Muchas veces, cuando grabamos un vídeo personal, o buscamos bajar un vídeo de Internet, solemos intentar bajarlo en la mayor calidad posible, aunque eso supone que ocupará mucho más. Sin embargo, hay mucho material que, debido a la calidad o resolución de origen, no puede mejorar por mucho más grande que se haga el archivo original. Por ello, para evitar malgastar el espacio de nuestro disco duro, lo ideal es convertir estos vídeos a un formato más adecuado. Y, para hacerlo, tendremos que tomar una decisión: ¿qué códec vamos a usar?
Antes de nada, vamos a ver qué es un códec. Un códec (de vídeo, en este caso) es un programa (o una librería) que se encarga de codificar (o descodificar) una señal de vídeo con varios fines. El primero de ellos, y uno de los más usados hoy en día, es comprimir la imagen y el vídeo para que, con la mejor pérdida de calidad posible, podamos reducir el tamaño total del archivo. De esta forma se pueden compartir por Internet de forma más sencilla y rápida. Y también ayuda, entre otras cosas, a que plataformas, como Netflix, puedan funcionar.
Los códecs se aprovechan de muchas técnicas para reducir la tasa de bits por segundo de cada vídeo. Por ejemplo, suelen comprimir los negros para reducir el tamaño del vídeo, o renderizar solo las partes móviles de una imagen, omitiendo los fondos cuando son estáticos.
Vamos a ver los dos códecs más importantes que debes conocer, sobre todo si estás pensando en editar y renderizar vídeo.
Qué es x264
x264 forma parte de MPEG4 AVC, introducido en el año 2004 y que, desde entonces, se ha convertido en uno de los códecs más utilizados a la hora de convertir vídeo. Se trata de un códec centrado en ofrecer una calidad muy alta al mismo tiempo que ofrece una eficiencia muy alta para que el vídeo resultante ocupe lo mejor posible. Este códec puede convertir vídeo, sin un gasto excesivo de recursos, hasta una resolución máxima de 4K y 59.94 FPS. Gran parte de su éxito se debe a que se trata de un códec 100% libre, desarrollado por la misma VideoLAN. Gracias a ello podemos reproducirlo sin problemas en cualquier ordenador, televisión o dispositivo sin tener que pagar ninguna licencia. Es la apuesta de muchos proveedores de streaming, como los ISP, Vimeo y Hulu.
Por hablar de lo malo, tiene dos hándicaps: debido a la limitación del bitrate, la calidad para UHD no es tan alta como debería. Además, solo se pueden codificar 59.94 FPS, por lo que muchos vídeos pueden quedar fuera de él.
Al ser un códec libre, podemos encontrarlo en cualquier conversor de vídeo, como, por ejemplo, Handbrake.
x265, el sucesor
Para renovar, y mejorar, el códec anterior, y adaptarse a las calidades UHD que, cada vez, eran más habituales, en 2013 se lanzó x265. Este códec forma parte de MPEG-H, HEVC, y viene, a grandes rasgos, a ser el sucesor del MPEG 4 AVC. Entre otras mejoras, esta vez se añade soporte para resoluciones 8K UHDTV, y una tasa de fotogramas por segundo máxima de hasta 300 FPS. Además, está preparado para funcionar con vídeo HDR, algo con lo que x264 no era compatible.
Este códec utiliza una licencia GNU GPL, por lo que, igual que el anterior, es totalmente gratuito para todo el mundo. Cuenta con una mayor eficiencia ya que solo muestrea el contenido que está en movimiento (en vez de todo el fotograma), lo que se traduce en vídeos aún menores. Eso sí, debido a los algoritmos que usa, y a que está pensado para vídeos de mayor calidad, el proceso de codificación es algo más lento, y consume más recursos. Al tener una tasa de bits más alta, la compresión es menos agresiva, lo que se traduce en mejor calidad.
Igual que el códec anterior, lo tenemos disponible en cualquier conversor de vídeo sin tener que pagar. Y nuestra recomendación es, de nuevo, Handbrake.
Sin embargo, y a pesar de ser básicamente una mejora de x264, este es un códec en el que todavía podemos encontrar algunas importantes desventajas respecto a su predecesor, tal y como os vamos a contar. Lo primero que debemos tener en consideración es que a pesar de que x265 en estos instantes es compatible con la gran mayoría de los dispositivos y programas de edición de video, todavía hay algunos que no lo son. Básicamente, esto significa que todavía podemos encontrar algunas plataformas o productos con los que no podremos utilizar este códec más avanzado que el anterior.
Y a todo esto le tenemos que sumar que en términos generales se emplea una mayor cantidad de tiempo de codificación. Y es que la codificación de contenidos utilizando x265 es más compleja y requiere más tiempo que x264. Esto significa que la codificación de un vídeo puede tardar más tiempo y requerir más recursos de hardware, algo que por supuesto se hace especialmente patente en los equipos más antiguos o limitados.
Cuál es mejor
La verdad es que los dos son códecs muy buenos, y la diferencia de tamaño, en la práctica, es casi inapreciable (unos cuantos megas). Nuestra recomendación es que, si vamos a convertir un vídeo a resoluciones bajas, donde la calidad no es primordial (por ejemplo, a Full HD 1080p), podemos apostar por x264, principalmente, por ser más compatible, gastar menos recursos y llevar más tiempo en el mercado.
Por otro lado, si queremos mayor calidad, menor tamaño, y vamos a procesar vídeo 2K, 4K u 8K, con HDR, entonces mejor elegir x265 ya que, entre otras cosas, está pensado especialmente para ello.