Lo más habitual cuando nos compramos un PC nuevo es que el mismo nos llegue con un sistema operativo instalado, generalmente Windows. También se puede dar el caso de que nos llegue vacío y seamos nosotros los que hagamos la instalación del mismo. Pero igualmente nos podemos decantar por usar un Dual Boot en ese equipo, con las ventajas que esto no puede aportar.
Y es que hay algo que debemos tener muy presente en la mayoría de los casos. En concreto nos referimos a que gracias al mencionado Dual Boot, no tenemos por qué limitarnos a un solo sistema operativo. Así, desde hace tiempo tenemos la posibilidad de poder disponer de dos o más sistemas operativos instalados y funcionando en un mismo PC equipo. Como ya os habréis hecho una idea a través del nombre de Dual Boot o Arranque dual, esto nos permite añadir la opción de contar con varios sistemas operativos instalados en el mismo equipo.
Esto es algo que podemos llevar a cabo en otra unidad de disco interna, o en otra partición, todo para lograr lo que nos interesa en cada caso. Con todo ello lo que realmente logramos es que al arrancar el ordenador, la BIOS se encargue de cargar el gestor de arranque y si el mismo detecta más de un sistema operativo, nos pida con cuál deseamos iniciar el equipo. Una vez sabemos todo esto, veamos algunas de las ventajas que esto trae de la mano.
Todos los recursos hardware disponibles
La primera de las ventajas o razones por las que llevar esto a cabo, con evidentes, y es que, por la razón que sea, nos podemos ver en la necesidad de contar con más de un sistema de forma simultánea además de Windows. Cierto es que siempre tenemos la posibilidad de usar una máquina virtual, pero todo dependerá de las necesidades de cada uno. De hecho con un Dual Boot tenemos acceso físico y real a todos los componentes del PC, sin virtualizaciones de por medio.
Si un sistema operativo no arranca, hay otro
Se puede dar el caso, más habitual de lo que nos gustaría, de que uno de los sistemas operativos falle de manera grave, como puede pasar con Windows. Con esto nos referimos a que, por la razón que sea, no arranque y por tanto no podamos acceder al mismo. Llegados a ese punto, más en el sector profesional, seguro que agradecemos mucho el poder disponer de otro que funciona a la perfección, por ejemplo una distribución de Linux lista para trabajar.
Aquí no tendremos más que volver a arrancar el PC desde cero, y decantarnos por la otra alternativa en el Dual Boot.
El espacio ocupado en disco por Dual Boot
No es difícil imaginar que disponer de dos o más sistemas operativos instalados en el PC, supone un consumo de espacio en las unidades de disco, considerable. Tanto si usamos unidades diferentes, como particiones en una única, ese espacio es inevitable que sea ocupado, lo que no nos permite usarlo en otras tareas. Por tanto, si normalmente solo usamos Windows, crea un Dual Boot con otro sistema operativo, puede traducirse en un serio desperdicio de disco duro.
Problemas con la seguridad en Dual Boot
A esto le podemos sumar que en el desafortunado caso de que nos encontremos con algún problema relacionado con la seguridad, afecte al global. Con esto lo que os queremos decir es que si un malware llega a Windows y usamos Dual Boot, este podría afectar al resto de sistemas operativos instalados en el PC. Esto se debe a que hay códigos maliciosos que directamente se cargan y afectan al propio arranque del equipo.