Para poder trabajar con el ordenador es necesario tener los programas adecuados. Sin ellos, Windows, ni ningún sistema operativo, sirven de mucho. El navegador, el visor de documentos, el reproductor multimedia… todos ellos son programas que todos tenemos instalados en el ordenador y que, además, consideramos como esenciales para el día a día. Sin embargo, ¿qué pasa si, de repente, de un día para otro Windows no puede ejecutar ninguno de los programas que tenemos instalados?
Aunque es un error un poco extraño, es bastante más habitual de lo que parece. De repente, un día encendemos el ordenador, intentamos ejecutar cualquier programa, que hasta el día anterior funcionaba (por ejemplo, el navegador Google Chrome), y nos damos cuenta de que no pasa nada. Lo volvemos a intentar ejecutar, con doble clic, y el resultado es el mismo.
Lo primero de todo es asegurarnos de que Windows no se ha bloqueado. Para ello podemos intentar ejecutar el comando Win + E para abrir el explorador de archivos, o el atajo Control +Shift + Esc para abrir el administrador de tareas. Si esto funciona, el PC no está bloqueado. Y, ahora, solo queda buscar el por qué está ocurriendo esto.
Motivos por los que puedo ejecutar programas
Los motivos por los que podemos tener estos problemas son bastante variados. Uno de los más comunes, sobre todo si ocurre solo con software concreto (es decir, no podemos abrir un programa, pero otros sí funcionan) es porque se haya corrompido el ejecutable (.exe) o alguna de las dependencias del mismo.
También puede ocurrir que una actualización de Windows haya dejado nuestro sistema operativo roto o mal configurado, siendo este otro problema habitual. O que sea el propio antivirus el que está bloqueando, por algún motivo, los ejecutables del sistema.
Otro motivo es que algún proceso haya quedado bloqueado en la memoria y, por eso, está consumiendo el 100% de los recursos del PC. Por último, también puede ocurrir que nuestro PC haya sido infectado por un virus, y sea este el culpable de que no podamos ejecutar programas.
Cómo solucionarlo en Windows
Hay varias formas de solucionar este problema. A continuación os vamos a dejar algunas de las más efectivas de manera que podáis probarlas todas hasta dar con la que, al final, sí corrige el problema.
Reiniciar el PC
Lo primero que debemos hacer, sea el caso que sea, es reiniciar el ordenador. No vale con apagar y encender, ya que en Windows 11 no se realiza un apagado completo. Debemos seleccionar la opción de reiniciar para que el sistema se apague por completo y cargue, de nuevo, desde cero.
Además, si tenemos actualizaciones pendientes en el ordenador debemos asegurarnos de que estas se instalan correctamente. De esta forma, si había algún error con el sistema, debería quedar solventado.
Comprobar procesos en ejecución
Si tras arrancar de nuevo seguimos con el mismo problema, el siguiente paso será comprobar el administrador de tareas para ver si hay algo consumiendo el 100% de los recursos del ordenador. Si nos encontramos con algún proceso que está usando más memoria, o CPU, de la cuenta, podemos proceder a detenerlo para liberar el sistema y que vuelva a funcionar con normalidad.
También puede ocurrir que sea un programa que está cargado en la memoria el que está bloqueando la ejecución del otro. O que se haya quedado un proceso del programa principal cargado en la memoria y, por eso, no funciona correctamente.
Analizar el PC con un antivirus
También deberíamos realizar un análisis con el antivirus en busca de amenazas. Siempre y cuando, claro, Microsoft Defender (o el antivirus que usemos) funciona (que seguramente sí). Lo ejecutamos, y realizamos un escaneo completo al ordenador. Este tardará un tiempo, pero nos permitirá saber con certeza si el ordenador está limpio.
¿Y qué pasa si el programa que no se abre es el antivirus? Entonces, o bien tenemos un malware en el PC, o este está mal instalado. Sea como sea, lo mejor es reiniciar el Modo Seguro y probar desde allí.
Probar el inicio limpio
Si seguimos con problemas, debemos probar con un inicio limpio de Windows. Esto podemos hacerlo, o bien ejecutando «msconfig» y quitando todos los procesos y servicios que no sean de Microsoft, o directamente reiniciando el ordenador en Modo Seguro, ya que de ambas formas conseguiremos desactivar todos los procesos, controladores y elementos que no sean de Microsoft para aislar los problemas.
Volver a un punto anterior
Por último, si todo lo anterior falla, ya nos quedan pocas opciones. La primera de ellas sería probar a desinstalar las últimas actualizaciones de Windows para descartar que el problema no se encuentre en una de ellas. También podemos probar a restaurar el PC a un estado anterior donde todo funcionara correctamente. Probablemente haya habido algún problema y, de esta forma, podremos solucionarlo.
Reinstalar Windows
Y, si todo lo anterior falla, no nos quedará otra que reinstalar Windows. Pero, gracias a la opción de «Restablecer este equipo» no perderemos programas ni datos, sino que simplemente se reparará la instalación del sistema y podremos volver a usarlo con normalidad.
Recordamos que, desde Windows 10, el asistente de reinstalación de Windows nos permite mantener los datos para no perderlos, además de bajar la última versión desde la nube para, aprovechando, actualizar Windows.
Libera espacio en las unidades de disco
En un principio pensamos que tan solo necesitamos espacio en las unidades de disco que forman parte de nuestro ordenador para guardar archivos e instalar programas. Pero en muchas ocasiones Windows hace uso de una parte de ese espacio del disco duro principal como memoria virtual y temporal para determinadas tareas. Si tenemos las unidades de disco llenas, podrían empezar los problemas de ejecución tanto del sistema operativo como de sus programas. De ahí precisamente la importancia de tener varios gigas libres por si el sistema operativo los necesita. Lo mejor que podemos hacer es eliminar todas aquellas aplicaciones que no necesitamos o eliminar archivos propios para liberar espacio. Lo mejor que podemos hacer llegados a este punto pasar las fotos y vídeos, que suelen ser los que más ocupan, a una unidad externa para así liberar gigas.