De entre los muchos programas de los que podemos echar mano en estos momentos y que instalamos en el PC, el navegador es uno de los más importantes. Hoy día Chrome es el líder indiscutible, seguido de lejos por Firefox y el nuevo Edge de Microsoft. Pero esto no siempre fue así, sino que les pregunten a algunos usuarios más veteranos por lo que supuso el abandonado Internet Explorer.
Mientras que los de Redmond pusieron a disposición de todo el mundo el Edge clásico junto a Windows 10, de unos meses a esta parte ya disponemos de un nuevo Edge. Sin embargo, ambos se consideran los sucesores de Internet Explorer. A pesar de que este navegador antiguo hoy día se considera como un software peligroso y poco funcional, en el pasado fue todo lo contrario.
No podemos dejar pasar el hecho de que este programa llegó un momento, hace cosa de dos décadas, que alcanzó una cuota de mercado superior al 90%. Pero claro, eso no iba a ser eterno, más tras la competencia feroz que con el tiempo fue apareciendo en este sector del software. Pero claro, un gigante del software como es Microsoft, no se podía quedar atrás en un sector tan importante como es el de los navegadores por lo que se puso en marcha con el primer Edge que lanzó junto al mencionado Windows 10.
Ahora bien, fueron varios los motivos que propiciaron esta nueva ruta en el camino para volver a ser importante en este mercado en concreto, veamos algunos de ellos.
La mala imagen de Internet Explorer en seguridad
Con el paso del tiempo y a pesar de su enorme aceptación en el pasado, los constantes fallos de seguridad fueron deteriorando la imagen del programa. Tal es así que para mucho empezó a considerarse como una importante vía entrada de malware a los PCs de los usuarios.
Es por ello que medida que pasaron los años, al contrario de la época de apogeo de Internet Explorer, en su final se convirtió en un software más que rechazado. Es por ello que los de Redmond decidieron no seguir apostando por el mismo.
Los usuarios perdieron la confianza en Internet Explorer
Claro está, todo esto que os hemos contado, teniendo en cuenta la importancia de la seguridad en estos tiempos, derivó en una completa falta de confianza de los usuarios. Es por ello que Microsoft tuvo que dejar de lado ese proyecto, ya que cuando un programa pierde esa confianza a nivel mundial, es casi imposible que la vuelva a recuperar, lo hemos visto muchas veces. Por tanto la firma empezó a apostar por su nuevo Edge como sustituto.
La competencia obligó a un cambio radical en el navegador
Claro, otras empresas de software e Internet, no quisieron perder su oportunidad tras el enorme declive de Internet Explorer, por lo que empezaron a desarrollar y lanzar sus proyectos. Estos, muchos más modernos y actuales, no hicieron más que hundir aún más a un programa ya de por sí en horas bajas, lo que supuso otro punto a sumar para Microsoft a la hora de busca un cambio.
Microsoft quería un nuevo programa para su nuevo Windows 10
Qué mejor momento que el lanzamiento de su esperado Windows 10 para dar también una nueva vuelta de tuerca al mercado de los navegadores, pensaría Microsoft. De ahí que lanzase ambos productos unidos y formando parte de la misma plataforma. Así se dejó atrás en gran medida al anticuado Internet Explorer y se apostó por la novedad. Sin embargo, como sabréis, esa primera versión tuvo más bien poco éxito, de ahí la nueva decisión tomada con el nuevo Edge más recientemente.