Al usar nuestro ordenador con Windows, una de las acciones que solemos realizar con más frecuencia pasa por instalar distintos programas. Tras ello, en muchas ocasiones nos toca reiniciar el ordenador. Esto es algo rutinario que viene haciendo por obligación del propio sistema cada vez que instalamos un software nuevo o actualizamos el sistema. Esto es algo que, en ocasiones debemos de realizar con más frecuencia de lo que nos gustaría.
Cada vez que instalamos una nueva aplicación nos aparece el típico mensaje que nos informa que para terminar la instalación es necesario reiniciar el sistema. Esto habrá hecho que muchas veces nos preguntemos el por qué de este mensaje que tanta molestia nos supone, no en vano, nos obliga a guardar todo lo que estemos haciendo y reiniciar el equipo para poder ejecutarse correctamente el software instalado.
La importancia del reinicio tras la instalación de un software
El hecho de que en muchas ocasiones tengamos que reiniciar el ordenador al instalar un nuevo programa viene dado porque muchos de ellos suelen requerir para su buen funcionamiento de algunas librerías conocidas como DLL (Dynamic Link Library) para poder ser reemplazadas. Pero esto es algo que no puede llevarse a cabo de forma inmediata después de la instalación, pues por lo general, estos archivos son usados en ese momento por el propio sistema operativo u otra aplicación.
Es por ello que, si los cambios se produjeran al instante podrían ocasionar daños a algún componente del sistema que tengamos instalado. Para evitarlo, la solución pasa por un reinicio del sistema una vez terminada la instalación del software. Una vez completado el reinicio, el sistema va a disponer de total libertad para para modificar o remplazar los archivos DLL necesarios.
Actualizaciones de drivers o del sistema también requieren reiniciar
Pese a que los reiniciar obligados más frecuentes son los relacionados con la instalación de software, también es posible que debamos realizar esta acción cuando actualizamos los controladores o instalemos actualizaciones del sistema. Al instalar los drivers se necesitan que se modifiquen componentes del propio sistema, así como crear nuestras entradas en el registro. Igualmente, al ser archivos que se encuentran en servicio es necesario reiniciar el sistema para que se puedan modificar los archivos necesario.
Lo mismo sucede cuando hablamos de actualizaciones de Windows, ya que estas modifican diferentes partes internas del sistema operativo, como el propio núcleo o partes cargadas en la memoria. Es por ello que, una vez finalizada la instalación, obliga al sistema a pedirnos permiso para reiniciarse y completar la instalación sin problemas.
Las mejoras de Microsoft para los reinicios
Pese a lo molesto que suponen los reinicios de Windows tras la instalación de cualquier programa, lo cierto es que es algo que Microsoft ha ido mejorando con cada nueva versión de su sistema operativo. Se puede decir que hasta Windows 7, los reinicios eran constante y que con la llegada de Windows 10, se ha conseguido que el sistema tenga que reiniciarse mucho menos, sobre todo cuando se tratan de aplicaciones propias o que instalamos desde la Microsoft Store.
A pesar de ello, aún sigue solicitando el reinicio cuanto instalamos softwares de terceros. O, sobre todo, cuando realizamos alguna instalación de parches descargados desde Windows Update. Eso sí, aún se sitúa lejos de otros sistemas operativos como Linux o macOS donde los reinicios requeridos son esporádicos. En estos casos, prácticamente solo será necesario cuando hacerlo cuando realicemos una actualización importante relacionada con actualizaciones del sistema.