Llevamos varios meses hablando de términos hasta hace poco relativamente desconocidos tales como el metaverso o los NFT. Cuando nos referimos al segundo en realidad estamos tratando con un bien virtual con el que podemos negociar en internet.
De hecho, son muchas las empresas, además de multitud de usuarios finales, los que se están adentrando en este sector. Cabe mencionar que el crecimiento de los mencionados NFT desde el año pasado ha sido enorme. Sin embargo, antes de introducirnos en negociaciones con estos bienes digitales, deberíamos saber bien lo que estamos comprando realmente. Esto es precisamente de lo que os queremos hablar en estas mismas líneas.
Debemos tener en cuenta que cada venta de estos elementos virtuales viene acompañada por una advertencia importante que debemos considerar. Y es que en realidad estamos comprando un enlace a un archivo en el servidor de alguien de manera remota. Esto quiere decir que, entre otras cosas, ese enlace podría cambiar en cualquier momento. Podemos afirmar que este es el modo de funcionamiento de los mencionados NFT, lo que se podría convertir en un serio problema para sus propietarios más adelante.
Cómo funciona la compra de NFT
El significado de estos bienes es Non Fungible Token, lo que significa básicamente que es único. Se trata de una pieza única de código en una cadena de bloques como blockchain que podemos comprar y poseer. Para que nos hagamos una idea, ese código apunta a obras de arte tales fotografías o vídeos. Así, muchos usuarios ahora están mostrado su de arte digital coleccionable. Estas en ocasiones se han vendido por sumas de dinero sorprendentes. Esto invita a la especulación financiera de manera similar a otras criptomonedas, por lo que en gran medida no está regulado.
Quizá algunos se lleven una sorpresa al descubrir que las obras de arte representadas por los NFT no se almacenan en blockchain. En su lugar, los NFT contienen un enlace que apunta a un archivo de arte digital que puede ser una foto o un vídeo. Todo ello está alojado en un servidor web convencional. Su desarrollador señala que el estándar más común de NFT se define como una mejora de Ethereum creada en 2018. El estándar tiene la opción de usar una imagen en forma de metadatos para los NFT.
Gracias al mecanismo usado se espera que muchas implementaciones lo aprovechen para proporcionar metadatos independientes para cada NFT. Así, uno de estos bienes representa la propiedad de una casa, o más bien los metadatos sobre la casa, es decir, su imagen, ocupantes, etc.
Cuál es el futuro de estos bienes digitales
Para que nos entendamos, al adquirir un elementos de este tipo correspondiente a una obra de arte, no se transfiere la propiedad o el control de la obra. Esto quiere decir que al comprar un NFT de una obra de arte, en realidad adquirimos un enlace web a la misma.
Estos elementos digitales ni siquiera almacenan un hash de la imagen de los metadatos que serviría para verificar que el NFT apunta a la imagen o el vídeo correctos. La razón por la que la adquisición no se almacena directamente en blockchain de Ethereum es porque son extremadamente lentos y caros para almacenar esos datos digitales. Cada byte es muy caro, lo que hace que sea poco práctico almacenar incluso imágenes pequeñas, y mucho menos las imágenes o vídeos de alta resolución a los que apuntan los NFT.
Aunque tuviésemos mucho dinero e intentásemos almacenar obras de arte en el blockchain de Ethereum, tardaría demasiado tiempo en cargarse. Todo esto significa que con el tiempo los NFT se romperán, en concreto sus enlaces. Por tanto, se espera que el diseño de los NFT cambie a un modelo más robusto en el que las imágenes se almacenen en un sistema de archivos distribuido como IPFS. Pero por el momento lo que realmente compramos es un enlace web un tanto frágil.