Microsoft está poniendo un especial empeño en que migremos al nuevo Windows 11 y abandonemos versiones anteriores del sistema operativo. Pero aún hay muchos que quieren seguir trabajando con Windows 10, todo ello a pesar de que su final cada vez está más cerca y que está previsto para 2025, aunque dependiendo de la cuota de uso que tenga, es probable que Microsoft decida ampliarlo en el tiempo.
Desde principios de junio, Microsoft ha dejado de vender licencias de esta versión anterior del sistema operativo. Hay que saber que eso no quiere decir que no podamos adquirir licencias de Windows 10 en otros distribuidores de terceros al margen de la propia Microsoft.
De ahí que el gigante del software esté apostando por Windows 11 para que trabajemos con esta versión anterior del sistema operativo en nuestros equipos y a la que podemos actualizar, gratis. Con todo y con ello, quizá algunos se lleguen a preguntar acerca de la posibilidad de utilizar el software de Microsoft, Windows 10 y 11, sin disponer de una licencia o clave. Pues bien, lo primero que debemos saber es que sí tendremos la posibilidad de descargar, instalar y usar estos sistemas en nuestro equipo, todo ello, aunque no tengamos licencia vigente que hayamos comprado antes.
De hecho, es importante saber que la propia empresa desarrolladora del sistema operativo nos ofrece la posibilidad de descargar Windows desde su web oficial.
Limitaciones de Windows 10 y 11 sin licencia
Una vez descargada, a partir de ese instante ya dispondremos de una versión oficial del propio sistema operativo que podremos instalar en nuestro equipo de manera directa. También tendremos la posibilidad de cargar esta imagen ISO en una máquina virtual para ejecutar Windows en la misma. Lo único que tendremos que hacer es especificar en el proceso de instalación que no tenemos clave de producto para poder continuar y finalizarlo.
Como podemos comprobar de primera mano, tenemos la posibilidad de descargar Windows 10 y 11 de manera oficial y legal para instalarlo en nuestro equipo. Pero claro, con respecto al sistema operativo que sí dispone de licencia, aquí nos vamos a encontrar con ciertas limitaciones. Lo primero que debemos saber es que, al instalar Windows sin usar una clave, nos vamos a encontrar con algunas limitaciones que impone Microsoft y que con el tiempo van a resultarnos bastante molestas. Es importante saber que aquí no se establece ningún límite en cuanto al tiempo, tal y como sucedía en versiones anteriores de Windows.
Lo primero que nos encontramos en la copia de Windows 10 sin activar será un mensaje que aparece aleatoriamente en varios apartados del software. En el mismo nos informan de que Windows no está activado. Podemos encontrar estos molestos mensajes en el Escritorio, en la aplicación de Configuración, en el inicio, y en varios entornos más y tenemos que ser conscientes de que seguirán apareciendo.
A su vez, nos vamos a encontrar con una buena cantidad de limitaciones en todo aquello relacionado con la personalización del propio Windows. Apenas podremos hacer cambios para adaptar su interfaz a nuestros gustos o necesidades, algo que para algunos es menor, pero a otros les parece una ventaja. Hablamos de poner a nuestro gusto el fondo de escritorio, la pantalla de bloqueo, las fuentes, etc.
Y eso no es todo, nos vamos a encontrar con una molesta marca de agua en el escritorio del sistema operativo. Esta nos indica que estamos trabajando con un Windows que no está activado. Una información que quienes hacen uso de ella conocerán perfectamente, pero no se librarán de leer. Esto es algo que se hace extensible a las dos últimas versiones el sistema de Microsoft, Windows 10 y 11. En Internet podemos encontrar diferentes aplicaciones que nos permiten eliminar esa marca de agua, sin embargo, conforme Microsoft lanza nuevas actualizaciones, esta vuelve a aparecer, por lo que debemos tenerla siempre mano, aunque llegará un momento en el que dejará de funcionar.
Una licencia original de Windows podemos encontrar en tiendas online de Internet por entre 10 y 20 euros, y nos permite actualizar sin problemas a Windows 11, por lo que, si las limitaciones que nos ofrece la versión sin licencia son una molestia, no es necesario pagar los más de 100 euros que cuesta la licencia de Windows 11 que actualmente vende Microsoft.
Qué pasa si cargo Windows en una máquina virtual
Ya os hemos comentado en multitud de ocasiones que la propia Microsoft en su web oficial nos ofrece la posibilidad de descargar la imagen ISO de buena parte de sus versiones y ediciones del sistema operativo. Lo que muchos consideran como una ilegalidad, en realidad el gigante del software nos lo intenta poner fácil para que así, por ejemplo, podamos probar las diferentes versiones de Windows en una máquina virtual.
Aquí no tenemos más que cargar la correspondiente ISO que bajamos en programas como VirtualBox y echar un vistazo de primera mano a todo lo que nos ofrece este software. Cierto es que podemos añadir una licencia a esa ISO que vamos a probar en la máquina virtual. Sin embargo, la mayoría de las ocasiones lo que hacemos es utilizar Windows aquí, pero sin licencia. Básicamente esto quiere decir que nos vamos a encontrar con las mismas limitaciones mencionadas anteriormente, aunque estemos trabajando en una VM.