Cada vez son más los usuarios que, cansados de Windows, deciden darle una oportunidad a Linux. Hoy en día es posible hacer con él lo mismo que hacemos con el sistema de Microsoft, pero con más privacidad, seguridad y rendimiento. Además, tanto este sistema como la mayoría de los programas son totalmente gratuitos (e incluso de código abierto), lo que nos brinda otra ventaja frente a Windows. Sin embargo, si no lo hacemos bien, y no despejamos nuestras dudas, seguramente acabemos teniendo problemas y volviendo atrás.
Linux es muy parecido a Windows en muchos sentidos, pero también son polos opuestos. Aunque las cosas se han simplificado mucho en los últimos años, la verdad es que sigue siendo un sistema operativo más complicado que usar, y con mayor probabilidad de hacer algo mal y que un programa, o todo el sistema, quede inutilizado.
¿Funciona Linux en mi ordenador?
Si tu PC está funcionando con Windows, va a funcionar con Linux fijo. Y además lo hará mejor. Este sistema operativo alternativo cuenta con drivers para poder ejecutarse sin problemas en prácticamente cualquier ordenador y con cualquier configuración.
A medida que va saliendo nuevo hardware, el Kernel, o núcleo de Linux, va recibiendo nuevos parches para poder funcionar con él. Por lo tanto, lo único que debemos hacer para asegurarnos de que no vamos a tener problemas es asegurarnos de bajar una distribución moderna y actualizada.
¿Puedo usar mis programas y juegos en Linux?
Este es uno de los puntos más peliagudos al cambiar a Linux. Los programas de Windows no funcionan en Linux. Cada sistema tiene una base diferente y, por lo tanto, un software en formato EXE compilado para el sistema de Microsoft no puede ejecutarse en otros sistemas operativos. Lo mismo ocurriría al revés, y es que los programas de Linux no se podrán ejecutar en Windows.
Pero no tenemos que preocuparnos. Aunque es cierto que hay programas que no están para Linux, como Office (Word, Excel, etc) o la suite de Adobe, la mayoría de los programas comunes que solemos usar en Windows están disponibles para Linux. Y para aquellos que no, existen grandes alternativas (como LibreOffice o GIMP) que nos harán olvidarnos de Microsoft y de Adobe.
Con el tema de los juegos, la cosa cambia. Existen juegos para Linux, e incluso podemos instalar Steam. Pero el número de títulos disponibles es muy inferior al que podemos encontrar en el sistema de Microsoft. Por lo tanto, en este aspecto es muy fácil que terminemos echando algo de menos.
Por último, si necesitas algún programa en específico que no esté para este sistema, existe una herramienta, Wine, que permite abrir programas EXE en Linux.
¿Tengo que aprender cientos de comandos?
Linux es para administradores de sistemas, es difícil de usar, es para expertos, para hackers… seguro que alguna vez hemos oído alguna de esas frases. Y todas ellas son 50% ciertas y 50% falsas. Es cierto que, originalmente, Linux era un sistema operativo enfocado a terminal, a usarlo con comandos. Sin embargo, desde hace tiempo las interfaces gráficas están a la orden del día. Y cualquier distribución normal, como Ubuntu, tiene un escritorio tan sencillo e intuitivo como el de Windows, sino más.
Incluso hay escritorios, como KDE, y distribuciones diseñadas para imitar casi a la perfección la apariencia de Windows de manera que los usuarios no tengan problemas.
¿Necesito antivirus?
Como cualquier otro sistema operativo, Linux tiene fallos, y hay virus y malware diseñados para él. Sin embargo, el número de amenazas que podemos encontrarnos, en comparación a Windows y macOS, es muy inferior. Y si tenemos un poco de cuidado y otro poco de sentido común, no deberíamos tener nunca ningún problema con el malware.
Si no bajamos cosas pirata de webs peligrosas, cuidamos las páginas web que visitamos y no abrimos todo lo que no0s llega adjunto en el correo, las probabilidades de terminar con malware son muy bajas. Y, si no, existen antivirus para Linux que nos pueden ayudar a sentirnos más tranquilos.
¿Qué distribución es mejor?
Linux como tal nunca se instala, sino que lo que instalamos son distribuciones, sistemas operativos que se han creado partiendo del núcleo de Linux y, sobre él, añadiendo paquetes y programas para hacerlo funcional. Y fácilmente podemos encontrar decenas de distribuciones diferentes, cada una con unas características propias con las que busca diferenciarse de las demás.
Lo mejor, para empezar, es hacerlo con una distro genérica. Ubuntu o Linux Mint son dos de las mejores opciones que podemos tener en cuenta a la hora de dar los primeros pasos dentro de este sistema operativo. Y, más adelante, podemos buscar distros más avanzadas, como Debian, o, si nos volvemos unos expertos, dar el salto a Arch.
Consejo: Probar Linux en una máquina virtual
Si aún dudas sobre si Linux se adaptará a lo que buscas o a lo que necesitas, existe otra alternativa: montar una máquina virtual. Las máquinas virtuales son ordenadores emulados sobre los que podemos instalar cualquier sistema operativo y usarlo sin peligro a que, si algo sale mal, no afecta para nada al sistema operativo principal.
De esta manera, por ejemplo, podemos usar VirtualBox para instalar Linux y dar los primeros pasos en ella. Si todo va bien, entonces ya podemos instalarla en nuestro PC, pero si algo no nos convence podemos buscar otra distro que sí se adapte mejor a lo que buscamos.