¿Cómo afecta el fin de soporte a los usuarios empresariales que siguen con Windows 10?

El fin del soporte oficial para Windows 10, fechado para el 14 de octubre de 2025, plantea un serio desafío para todos los usuarios de Microsoft alrededor del globo que aún hagan uso de él. Esto incluye a empresas de todo tipo que poseen equipos configurador con Windows 10 para sus funcionalidades. Si embargo, hay que decir que no todas las versiones perderán el soporte al mismo tiempo…
Las versiones de Windows 10 Enterprise y Windows 10 Education tienen opciones para mantener el soporte extendido. Esto permite a las empresas y organismos educativos mantener las actualizaciones de seguridad más importantes hasta 2028. Pero no todo es tan bonito, pues también tiene un coste monetario que habrá que desembolsar. Vamos a analizar esta transición y las posibles opciones de las empresas para adaptarse a este nuevo escenario.
Las posibilidades para los empresarios
Como decimos, el soporte de Windows 10 dirá adiós este mismo año, y ello ha generado preocupación, entre otros sectores, en los empresarios. En España, muchas empresas disponen de esta versión 10 para llevar a cabo su actividad, pero hay ciertas versiones de Windows 10 que se pueden salvar de esta criba.
Hablamos de Windows 10 Enterprise y Education. Ambas versiones mantendrán un soporte extendido por parte de Windows (el famoso ESU, por las siglas en inglés). Estas extensiones estarán disponibles hasta 2028 bajo un coste adicional. La protección para dichos sistemas operativos se mantendrá activa contra vulnerabilidades y amenazas cibernéticas. Esto permitirá a las empresas ejecutar la migración a Windows 11 con relativa calma, pues tienen 3 años de margen.
¿Qué riesgos corren las empresas que no migren? Lo primero que hay que decir es que no todas las empresas disponen de Enterprise. Por lo que, para ellas, encontramos una serie de riesgos inminentes:
- Vulnerabilidades de seguridad. Sin actualizaciones, las brechas de seguridad que surjan a partir de entonces no serán reparadas, por lo que los sistemas con Windows 10 serán más susceptibles a todo tipo de ciberataque.
- Incompatibilidad. Las aplicaciones seguirán actualizando su software, y esto podría generar incompatibilidades con el software de Windows que no esté actualizado.
- Incumplimiento legal. Algunos sectores de las distintas industrias, como sanitaria o financiera, pueden verse en un problema legal por no cumplir con las normas de seguridad interpuestas para sus equipos.
Entonces, ¿cuáles son las opciones que les queda a las empresas a partir de ahora?
La opción más recomendada en general es actualizar a Windows 11. Esto te librará de posibles problemas de seguridad, rendimiento o compatibilidad con software nuevo. Sin embargo, esto puede requerir una planificación a corto plazo que algunas empresas no pueden ver cumplida. Para aquellas que necesiten más tiempo, el programa ESU es una opción más que viable, siempre que puedan permitirse el pago de la extensión de actualizaciones. Por último, siempre quedará la alternativa Linux. Este sistema operativo de código abierto es una opción sólida, segura y gratuita, debido a su característica de código abierto.
Es importante advertir sobre la falta de concienciación para las empresas que se vean en esta encrucijada, pues puede poner en riesgo toda la operatividad y seguridad de sus sistemas con un Windows 10 cada vez más obsoleto.
Para ello, los empresarios siempre podrán trabajar con consultores tecnológicos que auxilien en cualquier tipo de transición e informen sobre los peligros reales. Lo ideal es que las empresas actúen de manera proactiva para atajar cualquier problema y garantizar la seguridad de su infraestructura informática.