Apagar o suspender el ordenador por la noche, ¿qué es mejor para el día a día?
Cuando terminamos de usar el ordenador, la mayoría de la gente opta por apagarlo hasta el día siguiente. De esta forma, lo dejamos en reposo, descansando, y sin consumir nada de energía. Sin embargo, cuando lo tenemos que usar, Windows tiene que arrancar desde cero, y eso lleva un rato. Por ello, hay usuarios que apuestan por dejar el ordenador suspendido cuando no lo usan, pero ¿esto es bueno, o puede traernos problemas?
Las ventajas, y los problemas, de apagar el ordenador y suspenderlo han sido muy debatidos a lo largo de los años. Y la verdad es que no hay una buena y una mala como tal, sino que cada modo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Hoy vamos a explicaros los pros y contras de usar cada uno de estos dos métodos, y cuándo usar uno u otro.
Cuándo apagar el ordenador
Apagar el ordenador es lo más habitual entre todos los usuarios. Cuando optamos por esta opción, lo que estamos haciendo es descargar todos los datos guardados en la memoria RAM, y apagar el ordenador por completo. De esta forma, Windows queda totalmente cerrado, deja de correr corriente por los componentes del PC, y el consumo pasa a ser mínimo.
Con Windows 10, y Windows 11, el apagado ha dejado de ser tan completo. Gracias al Fast Boot, Windows se desconecta por completo, pero parte del Kernel queda almacenado en la memoria, por lo que al volver a encender el PC, el arranque es mucho más rápido, y solo se cargarán los programas básicos y esenciales desde cero.
El problema es que, cuando apagamos el ordenador, todos los datos que no se hubieran guardado se pierden. Además, con la llegada del Fast Boot, perdemos parte de las ventajas del apagado convencional (que era volver a cargar Windows por completo desde cero, algo que ahora solo podemos hacer con la opción de reiniciar), solo por ganar algunos segundos en la carga del sistema.
Con todo esto, debemos apagar el ordenador por completo cuando:
- Queramos que el PC tenga un consumo nulo, es decir, que no gaste energía.
- Tenemos todos los datos guardados en el PC, y no tenemos trabajos a medias abiertos.
- No vamos a usarlo pronto. Es más, es la opción perfecta cuando vamos a tener el PC sin usar más de dos días.
- Usamos la opción de «reiniciar» de vez en cuando para realizar una carga completa, desde cero, del sistema.
Cuándo suspender el ordenador
Como alternativa a apagar el ordenador, Windows nos ofrece otra opción que, dependiendo de las circunstancias, puede ser también muy útil: la opción de suspender el PC.
Cuando elegimos la opción de suspender, lo que estamos haciendo es poner el PC en un modo de bajo consumo. Windows se encarga de apagar la mayoría de los componentes del PC, dejando solo una corriente mínima de funcionamiento y alimentando, eso sí, la memoria RAM. Toda la información del PC se encuentra en la memoria, abierta y cargada, para que cuando queramos reanudar el trabajo podamos hacerlo en cuestión de un par de segundos.
Cuando el ordenador está suspendido sí que consume energía (aunque sea la mínima indispensable), pero nos permite reanudar el trabajo en un instante. El problema de este modo es que no descarga nada de la memoria, por lo que si tenemos un problema o error en Windows, este va a seguir estando. Además, pueden ocurrir muchas cosas mientras el PC está suspendido, como que el ordenador se reactive por error, volviendo al consumo normal, o que algo se corrompa y perdamos toda la información.
Entonces, la opción de suspender el PC es la mejor cuando:
- El tiempo que vamos a estar sin usar el PC es relativamente corto.
- Tenemos trabajos abiertos y programas que no queremos cerrar.
- Usamos un ordenador portátil y lo vamos a mover de sitio sin querer que se apague.
¿Cuál es el mejor método?
Todo depende del uso que le demos al ordenador. Gracias al Fast Boot, nuestra recomendación es que siempre que no vayamos a usar el ordenador, mejor lo apaguemos. Cuando lo necesitemos, podemos encenderlo y lo tendremos funcionando en unos segundos. Eso sí, tendremos que abrir los programas que necesitemos a mano, ya que al usar este método se cerrará todo.
La opción de suspender puede ser perfecta para cada vez que nos levantemos de la silla del ordenador. Podemos dejarlo en este método, reduciendo el gasto de energía, y retomarlo en un instante cuando nos sentemos de nuevo delante de él. Pero, para dejarlo toda la noche, o un par de días, no es nuestra recomendación.
Adicionalmente, Windows tiene otro modo llamado «hibernar», que mezcla a grandes rasgos lo mejor del apagado del PC (es decir, que no consume energía) con lo mejor del suspender (dejar el PC tal cual estaba para reanudarlo en un instante). Lo que hace este modo es descargar la memoria RAM al disco duro y apagar el PC por completo. Al encenderse, detectará el volcado del disco, lo cargará en la memoria, y nos dejará el PC tal cual estaba antes del apagado.