Uno de los mayores inconvenientes que nos presentan buena parte de los navegadores web actuales, es el alto consumo de recursos que llevan a cabo. Esto afecta de forma directa al funcionamiento del resto del software que tenemos instalado en el ordenador, algo que debemos evitar.
Los navegadores a los que nos referimos aquí son programas cada vez más completos a la vez que complejos, debido a todas las funciones que nos ofrecen. Muchos usuarios los utilizan la práctica totalidad del día, por ejemplo, para trabajar y jugar en la nube. Sus desarrolladores son plenamente conscientes de todo ello, pero por muchas medidas que intenten tomar, el consumo de recursos sigue siendo elevado.
Esto es algo que se hace especialmente patente en los programas más conocidos como Google Chrome o Microsoft Edge. De ahí que muchos usuarios deberían plantearse otra alternativa, por ejemplo, si están acostumbrados a abrir y trabajar con decenas de pestañas de manera simultánea. En los navegadores más habituales esto puede suponer un serio problema, pero el navegador llamado Vivaldi lo tiene más que superado. Y es que a menudo acabamos con montones de pestañas abiertas al mismo tiempo en el navegador, y vemos cómo el consumo de la CPU y memoria RAM del PC se dispara.
Hablamos de 50 o 100 pestañas abiertas, y la mayoría de los programas de este sector no están diseñados para soportar ese tipo de carga. Se ralentizan, se bloquean o se vuelven inutilizables, lo que afecta en forma directa al ordenador. De ahí que en estos instantes podemos afirmar que Vivaldi se ha convertido en el navegador preferido de muchos usuarios habituales de múltiples pestañas. Mientras que Chrome, Edge o Firefox, empiezan a fallar ante cargas de trabajo con muchas pestañas, Vivaldi lo aguanta.
Cómo gestiona Vivaldi el uso de decenas de pestañas
Todo esto que os contamos lo logra gracias a las herramientas para gestionarlas que nos ofrece de forma predeterminada. En cuanto a su gestión, en lugar de amontonar las pestañas en una fila cada vez más pequeña, introduce pilas de estas y espacios de trabajo independientes. Esto hace que el desorden sea cosa del pasado. Podemos agrupar pestañas relacionadas, ocultarlas o contraerlas cuando no las utilicemos.
A su vez tenemos la posibilidad de cambiar entre conjuntos organizados en función de aquellos en lo que estemos trabajando. Además, el desplazamiento entre estos elementos es fluido, las etiquetas siguen siendo legibles, y no hay que adivinar qué pestaña es cuál. En resumidas cuentas, incluso la interfaz parece diseñada para usuarios que trabajan con muchos de estos componentes habituales en el navegador.
Pero por descontado, Vivaldi también minimiza la carga del sistema en este tipo de uso. Todo ello lo logra a través de la hibernación inteligente de pestañas.

De forma automática, las no utilizadas se suspenden en segundo plano liberando recursos sin interrumpir la sesión. Lo primero que debemos hacer para empezar a personalizar y configurar este apartado del navegador que os comentamos, es situarnos en la ventana Configuración / Pestañas.
Quizá uno de los mayores secretos de esta propuesta sea la enorme cantidad de funciones personalizables que nos ofrece en este sentido. Todas estas opciones hacen referencia tanto al uso de las pestañas en la interfaz, como su gestión en segundo plano para el ahorro de recursos del PC. Por ejemplo, podemos hacer clic con el botón derecho en cualquier pestaña y selecciona Hibernar pestaña o Hibernar pestañas en segundo plano para liberar memoria.
Vivaldi gestiona esto automáticamente, pero también nos da la posibilidad de tener el control si así lo necesitamos. Además, desde aquí os recomendamos probar diferentes configuraciones de entre todas las funciones disponibles en el apartado Pestañas, para adaptar el navegador Vivaldi a nuestras necesidades y ordenador.