ChatGPT es una de las Inteligencias Artificiales más conocidas. Sin embargo, aunque todos podemos usarla de forma gratuita, si queremos acceder a los algoritmos más avanzados es necesario pasar por caja. Hay varias formas de pagar por usar esta IA, pudiendo ahorrarnos mucho dinero al mes si nos hacemos pasar por desarrolladores. Sin embargo, esto conlleva un riesgo muy grande que, a mi, casi me sale muy caro.
La forma normal de acceder a los últimos algoritmos de IA, y a las últimas funciones de ChatGPT es mediante el pago del Plus. Esta suscripción tiene un coste de 20 dólares al mes, y nos permite, entre otras cosas, hacer uso de GPT-4, y de futuras actualizaciones del protocolo, directamente desde el chat del navegador. Sin embargo, el precio es bastante elevado para lo que realmente ofrece. Recordemos que Bing Chat, por ejemplo, también se basa en GPT-4, y aunque son algoritmos diferentes, la diferencia no es tan notable.
Pero, si somos desarrolladores, OpenAI nos permite acceder a los últimos protocolos mediante una API. Recordamos, la API es la librería que nos permite acceder a un determinado servicio (en este caso, ChatGPT) desde otras aplicaciones. Esta API tiene un precio, pero es mucho más barato que el Plus, y se paga en función del uso que le demos. Por ejemplo, para GPT-3.5 tiene un precio de 0,0005 dólares por cada 1000 tokens generados (unas 750 palabras).
Si vamos a usar muy de vez en cuando la IA, nos saldrá por unos pocos céntimos de euro. Si la usamos mucho, pagaremos un poco más, pero siempre que generemos menos de 30 millones de palabras, saldrá más económico que el Plus. Eso sí, si caemos víctimas de los piratas informáticos, podemos llegar a arruinarnos.
Un robo de la API de ChatGPT es la ruina
Para poder usar esta API es necesario que introduzcamos un método de pago. Este puede ser, por ejemplo, una tarjeta de crédito, o también podemos hacerlo mediante prepago (la opción más recomendada). También podemos configurar distintos límites para evitar gastar más de la cuenta al usar esta IA.
Una vez que nos hemos registrado, y tenemos nuestra API, lo que debemos hacer es introducirla dentro de un cliente. Hay extensiones de Chrome que nos permiten hacer uso de GPT-4 mediante la API. Y también muchos programas de código abierto, en GitHub, para usar esta IA. El problema es que, como elijamos un programa malicioso, la API puede acabar en manos de piratas informáticos.
¿Y qué pasa? Muy sencillo, que los piratas informáticos empiezan a abusar de ella. Y la comparten con otras personas para que ellos también puedan usar la IA. Y, si no nos damos cuenta, la factura a final de mes se va a disparar porque la gente la ha estado usando a nuestra costa. Y, al ser nuestra API, poco vamos a poder reclamar.
Cómo evitarlo
Hay varias formas de evitar que ocurra esto. La primera de ellas, por ejemplo, es que, en vez de introducir una tarjeta de crédito, donde nos carguen el gasto a final de mes, usemos la opción de prepago. De esta forma lograremos que solo se pueda gastar, como mucho, el saldo que hayamos recargado, pero no más.
También está la posibilidad de configurar límites de gasto mensuales para que, una vez se alcance el umbral, se bloquee el uso de la API. Incluso recibiremos un aviso cuando estemos a punto de llegar al umbral.
Y, por supuesto, tener mucho cuidado con la API. No debemos compartirla con nadie, ni subirla a Internet. Además, con un botón podemos revocarla y generar una nueva, algo que deberíamos hacer frecuentemente para asegurarnos de que nadie la usa sin permiso.