La firma de Redmond no para de trabajar con el fin de mejorar en todo lo que pueden, el sistema operativo de sobremesa más usado del mundo, Windows 10. Esto es algo que logra a base de actualizaciones y parches se envía de manera casi continuada a los equipos compatibles.
Con todo ello lo que se logra es que a nuestro equipo lleguen las más recientes actualizaciones y parches de seguridad que mejoren el sistema operativo como tal. En buena parte de las ocasiones, estas actualizaciones a las que nos referimos llegan a los equipos compatibles sin problema alguno, pero desafortunadamente esto no siempre es así. De hecho podríamos decir que este es uno de los mayores hándicap antes los que se encuentra la empresa en lo que se refiere al sistema operativo.
La principal razón de todo ello es que desde hace mucho tiempo los problemas relacionados con estos elementos en concreto, son más problemáticos de lo que nos gustaría. Esto es algo que se hace extensible a los parches y actualizaciones de todo tipo, tanto acumulativas como de características o parches de seguridad. Además debemos tener en cuenta que estos fallos a los que nos referimos pueden ser, desde muy sencillos, hasta complejos.
Estos van desde sencillos fallos en algún componente, hasta bloqueos completos del equipo o pérdidas de datos personales. No cabe duda de que sea como sea, los mismos se pueden convertir en un inconveniente para aquellos que se vean afectados. Por tanto y desde hace tiempo la propia compañía está intentado mejorar esta funcionalidad de Windows Update, aunque sin el éxito deseado en un principio. Por tanto os hablaremos de algunas cosas que se deben mejorar en las actualizaciones de Windows por parte de Microsoft.
La descarga sin fallos ni problemas desde Windows Update
Es evidente que una de las cosas más importantes de se deben cuidar en este sentido, es evitar que la simple descarga de estas actualizaciones, ya suponga un problema. Y es que hay usuarios que sufren bloqueos del equipo cuando intentan bajar estos elementos a través de la función de Windows Update, todo sin llegar a instalar el parche. Esto es algo que atañe de manera directa a la función mencionada del propio sistema operativo.
Los errores de funcionamiento de las actualizaciones y parches
Tal y como os comentamos antes, uno de los mayores temores que tienen los usuarios de Windows, son los posibles fallos del sistema tras actualizarlo. Estos pueden llegar de una gran diversidad de formas, a cada cual peor. Se han llegado incluso a borrar datos personales guardados en las unidades de disco, o sencillamente el PC ha dejado de arrancar. De hecho todo ello es una de las principales quejas de los usuarios con respecto a Windows 10.
Mejor compatibilidad con los componentes del equipo
Uno de los problemas más comunes que encontramos tras actualizar Windows o instalar un parche, es el que tiene que ver con incompatibilidades. Estas se producen con ciertos componentes hardware del sistema operativo, por lo que suelen dejar de funcionar, o funcionar de un modo defectuoso.
Esto puede afectar al apartado gráfico, al sonido, el Bluetooth, la red, Internet, etc. Por tanto este es otro de los puntos en los que Microsoft debería poner más cuidado en sus actualizaciones.
Espaciar las actualizaciones en el tiempo
Como muchos sabréis, Microsoft envía parches y actualizaciones, más grandes o pequeñas, de manera casi constante en Windows 10. Por tanto, lo que muchos se plantean es si no sería más conveniente espaciar en el tiempo un poco más las mismas, para que así estuviesen mejor desarrolladas y probadas.
Esto provocaría menos fallos, y una subida de confianza por parte de los usuarios en el sistema como tal. De hecho esto es algo que igualmente se podría llevar a cabo con las actualizaciones de características semestrales.