Además del propio sistema operativo, el resto de los programas que instalamos en el mismo son elementos software clave para nuestro día a día con el PC. Pero en ocasiones pueden resultar perjudiciales para el rendimiento del equipo, algo que puede afectar de manera negativa por ejemplo a Windows 11.
Nada más encender nuestro PC en Windows, sin que nos demos cuenta se ponen en marcha una cantidad innumerable de procesos y algunas aplicaciones. Estas quedan funcionando en segundo plano y en muchas ocasiones no somos conscientes de todo ello. La importancia de esto que os contamos estriba en que esos programas que están en funcionamiento consumen recursos del PC, lo que puede afectar a su rendimiento general.
Cierto es que su utilidad es mucha, ya que esas aplicaciones en segundo plano nos permiten trabajar con varios programas al mismo tiempo, uno de los principales objetivos del sistema. Pero al mismo tiempo es importante saber que no todas las aplicaciones de tu PC necesitan ejecutarse en segundo plano. Esto es algo que se hace especialmente importante en aquellos títulos que hagan un alto consumo de recursos del equipo. Con esto queremos decir que consumen RAM sin que los estemos utilizando y posiblemente ralentizan el funcionamiento del PC.
Tenemos varios modos de intentar solventar este problema relacionado con las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano en Windows 11. De hecho, a continuación, os vamos a hablar acerca de evitar la ejecución de software en segundo plano en el sistema de Microsoft. Así no nos encontraremos ante importantes bajadas de rendimiento repentinas del equipo mientras trabajamos con los programas que tenemos en pantalla en este momento.
Eliminar las aplicaciones de inicio en Windows
Uno de los movimientos más efectivos para deshacernos de aplicaciones que corren en segundo plano en Windows, es eliminarlas del inicio. Hay que tener en consideración que algunos de los programas que instalamos en el sistema operativo se auto configuran para arrancar junto a Windows, aunque no los necesitemos. Esto significa que están en ejecución en todo momento consumiendo recursos y a veces ni siquiera nos damos cuenta. Para solventar este problema lo primero que hacemos es acceder al Administrador de tareas del sistema.
Una vez aparece la ventana de este en pantalla, nos situamos en el apartado llamado Inicio. Veremos un listado con todos los programas que se ponen en funcionamiento cuando arrancamos el PC. La ventaja aquí es que tenemos la posibilidad de habilitar o deshabilitar esos títulos en base a nuestras necesidades. Cuantos más deshabilitemos, mejor que mejor a la hora de ahorrar recursos del PC.
Cambia los permisos de las aplicaciones
También podemos echar mano de este otro método que básicamente evita que las aplicaciones se ejecuten en segundo plano. Para ello vamos a hacer uso de la aplicación de Configuración de Windows 11 a la que hacemos con la combinación de teclas Win + I. Aquí, nos situamos en el apartado llamado Aplicaciones de la parte izquierda y pinchamos en Aplicaciones y características.
Ahora tenemos que localizar la app que deseamos desactivar para que no funcione en segundo plano. Una vez la encontramos, hacemos clic en el botón de tres puntos verticales situado junto a ella y seleccionamos Opciones avanzadas.
En el apartado de Permisos de aplicaciones en segundo plano, abrimos la lista desplegable y seleccionamos, Nunca. Esto lo podemos repetir con tantos títulos instalados como deseemos.
Cerrar las aplicaciones que no utilizamos
Además de evitar que determinadas aplicaciones se ejecuten cada vez que iniciamos Windows para que este funcione de la forma más fluida posible, también debemos tener en cuenta a las aplicaciones que hemos abierto manualmente y se encuentra en segundo plano, es decir minimizadas o que no estamos utilizando en ese momento. A no ser que tengamos previsto volver a utilizarlas, para lo único que sirven es para ocupar un espacio en la memoria que puede utilizar el sistema para funcionar de una forma mucho más fluida.
La RAM es, junto al tipo de unidad de almacenamiento, dos de los apartados más importantes de un PC, ya que, son los principales encargados de hacer que el equipo sea más o menos rápido, independientemente del procesador de nuestro equipo.