A raíz de la pandemia del coronavirus, muchas fueron las empresas que vieron con buenos ojos, enviar a sus empleados a trabajar desde su casa para mantener la actividad, una decisión apresurada para la que tanto trabajadores como empresas no estaban preparados.
Una buena prueba de ellos es que, conforme la pandemia dejó de ser un problema, muchas son las empresas que han abandonado esta idea y han obligado a sus trabajadores a volver a casa mientras que otras están apostando por implementar un método híbrido, permitiendo a sus empleados trabajar varios días a la semana desde casa y el resto de forma presencial.
Dejando de lado los motivos que han alegado grandes empresas como Google, Apple, X (Twitter) o Facebook, si nos centramos en los motivos por los que, en España teletrabajar es un problema, estos no siempre están relacionados con la manía de algunos jefes de ver a sus empleados en la oficina, aunque no estén haciendo nada.
Motivos por los que el teletrabajo no acaba de ser una realidad
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no todos los trabajos se pueden realizar a distancia. Dejando de lado los trabajos donde es imposible teletrabajar, algunos trabajos requieren de una presencia física para atender al público, proveedores, clientes o demás.
Cambiar la forma de trabajo en una empresa requiere de una importante inversión tanto económica como de tiempo, inversiones económicas y de tiempo que no todas las empresas pueden permitirse a no ser que creen un nuevo departamento que, a su implica un coste que tampoco están dispuestas a asumir.
Además, para poder llevarlo a cabo, es necesario equipar a los empleados con todas las herramientas adecuadas para que pueda seguir trabajando desde casa con la misma efectividad y seguridad que lo hacen de forma presencial.
También es necesario formar adecuadamente a los trabajadores para trabajar desde casa y disponer de un servicio técnico que pueda solventar cualquier problema rápidamente sin paralizar completamente la actividad de la empresa, un problema que no se presenta trabajando de forma presencial al tener muchos más recursos disponibles.
Tampoco podemos olvidarnos del software de gestión de la empresa. Si la empresa no tiene un software de gestión que trabaje en la nube, deben realizar una importante inversión para poder hacerlo o incluso cambiar su forma de trabajar para adoptar otras soluciones ya disponibles con todo lo que ello conlleva para una empresa.
Muchas son las empresas que no se cierren en banda a la hora de estudiar la posibilidad de trabajar de forma remota, pero no es una prioridad, aunque, en determinados casos, puede suponer un importante ahorro anual si la empresa está alquilando las oficinas donde se encuentra y al que tenemos que sumar el ahorro en la factura de la luz.
La comunicación entre empleados y la gestión de tareas es el único problema que no requiere de ningún tipo de inversión, ya que el mercado está lleno de aplicaciones como Slack o Teams para estar en comunicación con todos los empleados de forma conjunta o individual a través de mensajes, videollamadas o compartiendo la pantalla. Para organizar las tareas tenemos Trello, Asana o Microsoft Planner.
El Gobierno de España regula todas las condiciones que debe cumplir una empresa para que sus empleados puedan trabajar de forma telemática, condiciones que implican una importante inversión económica por parte de la empresa sin ofrecer ningún tipo de ayuda para poder llevarlas a cabo. Si se añadieran algún tipo de ayudas, es probable que muchas más empresas tuvieran la oportunidad de enviar a sus empleados a trabajar desde casa.