Así era el ordenador que nos llevó a la Luna: hoy en día, cualquier juguete de niños es más potente
![nave apolo 11](https://www.softzone.es/app/uploads-softzone.es/2024/02/nave-apolo-11.jpg)
Acabamos de entrar en el año 2024 y la tecnología cada vez forma una parte más importante de la vida de la mayoría de los usuarios. Pero debemos tener en consideración que esto no siempre fue así, hace relativamente poco tiempo no íbamos con móviles constantemente, no teníamos un GPS o Google Maps para viajar en coche, ni nos podíamos comunicar vía WhatsApp o Telegram.
Todo aquello relacionado con la tecnología ha cambiado nuestra manera de vivir en gran medida a lo largo de las últimas décadas. De hecho no tenemos más que echar un vistazo a los equipos informáticos disponibles antes del cambio de siglo para darnos cuenta de todo ello. Por ejemplo, en estas líneas esos vamos a hablar de la tecnología que se utilizó para que pisásemos la Luna por primera vez allá por el año 1969.
No hace falta decir que este es un evento que cambió la historia de la humanidad en varios sentidos. Aunque muchos no lo visteis en directo, sí que habéis visto las imágenes de Neil Armstrong pisando en la superficie lunar por primera vez. Pero claro, detrás de todo eso había un enorme equipo humano y dispositivos tecnológicos revolucionarios por aquel entonces.
Configuración del ordenador que ayudó a llegar a la Luna
Ya han pasado más de 50 años desde que los Estados Unidos lograse su objetivo de hacer que el hombre caminase sobre la Luna. Como os podéis imaginar, detrás de todo ello hubo un equipo humano enorme combinado con la tecnología del momento que se consideraba como puntera. Pero claro, pasado todo ese tiempo, hoy día muchos tienden a comparar los equipos de finales de los años 60, con los actuales, lo que no siempre es del todo justo.
Para que os hagáis una idea más aproximada de la configuración del equipo que ayudó al proyecto Apolo a llegar a la Luna, vamos a hacer un repaso a sus especificaciones internas. Por aquel entonces, algo que debemos tener muy presente, los ordenadores tenían el tamaño aproximado de una habitación entera. Pero por aquellas fechas el MIT o Instituto de Tecnología de Massachusetts, desarrolló un equipo lo suficientemente pequeño y ligero como para poder transportarse en una nave espacial.
Lo realmente revolucionario es que este ordenador que nos ayudó a llegar a la Luna tenía el tamaño aproximado de una caja de zapatos y un peso de algo más de 30 kg. En cuanto a sus especificaciones internas, algo que posiblemente sorprenderá a muchos, contaba con una memoria RAM de tan solo 4 kilobytes. Asimismo la memoria fija de solo lectura o ROM, era de tan solo 70 kilobytes. Llegados a este punto también es importante saber que su capacidad de cálculo rondaba entre los 50.000 y lo 85.000 cálculos por segundo.
Además formando parte de la mencionada memoria RAM editable, se guardaron ciertos datos e informaciones que se podían modificar a lo largo de la misión. Estos se referían a apartados relacionados con la aceleración, la altura u orientación de la nave. También se guardaron multitud de resultados de operaciones matemáticas para los elementos de posición y velocidad de la propia nave. La memoria ROM mencionada almacenaba los programas, algoritmos y procesos necesarios.
Por otro lado y a nivel de software, para el control del equipo se utilizó un lenguaje de alto nivel, todo ello sacrificando parte de la velocidad del proceso de cálculo pero simplificando el funcionamiento del equipo. De manera paralela y para tareas menos complejas pero en las que se necesitaba una mayor inmediatez, se utilizó un lenguaje de más bajo nivel.
Comparación con la tecnología actual
Tal y como os comentamos antes, en pleno año 2024 y desde hace un tiempo tendemos a comparar los equipos de sobremesa y móviles con ese ordenador que nos llevó a la Luna, lo que es un tanto injusto. En primer lugar debemos tener en consideración que en 1969 este sector tecnológico estaba en sus comienzos. Han pasado más de 50 años de avances y por tanto las diferencias son enormes, casi inimaginables. Por ejemplo nuestros móviles actuales tienden a los 8 o 12 gigas de RAM, y qué de decir de los equipos de sobremesa y portátiles.
Básicamente esto quiere decir que aquellos que comparan el ordenador que montaba el Apolo 11 con las especificaciones de nuestros móviles actuales, por ejemplo no son justos. Además debemos tener muy presente que aquel ordenador con 4 kilobytes de memoria RAM estaba única y exclusivamente diseñado para las tareas necesarias del módulo lunar. Sin embargo no hace falta decir que los equipos actuales, tanto móviles como de sobremesa, los usamos para infinitas tareas y deben cumplir con todo ello durante años.