Hoy en día tenemos una gran cantidad de navegadores web donde elegir. Cada uno de ellos cuenta con sus propios puntos fuertes, y débiles, de manera que se adapte mejor o peor a las necesidades de cada usuario. Google Chrome es quien ocupa el primer lugar como navegador web más utilizado. Sin embargo, aunque existen muchos otros navegadores que, con más o con menos usuarios intentan plantar cara a Google, en realidad el único capaz de hacerlo es Firefox.
Chrome, Edge, Firefox, Safari, Opera, Vivaldi… en realidad, tenemos una gran cantidad de navegadores donde elegir. Sin embargo, la mayoría de ellos utilizan una misma base en común: Chromium. Este motor OpenSource es, hoy en día, uno de los que mejor funcionan, y ofrecen a los desarrolladores una gran cantidad de facilidades para ayudarles a que sus navegadores despeguen, como, por ejemplo, ser compatibles de serie con las extensiones de la Chrome Store.
Usar Chrome, a grandes rasgos, es igual que usar Edge, Opera o Vivaldi. Es decir, todos utilizan un mismo motor y podrían considerarse un mismo navegador web. Safari, por ejemplo, es un navegador web alternativo, pero el hecho de que solo esté soportado en macOS (aunque podemos instalar Safari en Windows, esta versión está muy abandonada) no le hacen ser una alternativa real a Google. El único navegador web capaz de plantar cara a Chrome, y todos los navegadores basados en Chromium, es Firefox.
Firefox: Gecko al rescate
Hay usuarios que piden a Mozilla que cambie el motor Gecko a Chromium para poder plantar cara a Google y jugar en su misma liga. Sin embargo, esto sería un error. Y, además, un error bastante grave. Firefox, con su propio motor, supera en rendimiento y compatibilidad a Chromium en muchos aspectos. Además, Mozilla está trabajando muy duro a la hora de desarrollar su navegador, trayendo características de lo más interesantes que, por ahora, no están disponibles en otros navegadores. Por ejemplo, el navegador de Mozilla nos ofrece un modo solo HTTPS para mayor seguridad, una función de PIP avanzada y un sistema de búsquedas avanzadas, entre otras características. Además, los tests de rendimiento demuestran que el procesador de JavaScript de Firefox es hasta un 15% más rápido que el de Chromium, ahorrando hasta un 8% de memoria frente a su rival.
¿Qué ocurre con los navegadores basados en Firefox? ¿Por qué no se los tiene en cuenta? Sencillo. Esto se debe a que la mayoría de ellos decidieron quedarse en el pasado, en lugar de dar el salto a Quantum, y no están a la altura de los navegadores web modernos. Sí que es cierto que pueden ejecutar Flash, Java y plugins NPAPI, pero el precio que han tenido que pagar ha sido el más alto. Y los navegadores web basados en Quantum son proyectos tan pequeños que no tienen capacidad de estar siempre al día ni de desarrollar características que les diferencien de sus rivales.
Por lo tanto, se podría decir que Firefox no tiene navegadores alternativos basados en su motor como ocurre con Chrome, Edge, Opera y demás.
Mozilla no dará el salto a Chromium
¿Qué podría ganar Firefox si Mozilla cambiara el motor de su navegador a Chromium? La verdad es que nada. Firefox tiene un gran motor de extensiones, una buena variedad de estas (no echaremos de menos nada al cambiar de un navegador a otro), es compatible con todos los estándares web (con algunos incluso más que Google) y, además, también supera al motor de Google en rendimiento y velocidad.
Por ello, teniendo ventaja en tantos aspectos ¿para qué cambiar de motor? No tendría sentido.