Si a pesar de disponer de un PC relativamente moderno, nos da la sensación de que el equipo no están ofreciéndonos todo su potencial, tenemos un problema, ya que no le estamos sacando el máximo partido ni al procesador ni a la tarjeta gráfica tanto para jugar como para realizar tareas de edición de vídeo o fotografía.
En el caso de los juegos es especialmente más grave, ya que, el número de fotogramas, en algunos juegos, es fundamental para poder jugar, especialmente en los juegos de disparos en primer y tercera persona, donde un número bajo es sinónimo de muerte segura.
Para que tu equipo de lo máximo posible, tanto a través de la gráfica como utilizando toda la potencia del ordenador a la hora de disfrutar de tus juegos favoritos, los cambios que os mostramos a continuación son los que debes hacer ya mismo. Estos cambios son de muchísima utilidad siempre y cuando nuestro PC utilice un SSD en lugar de tradicional y anticuado HDD, ya que, de lo contrario los cambios que os mostramos no servirán para nada.
- Conocer el número de FPS. Si nuestro juego va a tirones o no va todo lo fluido que cabría esperar, lo primero de todo, es conocer cuántos fotogramas está mostrando el juego. Podemos acceder a esta información desde el lanzador del juego o bien desde las opciones de configuración de este. También podemos utilizar la apliación Game Bar incluida de forma nativa en Windows.
- Comprobar la configuración Windows. En relación con el apartado anterior, dependiendo del número de FPS que nos indique el juego, si tenemos un monitor con una elevada tasa de refresco, debemos asegurarnos si Windows está configurado para sacarle todo el partido o si, por el contrario, está limitado a 60 o 75 Hz, tasa de refresco habitual de los monitores de oficina. Esta función se encuentra dentro de Sistema > Pantalla > Pantalla avanzada.
- Actualizar los drivers de la gráfica. Aunque parezca absurdo, muchos son los usuarios que, cuando reciben la correspondiente notificación de la disponibilidad de una nueva actualización de los drivers de su tarjeta, ya sea AMD o NVIDIA, pasan por completo. Instalar la última actualización es lo primero que debemos hacer para optimizar el funcionamiento de nuestro equipo.
- Controlar la temperatura de la gráfica y del procesador. Cuando ponemos a trabajar todos los núcleos de nuestro procesador y de la gráfica, estos incrementan su temperatura, de ahí el uso de ventiladores. Si la refrigeración no es adecuada, el ordenador comenzará a colapsarse hasta que llegue un punto en el que se apague. Es importante conocer la temperatura de ambos componentes para conocer si el problema se presenta por un problema de ventilación de estos componentes y darle una solución. Una de las mejores aplicaciones para conocer la temperatura de nuestro PC es HWMonitor una aplicación gratuita que podemos descargar desde su página web.
- Cierra todas las aplicaciones en segundo plano. Si no vas a utilizar el navegador, Word o Photoshop y los mantienes abiertos en segundo plano, el equipo está malgastando una serie de recursos de forma inútil y que están afectando al rendimiento del juego al tener menos memoria disponible.
- Comprobar el plan de energía. Si jugamos desde un dispositivo portátil, antes de jugar, debemos asegurarnos de que Windows está configurado con el plan de energía que prioriza el rendimiento por encima de la autonomía ya que permitirá sacar el máximo partido tanto al PC como a la gráfica.