Ya os hemos comentado en multitud de ocasiones en el pasado que las actualizaciones de software son elementos muy importantes. Esto es algo que se hace extensible tanto a las aplicaciones que instalamos como a los propios sistemas operativos, incluyendo, cómo no, a Windows de Microsoft.
Si nos centramos en este sistema en concreto, diremos que las mencionadas actualizaciones es uno de los grandes problemas ante los que se enfrenta la firma. A pesar de su enorme importancia, los problemas que estas acarrean se han venido sucediendo a lo largo de los últimos años. Algunas provocan serios problemas en los ordenadores de los usuarios, no acaban de descargarse, o sencillamente nunca se ponen a disposición de algunos. Todo ello a pesar del intensivo trabajo de Microsoft en este sentido.
De hecho, en determinadas ocasiones nos podemos dar cuenta de que no todos los equipos con Windows tienen instaladas las últimas actualizaciones lanzadas. Mientras que a algunos esto no les preocupa en absoluto, otros desean actualizar Windows lo antes posible. Precisamente esta es la razón por la que los de Redmond han decidido analizar y estudiar la razón por la que esto sucede. Es decir, por qué algunos dispositivos con Windows 10 o Windows 11 se quedan atrás en las actualizaciones cuando deberían recibirlas.
Y es que, en base a los análisis de Microsoft, estos equipos que no cumplen con ciertos requisitos específicos de actualización. Así, los dispositivos basados en Windows que no están conectados sin interrupciones durante dos horas seguidas, o seis horas totales de conexión después de la publicación de una actualización, no suelen actualizarse.
Microsoft explica por qué no llegan las actualizaciones
Hay que tener en cuenta que, desde el punto de vista de la firma, este es el tiempo necesario para descargar e instalar correctamente estas actualizaciones. La misma utiliza como punto de referencia la conectividad de las actualizaciones para observar el comportamiento de estas en Windows. Mide el tiempo que los equipos están encendidos y conectados a Windows Update o a otros servicios para la gestión de estos elementos en concreto.
Gracias a todo ello, se pudo ver que alrededor del 50% de los dispositivos con Windows no cumplen con la medición mínima de conectividad para recibir la actualización. Además, alrededor del 25% de los que no cumplen con los requisitos, llevan un retraso de más de 60 días en la recepción.
Precisamente por ello los de Redmond recomiendan a empresas y usuarios que traten de garantizar que los dispositivos cumplan con la medida mínima de conectividad. Esto incluye que los usuarios que dejen los PCs enchufados y conectados en lugar de apagarlos durante la noche.
Al mismo tiempo la gestión de la energía es otro apartado que potencialmente puede reducir el número de dispositivos actualizados. Así, Microsoft también sugiere modificar la configuración de energía para que nos aseguremos de que los equipos tienen tiempo suficiente para descargar e instalar las últimas actualizaciones. Hay que tener en cuenta que no disponer de las últimas versiones del sistema operativo puede acarrear serios problemas. Al margen de no disponer de las últimas funciones desarrolladas, nos exponemos a ser vulnerables a los últimos ataques ya que no hemos recibido los más recientes parches de seguridad enviados por Microsoft.