crear instalaciones. Así mismo esto se usa tanto para el mantenimiento como para las reparaciones de aplicaciones en el sistema operativo de los de Redmond.

Diferencias entre ficheros exe y msi

Por tanto, una vez sabemos esto, podríamos decir que estos archivos en formato msi se pueden considerar como bases de datos. En las mismos se ha almacenado toda la información necesaria para poder realizar la instalación del programa deseado. El mismo también puede albergar otras tareas relacionadas como la reparación de esas aplicaciones. De hecho, estos son formatos de instalación para Windows ampliamente utilizados en entornos más empresariales. La principal razón de ello es por las posibilidades que ofrecen a la hora de trabajar con muchos equipos en una misma red.

Además, por otro lado, nos encontramos con los populares archivos ejecutables en formato exe. Pues bien, debemos saber que estos nos pueden llegar de dos modos, por un lado, nos encontramos con aquellos que son archivos comprimidos que albergan un MSI y que llaman a Windows Installer. De ese modo esta función se encarga del proceso de la instalación como tal en el sistema. Pero con todo y con ello existe otro tipo de exe que son ejecutables por sí mismos. Con esto os queremos decir que estos son los que se encargan del proceso de instalación sin echar mano de los mencionados msi y de Windows Installer.

Una de las ventajas que nos presentan los archivos exe, es que nos permiten instalar varias aplicaciones de manera simultánea. Hay que tener en cuenta que, si nos referimos a los msi, este formato en concreto tan solo es capaz de encargarse de una instalación cada vez. Pero en el supuesto de que lo que necesitemos sea llevar a cabo una instalación desatendida, los mencionados msi son perfectos. De ahí precisamente su uso en entornos más corporativos, ya que los msi son los más adecuados para automatizar estas tareas.

Esto se logra porque en la mayoría de las ocasiones los msi se ejecutan sin preguntas a los usuarios ni interrupciones.

La principal diferencia entre un archivo .exe y un archivo .msi es que el primero puede incluir una o más aplicaciones en su interior y, además puede incluir archivos maliciosos, por lo que, siempre que sea posible, debemos evitar este tipo de archivos si existen la posibilidad de descargar la aplicación con la extensión .msi.

Los archivos .msi son archivos cuya única función es de la instalar aplicaciones, no tienen ninguna otra función adicional que si podemos encontrar en los archivos con extensión .exe. el formato .msi contiene todo lo necesario para instalar una aplicación y no puede ejecutar código malicioso ya que Windows supervisa todo el proceso de instalación.

Teniendo en cuenta la peligrosidad que suponen los archivos .exe, Microsoft implementó un sistema de firmas digitales que permiten comprobar quien es el desarrollador de la aplicación, un desarrollador que ha utilizado una certificación que Microsoft comprueba cuando descargar el archivo. Si el archivo no dispone de esta certificación, en la mayoría de los casos, el equipo lo considerará una aplicación maliciosa, aunque realmente no sea así. Para salir de dudas, podemos utilizar la web Virus Total para analizar el archivo y comprobar si realmente se tratade un archivo que incluye software malicioso o no.

Al final, lo más importante es conocer la fuente de donde descargamos los archivos. Siempre que sea posible, es recomendable descargar la aplicación desde la web del desarrollador y evitar, siempre que sea posible las webs que se dedican a recopilar aplicaciones que, posteriormente, incluyen un instalador donde siempre intentan instalarnos aplicaciones, bloatware, que nunca vamos a utilizar en nuestro equipo.

Qué sucede con la seguridad de ambos formatos de archivo

Tal y como hemos podido comprobar en estas mismas líneas, la función principal de ambos tipos es muy similar, es decir, son instaladores de aplicaciones en nuestros equipos basados en Windows. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes dependiendo del tipo de uso que vayamos a hacer de estos instaladores o de las necesidades de los administradores de sistemas.

Pero también se puede ver la circunstancia de que algunos usuarios se pregunten cuál es más seguro de los dos. Partamos de la base de que multitud de atacantes desde hace años utilizan los ejecutables del sistema de Microsoft para cargar sus códigos maliciosos en nuestros equipos para que se pongan en funcionamiento. Lo cierto es que ambos formatos son propensos a contener algún tipo de código malicioso, más o menos dañino, por lo que destacar uno sobre el otro no tiene demasiado sentido.

Lo único que debemos tener en consideración es que debemos descargar ejecutables desde páginas fiables, o desconfiar de cualquier archivo de estas características que nos llegue vía correo electrónico. En caso de duda lo mejor que podemos hacer es escanear el fichero con nuestro antivirus instalado o subirlo a alguna plataforma especializada como la de VirusTotal. Da igual que sea un archivo en formato msi o exe, los riesgos que corremos si nos llegan de fuentes sospechosas, será el mismo.

¿Cuál debo instalar en el PC?

Como podemos ver, a grandes rasgos ambos archivos cumplen una misma función: permitirnos instalar un programa o una aplicación en Windows. Y lo hacen de forma muy similar, ya que ambos tienen su propio asistente que debemos seguir hasta el final.

La principal diferencia entre ambos formatos se encuentra bajo el capó. Concretamente cuando buscamos instalar un programa en una red de ordenadores bajo Active Directory. Si tenemos un programa en formato EXE, este se debe instalar a mano en todos los ordenadores, algo que, dependiendo del número de equipos que tenga la red, puede ser algo inviable. Sin embargo, los MSI permiten al administrador instalar de forma remota, y en segundo plano, los programas a todos los usuarios al mismo tiempo, lo que ahorra tiempo y problemas.

Si somos usuarios domésticos, lo más práctico y rápido son los archivos EXE. Este formato es el más utilizado por el software (ya que es más fácil de generar) y, además de que no vamos a necesitar las opciones administrativas, nos va a permitir instalar varios programas a la vez. Por el contrario, si somos administradores de sistemas y trabajamos en una empresa, los MSI son mucho más seguros y nos permiten instalar mucho mejor los programas de forma distribuida a todos los PCs de la red.

Si, en el momento de descargar una aplicación, tenemos la opción de elegir entre descargar el archivo ejecutable (.exe) y un archivo .msi, si queremos evitar que otras aplicaciones acabaen instaladas en nuestro equipo, es recomendable seleccionar siempre la segunda opción. Cada vez es más habitual, especialmente en GitHub, encontrar tanto las versiones ejecutables como el instalador de paquetes .msi, sin embargo, si buscamos aplicaciones antiguas o que llevan años sin actualizarse, encontrar los .msi es prácticamente misión imposible y tendremos que conformarnos con los ejecutables, eso sí, comprobando todos los pasos que se muestran para evitar instalar aplicaciones adicionales durante el proceso.

Además, una vez ha finalizado la instalación, también debemos comprobar que no se ha instalado ninguna otra aplicación de forma oculta durante el proceso. Para comprobarlo, tan solo tenemos que pulsar sobre el menú de Inicio de Windows y comprobar si se muestra alguna aplicación nueva en la parte superior, además de la que acabamos de instalar.

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