Tu Wi-Fi está en peligro: esto es lo que recomiendan la NSA y Alemania para que sea segura
Ya sea en casa o en la oficina, a la hora de utilizar Internet en la mayoría de las ocasiones nos conectamos a alguna red inalámbrica Wi-Fi. En el caso de que seamos los administradores de la misma, es importante saber que estamos corriendo un riesgo innecesario referente a su contraseña. Os vamos a contar las razones.
Con el fin de proteger esta conectividad inalámbrica para que nadie más pueda acceder a la misma, en la mayoría de las ocasiones establecemos una contraseña. Cierto es que normalmente dejamos la que nos proporciona el propio operador de Internet que nos instala el router, lo que puede ser un error. Pero los riesgos que corremos en este sentido ya no solamente se ciñen a esto que os contamos, sino que la longitud de la password que definimos por nuestra cuenta también se está quedando corta.
Debemos tener en consideración que la tecnología no para de mejorar y avanzar en todos los sentidos. De ahí que los atacantes cada vez dispongan de software y hardware más avanzado a la hora de descifrar estas claves Wi-Fi. Por tanto los tiempos que estos equipos tardan en descifrar las contraseñas de 8 dígitos, se ha reducido de manera importante a lo largo de los últimos años.
De ahí precisamente que algunos importantes expertos en la materia estén recomendado aumentar la longitud de estas contraseñas para la conectividad sin cables. Para que os hagáis una idea más aproximada de lo que os contamos, decir que tanto la Oficina Federal de Seguridad de la Información de Alemania, como la Agencia Nacional de Seguridad o NSA americana, recomiendan elevar esta longitud hasta los 20 caracteres.
Cómo mejorar la protección de nuestra Wi-Fi
Sigue siendo bastante evidente que cuanto mayor sea la password de acceso y utilicemos caracteres más complejos, el tiempo de hackeo aumenta considerablemente. De ahí que sea casi obligatorio que utilicemos mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales a la hora de definir esta clave de la conexión inalámbrica.
Pero al mismo tiempo estas entidades comentadas y que son especialistas en seguridad, ahora aseguran que la longitud recomendada hasta la fecha de 8 caracteres, ya se queda corta. El potencial de los equipos utilizados para descifrar estas claves cada vez es mayor, por lo que los atacantes pueden hackear estas contraseñas en un tiempo mucho más reducido. De ahí precisamente las recomendaciones que ahora nos llegan de los organismos internacionales comentados antes.
Con el fin de proteger al máximo nuestra conexión inalámbrica, deberíamos empezar a usar contraseñas de al menos 20 caracteres. Todo ello con el fin de aumentar exponencialmente la dificultad de los ataques de fuerza bruta que cada vez son más habituales. Si nos acostumbramos a utilizar claves de protección de esta longitud, por el momento prácticamente si haría inviable el descifrado de las mismas en un tiempo razonable. Evidentemente esta medida se debe tomar junto con la implementación de tecnologías más avanzadas como WPA3 o PMF.
Cada vez trabajamos con datos más sensibles y privados a través de nuestras conexiones y utilizando la red Wi-Fi. De ahí que la protección debería ser máxima y estas recomendaciones tomadas al pie de la letra lo antes posible.