Lo queramos o no, en la mayoría de las ocasiones lo más recomendable es disponer de un software antivirus instalado en nuestro ordenador. Aunque en ocasiones consuma más recursos del PC de lo que nos gustaría, con el tiempo agradeceremos el nivel de protección que nos proporcionan estos programas.
Este tipo de aplicaciones en concreto desde hace años han levantado mucha polémica en cuanto a su funcionalidad. Hay que tener en consideración que son programas que en la mayoría de las ocasiones están funcionando constantemente en segundo plano. Todo ello para detectar y bloquear la posible llegada de códigos maliciosos que se pueda producir en nuestro equipo. Como no podía ser de otro modo esto conlleva un consumo de recursos, RAM y CPU, en ocasiones considerable.
Pero también es cierto que nos proporcionan una seguridad y nivel de protección que con el tiempo seguramente vamos a agradecer. Este software evita la llegada de códigos maliciosos, bloquea la descarga de ficheros sospechosos, protege nuestras contraseñas y datos bancarios, y mucho más. A pesar de todo ello muchos usuarios aún dudan de la instalación y uso de estos programas en sus ordenadores. Precisamente por todo esto que os comentamos a continuación os hablaremos de algunas decisiones erróneas que podréis tomar en cuanto a vuestro antivirus.
Y es que muchas veces no somos conscientes de la importancia de determinadas soluciones software que tenemos instaladas en el equipo. Este programa de seguridad es un claro ejemplo de todo ello, por lo que veamos lo que nunca deberíamos hacer con el mismo.
Qué no deberíamos hacer con nuestro antivirus del PC
Es más que probable que queramos mantener a salvo todas nuestras aplicaciones y datos personales del ordenador. Además de otras medidas que deberíamos tomar, veamos algunas decisiones debemos evitar con el antivirus.
- Desinstalarlo sin instalar otro: evidentemente el mayor error que podemos cometer en un principio es desinstalar el antivirus. Esto es algo que se hace especialmente peligroso en el caso de que no tengamos la intención de instalar ningún otro en nuestro ordenador. De este modo quedaremos totalmente desprotegidos contra los ataques que pudiesen llegar en forma de malware al equipo.
- No instalar actualizaciones: casi igual de grave que el caso anterior, es disponer de un antivirus instalado pero que no esté debidamente actualizado. Esto se traduce en que no estamos debidamente protegidos y no tendremos las últimas funciones, lo que se agrava a medida que pase el tiempo.
- Dejar su base de datos obsoleta: además del antivirus como tal, la base de datos interna con todos los componentes maliciosos existentes también debe ser actualizada. En muchas de las soluciones de seguridad ambos tipos de actualizaciones van por separado, por lo que lo más recomendable es mantener ambos elementos al día siempre.
- Apagar la protección activa: cierto es que los antivirus actuales disponen de multitud de funciones adicionales relacionados con la seguridad. Sin embargo, una de las más importantes es la protección activa que nos ofrecen. Esto quiere decir que, tal y como os comentamos antes, el programa está el modo espera constantemente en segundo plano para bloquear posibles ataques. Esta es una función que siempre podemos desactivar y realizar análisis manualmente. Sin embargo, la mayoría de las ocasiones eliminar la protección activa puede ser un grave error del que nos arrepentiremos más tarde.